Inteligencia Emocional

Cuando un individuo atraviesa por alguna situación difícil en la vida, existe un golpe emocional que puede provocar diferentes reacciones, tales como negación, ira, depresión, negociación hasta llegar al punto de la aceptación, pero regularmente cuando una persona no evidencia una reacción visible ante su entorno lo más probable es que haya desarrollado un nivel de inteligencia emocional que no maneja el promedio de la población.

La inteligencia emocional es la capacidad de gestionar adecuadamente las emociones y disminuir la sensación física posterior.

La inteligencia emocional es una competencia adquirida, la cual es enseñada por los padres, tutores o maestros durante la niñez e infancia, pero si no se logra adquirir durante esos años también es posible autodesarrollarla al momento de querer iniciar el acercamiento con las emociones, logrando traer al hoy y ahora la emoción, teniendo así la responsabilidad de “sentir” la emoción con la intensidad necesaria y el tiempo adecuado, para luego poder minimizarla y regresarla a la memoria emocional, todo este proceso es un proceso integral, no podemos separar la voluntad, la emoción y la razón del mismo.

El gestionar las emociones no es sinónimo de insensibilidad o que las cosas que pasan no parten el corazón, el gestionar las emociones es una capacidad aprendida del desarrollo de la inteligencia emocional, con lo que se permite sentir una emoción, pero también se puede logra minimizar y gestionar para seguir viviendo, no hay un estancamiento, todas las personas atraviesan por momentos que podrían lisiarlos emocionalmente si no son manejados de manera adecuada, aprender a sentir el dolor es parte fundamental de la recuperación.

Muchas veces se debe empeorar para empezar a sanar.

La recuperación no es sinónimo de ya no sentir la emoción, sino del manejo adecuado de la misma, la cual requiere de una integración de la misma, el dolor, el sufrimiento y la ira, son parte de una persona como lo es la felicidad, el amor y la armonía, son parte de un ser, ninguna emoción es buena o mala, sino que positiva o negativa ya que toda moneda tiene dos caras, pero sigue siendo la misma moneda.