La relación entre la industria creativa y la reutilización de ropa es una forma de promover el consumo sostenible y reducir el impacto ambiental de la moda.
- Reduce la emisión de gases a la atmósfera al evitar procesos industriales complejos derivados de la extracción y el tratamiento del petróleo o el algodón.
- Disminuye el vertido de aguas residuales al evitar el uso de tintes, recubrimientos, blanqueo y mercerización que contaminan el agua.
- Evita el cultivo excesivo de textiles y la producción desmedida de estos, lo que implica un mayor consumo de recursos naturales como el agua y la tierra.
- Reduce el uso de fertilizantes y sustancias químicas que dañan la salud de los trabajadores y el medio ambiente.
Ideas para reutilizar ropa:
- Crear nuevos accesorios como bolsos, bufandas, cinturones o joyas a partir de retazos o prendas viejas.
- Elaborar juguetes como muñecos, peluches o marionetas con telas que ya no se usan.
- Tiendas de segunda mano donde se puede comprar o vender ropa usada en buen estado a precios accesibles.
- Reutilizar las prendas dándoles un nuevo uso, como convertir una camisa en una falda o un pantalón en un short.
- Encontrar nuevo uso a las telas como hacer cojines, mantas, cortinas o tapices con ellas.
La reutilización creativa de ropa también implica cuidar las prendas que tenemos, lavándolas adecuadamente, reparándolas si se rompen o decorándolas con parches o bordados. Así se alarga su vida útil y se evita el desperdicio.
La industria creativa puede ofrecer alternativas al fast fashion o moda rápida, que se caracteriza por producir y consumir ropa de forma masiva y desechable:
- El upcycling o suprareciclaje, que consiste en transformar materiales o productos que ya no se usan en otros de mayor valor o calidad. Por ejemplo, hacer una chaqueta con retales de diferentes telas o un vestido con una sábana vieja.
- El slow fashion o moda lenta, que apuesta por un consumo consciente y responsable, priorizando la calidad sobre la cantidad. Por ejemplo, comprar ropa de diseñadores locales, artesanales o éticos que respeten el medio ambiente y los derechos humanos.
- El zero waste o cero desperdicio, que busca minimizar los residuos generados en la producción y el consumo de ropa. Por ejemplo, usar patrones que aprovechen al máximo la tela o usar materiales biodegradables o reciclables.