Esto que te cuento lo he aprendido a fuerza de golpes.

Muchos de los consejos que te cuento en estos artículos los conozco por mi profesión de psicólogo.

Pero, muchas otras de esas cosas que te cuento, las sé por mi propia experiencia. Incluso, algunas en concreto, como la de hoy, las sé por mi propia mala experiencia.

Voy a hablarte de la segunda necesidad más importante que tiene cualquier persona. 

La primera necesidad es la de seguridad personal, la de sentir que uno está fuera de peligro, hoy y en el futuro. De ésta igual hablo otro día.

Hoy, sin embargo, quiero hablarte de la segunda necesidad más importante, una necesidad que, si no la pierdes de vista, te va a reportar los mayores beneficios relacionales que puedas imaginar.

Esta necesidad está en la base de las relaciones sociales y, claro, está en la base de las relaciones de pareja –que no deja de ser la relación social más intensa que tenemos–.

La segunda necesidad que tienes es la de sentirte apreciado/a, en todas sus variedades y en todas sus formas, desde sentirte reconocido/a si es que hablamos de una relación profesional, hasta sentirte amado/a si hablamos de una relación de pareja.

Esto es lo que pasa en muchas relaciones; tal vez después de un tiempo, una de las partes deja de demostrarle a la otra que es especial. 

– Por ejemplo, deja de decirle lo guapa o guapo que está.

– Por ejemplo, deja de tener detalles inesperados.

– Por ejemplo, deja de decirle lo bien que le queda el corte de pelo que se acaba de hacer.

– Por ejemplo, deja de señalarle lo bien que se siente a su lado. 

–sigue tú–.

La consecuencia puede ser diversa pero la primera es que la persona comenzará a dudar de si,realmente, gusta o no gusta a su pareja y la duda es el peor ingrediente que puedes incluir en tu relación.

La duda corroe. 

No lo olvides, la duda CORROE.

Muchas veces, las personas nos escudamos diciendo que «bueno, ya sabes que eres importante para mí», pero eso no es suficiente. Si realmente la otra persona es importante para ti, la única vía es decírselo de las formas más diversas.

Entiéndeme, no hace falta que lo hagas cada diez minutos. Incluso, para algunas personas, no hace falta que lo hagas todos los días, pero hazlo.

Estoy hablando de relaciones románticas pero seguro que ya te has dado en cuenta de que no es el único terreno en el que una persona necesita sentirse especial:

– ¿Qué me dices de hacer sentir especial a un colaborador? 

– ¿Qué me dices de hacer sentir especial a un proveedor? 

– ¿Qué me dices de hacer sentir especial a un cliente? 

– ¿Qué me dices de hacer sentir especial a alguien que conoces en una primera cita?

– ¿Qué me dices de hacer sentir especial a un amigo o a una amiga?

Quien sabe y tiene la habilidad para hacerlo de forma honesta, posee uno de los mayores recursos interpersonales que puedas imaginar y posee, además, una de las mayores fuentes de beneficio personal.

Muchas personas no saben cómo hacerlo y pasan, de no hacer nada, a adular de forma torpe. Y no nos gustan los aduladores, generan recelo, así que tienes que aprender a hacerlo de la manera adecuada para generar el efecto que quieres.

Te estoy hablando de un conjunto de habilidades que se aprenden, la habilidad de hacer sentir especial a los demás.

¿Se te ocurre mayor fuente de riqueza para ti?

Ya sabes que estoy preparando algo y que llegará pronto.

Óscar Fernández Orellana.

💥 A QUÉ ME DEDICO 👉 Enseño y asesoro en habilidades interpersonales.

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