Genética y diabetes

Genética y diabetes

La diabetes es una enfermedad crónica que se caracteriza por la concentración de glucosa en sangre cuando el páncreas no produce, o utiliza, la insulina de forma eficiente. Las personas que padecen este problema sufren unos niveles de azúcar en sangre más elevados de lo normal. 

La glucosa es una fuente de energía muy importante para las células del cuerpo. Se alimentan, y funcionan, gracias a esta sustancia, por lo que es importante mantener un nivel saludable de glucosa en sangre. Niveles altos, como los que tienen las personas que sufren diabetes, pueden desembocar en complicaciones graves, como enfermedades cardíacas, renales y oculares.


Papel de la genética en la diabetes: 

La diabetes tipo 2 puede estar causada principalmente por una producción o una captación deficiente de la insulina. El origen de esta enfermedad tiene un carácter multifactorial, en el que tanto la genética como el ambiente tienen un papel importante en el desarrollo de la misma. La diabetes tipo MODY tiene unas características muy parecidas a la diabetes tipo 2, aunque a diferencia de ésta su origen es puramente genético. 

Mediante una prueba genética se puede identificar la predisposición genética a desarrollar diabetes tipo 2 y diabetes tipo MODY, y conocer riesgo genético segregado en cada uno los tipos de diabetes analizados. Este conocimiento te permite modular y accionar tu estilo de vida para prevenir la aparición de diabetes o realizar un tratamiento con mayor precisión. 


¿Qué puedes hacer para tratarla?

1. Alimentación saludable.  

  • Un horario regular para las comidas y colaciones saludables 
  • Porciones más pequeñas  
  • Alimentos con alto contenido de fibra, como las frutas, los vegetales sin almidón y los cereales integrales  
  • Menos granos refinados, verduras con almidón y dulces  
  • Porciones controladas de lácteos bajos en grasa, carnes con bajo contenido graso y pescado  
  • Aceites para cocinar saludables, como aceite de oliva virgen extra
  • Menos calorías 

2. Actividad física. 

Hacer ejercicio es importante para perder peso o mantener un peso saludable. También ayuda a regular los niveles de glucosa en la sangre. 

3. Pérdida de peso. 

La pérdida de peso contribuye a tener un control adecuado de los niveles de glucosa sanguínea, colesterol, triglicéridos y presión arterial. Cuanto más peso pierdas, mayores serán los beneficios para tu salud y el control de la enfermedad.

4. Control del nivel de azúcar en sangre 

El control suele realizarse con un pequeño dispositivo para el hogar, llamado medidor de glucosa en sangre, que mide la cantidad de azúcar en una gota de sangre. Debes llevar un registro de las mediciones para compartir con el equipo de atención médica.

5. Medicamentos contra la diabetes. 

Si no puedes mantener el nivel objetivo de glucosa en la sangre con la dieta y el ejercicio, el médico puede recetar medicamentos para la diabetes que ayuden a reducir los niveles de insulina. Entre los fármacos están la Metformina, agonistas del receptor del glucagón tipo 1 (GLP-1), inhibidores DPP-4 entre otros.

Actualmente, se conoce que el camino para lograr un plan de salud es diferente de una persona a otra. Esta diferencia radica en los genes, los componentes básicos que hacen que cada persona sea única, ya que los genes contienen información específica de cada individuo, lo que supone un gran valor para diseñar y optimizar planes de salud personalizados según las necesidades específicas de cada persona. El estudio de tu perfil genético permite conocer tu predisposición genética a diabetes y así prevenir y actuar en consecuencia. Además, se puede conocer qué fármaco de los usados en el tratamiento de la misma es el más eficaz y causa menos toxicidad.

¡Nos vemos en septiembre!

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