#igualdad

#igualdad

“Igualdad” una palabra muy simple pero que al mismo tiempo desata un debate que lleva ya más de un siglo sobre la mesa.

En positivo, remarcaré que, al menos, hemos conseguido que se ponga sobre la mesa, aunque parece que aún queda mucho tiempo para que deje de ser un debate y llegue a ser un hecho. Ante esta temática surgen dos posturas distintas que vamos a analizar:


  1. “Pero si ya somos iguales”: hay gran cantidad de personas que realmente creen que hombres y mujeres han alcanzado la igualdad plena de derechos y oportunidades. No importa cuantos datos, ejemplos, experiencias personales o ajenas les muestres para hacerles entender que eso no es cierto, realmente estas personas creen que hombres y mujeres son iguales.
  2. “No somos iguales y nunca lo seremos”: existen personas que, en base al argumento 100% real que afirma que hombres y mujeres no somos iguales (a nivel biológico y social), afirman que esto seguirá siendo así siempre porque es como somos “naturalmente”, y por tanto no se puede cambiar.


Curiosamente, desde estas dos posturas diametralmente opuestas, ambas coinciden en un punto: “el feminismo no sirve para nada”. 


Yo personalmente, por suerte o por desgracia, siempre he tenido una visión del mundo muy “simplista”, y para mi solo existen dos tipos de personas: el resto y yo. No me malinterpretéis con esta afirmación, no quiero sonar egocéntrica; me explico. Yo no me considero igual a nadie (al mismo tiempo que soy consciente que nadie es igual a cualquier otra persona). Esto me convierte en una persona especial y al mismo tiempo en alguien terriblemente común.


Cada persona tiene unas habilidades determinadas, unos rasgos de personalidad, desarrolla intereses por unas cosas u otras, y realmente no debería importar si eres hombre o mujer, porque deberías poder hacer lo que más te guste sin tener en cuenta qué (o cuántos) cromosomas tienes.


Sin embargo, al parecer, existen una serie de normas sociales que te presionan para elegir, experimentar, o manifestar actitudes y comportamientos en base a esos cromosomas con los que has nacido. La cuestión es que yo me pregunto ¿por qué?


Esta es la primera pregunta que te hace el feminismo.  

#igualdad #criminologia #feminismo

Olalla Baz Cores

Docente e investigadora en Criminología

1 año

Más claro que el agua. Negar que nuestra "libertad" está influenciada por el contexto es negar el proceso de socialización por el cual adquirimos normas, valores, actitudes o conductas a lo largo de la vida. Esto es clave para nuestras experiencias. La socialización diferencial de género está avalada por numerosos estudios sociales. Pues ni con esas... Muchas personas tergiversan nuestras palabras y siguen justificando la desigualdad de oportunidades en base a cromosomas. Para ellos la desigualdad es algo ajeno, que solamente ocurre en "países que sí son machistas". Es una pena que se sigan perpetuando estereotipos que nos perjudican tanto. Es un placer leer tus reflexiones. Un saludo.

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