Innovación: Modelo de pensamiento de evolución constante.
En días pasados viví una de las experiencias más gratificante en mi desarrollo personal y profesional, la certificación del Método Lombard para el diseño del pensamiento o “Design Thinking”.
Es increíble como las cosas siempre llegan en el mejor momento, en mi caso, en un momento especial de mi vida personal y profesional donde sin duda, el aprender a pensar de forma creativa, simple y estructurada es la base en la toma de decisiones que requiere un modelo de creación.
Uno de los aprendizajes más importantes fue el valor de trabajar en equipo. En nuestro proceso de individuación como seres humanos, buscamos en alguna etapa de nuestra vida caminar solos. Y si, caminar solo es definitivamente un proceso de aprendizaje que nos proporciona seguridad, manejo y autocontrol sobre nuestra personalidad. Sin embargo, aprender a trabajar en equipo como la única vía para lograr algo, ha sido una de las lecciones aprendidas más importantes y que me ayuda a entender mejor mi camino. Pensar en grande no basta, para lograr algo en grande, siempre se requiere la participación de otras personas.
En todos los años que llevo en mi carrera profesional, he tenido la fortuna de formar parte de algún equipo. Cada una de las organizaciones en las que he tenido la dicha de colaborar, han marcado de una o de otra manera, mi perspectiva de la colaboración y el trabajo en equipo. En el camino encontramos a colaboradores y amigos con quienes disfrutas trabajar, aquellos con quien se sufre y aquellos con los que se aprende quizás no de la forma esperada. Y no es casualidad, que a veces los momentos más críticos o conflictivos, nos representan los más grandes aprendizajes de vida y aprendemos principalmente, sobre nosotros mismos.
Esta forma de aprendizaje puede ser llevada también al mundo de los negocios, donde los puntos de fricción con clientes, nos dan siempre una gran oportunidad de mejorar y trascender los retos para evolucionar o crear un nuevo modelo de negocio.
La experiencia vivida en los “momentos de verdad”, nuestros vínculos personales, emocionales y de negocio, nos brindan un sin número de posibilidades de crear, transformar e innovar en cualquier circunstancia o modelo. Cuando nos encontramos en una etapa de mejora, transformación o creación, requerimos de todos nuestros sentidos y recursos que nos permitan un foco atencional crítico, estructurado y una mente abierta y dispuesta a cambiar de forma contante.
Es así como la innovación se basa en la transformación de una experiencia, en la búsqueda de mejoras contantes, aprendizajes y disrupción que ponen a prueba nuestra forma de actuar y transforman de manera natural nuestra visión o modelo conceptual del entorno. Salir de la “zona de confort” implica creer, actuar y crecer, como si fuera una fórmula simple de nuestra evolución consciente.
@araceliruizb