“Generación S”, o como Stranger Things nos ha ayudado a entender que tenemos más en común de lo que creemos.
Evento Interno - Family Day 22

“Generación S”, o como Stranger Things nos ha ayudado a entender que tenemos más en común de lo que creemos.

¿Hemos compartido ya todo lo que teníamos que decir sobre el reto que supone para las empresas la convivencia con diferentes generaciones? Estupendo, entonces ya podemos pasar de página y centrarnos en todo lo que aporta la diversidad dentro de cualquier compañía. Spoiler alert! 

Nos ha quedado claro que cada generación se caracteriza por un tipo de comportamiento que -en general- comparten las personas nacidas en el mismo intervalo generacional y que está principalmente marcado por los eventos históricos que les han precedido y aquellos que suceden en su etapa de desarrollo. Nos hemos habituado a destacar las diferencias que nos separan, a escuchar constantemente “en mis tiempos no se hacía así” o a creer que nuestra generación lo hace mejor que la anterior. 

Y lo cierto es que todas las personas hemos pasado por las mismas fases: quienes nos precedieron no entienden el mundo actual y quienes nos suceden no saben lo que es “realmente bueno”. Cualquier excusa es válida con tal de señalar aquello que nos diferencia y separa. ¡Superémoslo! Ya va siendo hora de centrarnos en cómo las fortalezas de cada generación, complementan a las otras; de apartar las diferencias y aunar fuerzas para alcanzar objetivos más ambiciosos y perseguir siempre la excelencia en cada resultado. 


Es más lo que nos une que lo que nos separa, dejemos de fingir que nuestras realidades dentro del mundo empresarial son tan dispares y abracemos más la filosofía “Stranger Things”, esta serie coral basada en los 80 que demuestra que tres generaciones diferentes son el equipo perfecto para combatir un peligro en común, la cual -no fijamos- es amada y aclamada por personas de la Z a la X. Incluso por Baby Boomers, si me estiras. 

Si algo nos ha enseñado esta maravilla de ficción es que son más las cosas que nos unen que las que nos separan, que el conocimiento de las personas más experimentadas es vital a la hora de afrontar cualquier crisis por medio de una visión basada en el aprendizaje y la experiencia; pero que sin la innovación e irreverencia que las generaciones más jóvenes aportan con su perspectiva más inconformista, no seríamos capaces de superar ciertos obstáculos que requieren de soluciones más creativas.

Aquí no existen dos bandos, sino dos tipos de vivencias: quienes han crecido de lleno en la cultura del “aguante” y quienes han visto cómo sus padres y madres aguantaban situaciones insostenibles en sus entornos de trabajo. 

Baby Boomers y Generación X conforman esa parte de la sociedad cuya mayor cualidad para las empresas es su compromiso y “fidelidad”, compartiendo un potente sentimiento de pertenencia y no siendo muy fans del cambio -sobre todo en el caso de los X- . Siendo precisamente esa cualidad en la que más difieren con Millenials y Generación Z, ya que se caracterizan no solo por no temer al cambio, sino por perseguirlo; tienen claro que no van a aguantar como quienes les precedieron y que merecen mucho más y mejores condiciones. 

Pero, del mismo modo que de Eleven -Once- a Hopper existe un objetivo común -acabar con el “otro lado”-, todas las generaciones que conviven actualmente en compañías de todo el mundo comparten mismo origen y destino: una cultura empresarial que ponga a las personas en la cima de todas las decisiones. La importancia por los valores es algo que ha pasado de generación en generación y que ha impulsado la evolución vivida en las empresas de los últimos años. 

Digamos que de inconformistas a “conformistas” se ha creado una relación basada en los ideales y la comunicación, la cual consideran la piedra angular de cualquier proyecto en el que se involucren. Sin una comunicación interna transversal, transparente y común, saben que no alcanzarán ningún objetivo. Que todo habría sido drama en Hawkins si los personajes no hubieran confiado en su experiencia e intuición y, menos aún, si no hubieran contado con su propio sistema de comunicación libre y seguro dentro de una trama llena de peligros.

Si nos paramos a pensar, puede que la ficción cuente con un poquito más de fantasía, pero tiene más en común con nuestra realidad de lo que podríamos esperar. La confianza, la comunicación y un objetivo compartido, son la clave de ambos escenarios. Saber que tenemos personas que nos cubren las espaldas, espacios donde expresarnos y ser escuchadas/os, nos permite a todas las personas realizar nuestro trabajo sin ser cuestionadas por el método que elijamos para cumplir los objetivos. 


Si nuestra realidad y los personajes de Stranger Things nos demuestran que las fortalezas de un grupo de personas, pueden ser las debilidades de otro, que respetarse entre todas las partes, confiar en la experiencia y habilidades de cada individuo y abrir espacios para la comunicación fluida nos asegura que como conjunto seremos más fuertes y capaces de alcanzar cualquier objetivo, por mucho que éste parezca tan imposible como vencer a Vecna, ¿quién se atreve a seguir diciendo que la diversidad generacional es un reto y no una ventaja competitiva?

Estefanía Folch Blasco

Técnico de Personas y Organización - Vithas Valencia 9 de Octubre

2 años

Iris Serrador Vallcanera qué buena lectura, bravo!

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