La Alteridad

La Alteridad

¿ Qué es la Alteridad ?

Viene del “alter” latino (el “otro” desde el punto de vista del “yo”), la alteridad es un principio filosófico por el cual la propia perspectiva cambia, la del yo, la posición de “uno” por la del “otro” , considerando el punto de vista, la ideología, los intereses y la concepción del mundo del “otro”, dando por sentado y teniendo. Alteridad significa cambiar la perspectiva de uno por la de otro, teniendo en cuenta su punto de vista. No se trata de cambiar la opinión o convicciones, sino contemplar la posibilidad de otros puntos de vista

Uno de los principios de la teoría de la alteridad es que “ el yo “, en su forma individual, solo puede existir a través del contacto con   “el otro” , pues el ser humano, como sujeto social, tiene inherentemente una relación de interacción y dependencia con el otro. La diferencia constituye la base de la vida social y de sus dinámicas y, al mismo tiempo, la fuente de sus tensiones y conflictos.


El hombre percibe su finitud, entre otras cosas, porque depende del encuentro con lo otro, con lo que no es él. La alteridad es un valor esencial que nos enseña a participar de la globalidad, de la extensa complejidad y riqueza del ser humano. 

Participando de este concepto, el hombre se desubica de su eje principal, de su “ego” para adentrarse en el mundo del “alter”, en el mundo del otro. Este proceso requiere de generosidad hacia uno mismo y hacia los demás, demanda adentrarse en el mundo y perspectiva del otro para entender su verdadera situación.

La Alteridad posibilita que pueda establecer relaciones con el otro basadas en el diálogo y la conciencia y valoración de las diferencias existentes. La alteridad representa una voluntad de entendimiento que fomenta el diálogo y propicia las relaciones pacíficas. 

La alteridad también puede entenderse a un nivel más amplio. El encuentro entre dos países o dos pueblos implica poner diferentes formas de vida frente a frente.

La alteridad laboral, es la condición de descubrir desde nuestra perspectiva, la experiencia de la otra persona en su trabajo cotidiano, es decir, entender como la otra persona se ve y se entiende en su entorno laboral, de acuerdo a su cultura.


El Yo frente al Otro- Emmanuel Lévinas

- La identidad es el conjunto de los rasgos propios de un individuo o de una comunidad. Estos rasgos caracterizan al sujeto o al colectivo frente a los demás. La identidad también es la  conciencia que una persona tiene respecto de sí misma y que la convierte en alguien distinto a los demás.

Aunque muchos de los rasgos que forman la identidad son hereditarios o innatos, el entorno ejerce una gran influencia en la conformación de la especificidad de cada sujeto; por esta razón tienen validez expresiones tales como “estoy buscando mi propia identidad”. Es básicamente tener noción o reconocimiento de las singularidades de los otros individuos como personas diferentes. Al reconocer dichas diferencias la propia persona puede asumir su identidad.

- La Otredad es básicamente tener noción o reconocimiento de las singularidades de los otros individuos como personas diferentes. Al reconocer dichas diferencias la propia persona puede asumir su identidad. Es la capacidad de tomar consciencia de la individualidad de sí propio mirándose desde una perspectiva ajena a sí mismo. La Otredad en la vida cotidiana se produce en los procesos cuando se pasa de la niñez a la adolescencia. 


Es el reconocimiento del Otro como un individuo diferente. Es el poder coexistir entre todos y fomentar el crecimiento de cada individuo. Surge a través de construcciones psicológicas y sociales. 

- La empatía  es la capacidad cognitiva de percibir, en un contexto común, lo que otro individuo puede sentir. También es descrita como un sentimiento de participación afectiva de una persona en la realidad que afecta a otra.

La empatía es la capacidad para ponerse en el lugar del otro y saber lo que siente o incluso lo que puede estar pensando. , se trata de una reacción inmediata e inconsciente, que no pasa por la razón y el intelecto, y que nos lleva a participar afectivamente en la situación de otro ser humano.

La principal diferencia entre empatía y alteridad es que la primera es una reacción involuntaria y emocional, mientras que la segunda es una técnica voluntaria y racional. Por un lado, la empatía es la capacidad cognitiva y emocional de sentir lo mismo que siente otra persona. En cambio, la alteridad es la habilidad racional de cambiar la perspectiva y ponerte en el lugar de otra persona para entender por qué piensa como piensa o por qué actúa como actúa teniendo en cuenta sus creencias, cultura y conocimientos.


Dos formas de relaciones  de Alteridad

El filósofo Mariano Moreno Villa en su El Diccionario de pensamiento contemporáneo (1997) señala que gracias a la alteridad se presentan acciones sociales enajenantes (por ejemplo victimizar a otro), de indiferencia (verbigracia cuando se inhibe la preocupación por una persona en particular) y de tensión (como el estrés que se siente por la presencia de alguien en particular). Además de las anteriores se producen situaciones de encuentro humano que implican el afecto entre alteres. Por ello surgen dos formas de relaciones de alteridad. Una de ellas negativa ( Relaciones  Alteradas ) y otra positiva para  del contacto humano. ( Relaciones Equilibradas  ). 

a- Relaciones Alteradas

En el proceso yo–tú surgen mecanismos contradictorios que podrían llamarse alteraciones. Hay dios situaciones en las que  alteridad se distorsiona, mediante la Discriminación del Otro y mediante la Distorsión por la Autarquía del Yo . 

a1 - Discriminación del otro.

La consideración de otro ser humano como inferior al sí mismo es una nota característica de la historia de la humanidad. En esta alteridad alterada  encierra la descalificación, la  indiferencia, la exclusión, la ecpatía, la restricción, el prejuicio y las preferencias.


La Ecpatia

La descalificación de lo distinto significa llenar de matices diferentes al alter acusándolo de carecer de lo positivo. Dicha realidad persigue invalidar al alter en búsqueda del logro de la superioridad del ego. De esta forma se anula el derecho humano de ser quien se es y cómo se es. 

La exclusión consiste en el acto de separación del ego por vía de la negación de la presencia necesaria que constituye el alter. En esa actitud de descartar al alter, imposible de eliminar, surgen una serie de acciones opuesta a la tolerancia. Dicho alejamiento se va alimentando de la ecpatia predominante en el ego. (  la ecpatia es lo contrario a le empatía, es un proceso mental voluntario de supresión de sentimientos, actitudes, pensamientos y motivaciones hacia el otro ). 

La restricción es otra forma de alteración  que trata de limitar la presencia del alter en la vida del yo . Esta condición se materializa encontrando aspectos característicos del alter que permiten sostener la negación de su particularidad. De allí que el prejuicio se asocie a esta forma de interaccionar y genere expresiones de xenofobia, terror verbigracia a los negros, a los pobres, a los gordos,...

La preferencia es una forma de omitir al alter buscando otro ego(s) cuyas especificidades, tipologías, idiosincrasias, cualidades o rasgos sean opuestos al alter que se desea relegar. La acción de predilección es una de las más sutiles formas de ignorar a los demás.

a2 -Distorsión por autarquía del yo.

También ocurre una distorsión de la alteridad por autarquía del yo, produciéndose violencia, imposición, enajenación y tensión entre las personas. Sin duda, cuando el ego llega al engreimiento y no acepta su limitación humana, genera violencia. Esta situación puede adquirir formas de agresión física o verbal. Desde este punto de vista, se evidencia la imposición de un yo autosuficiente como forma de dominio sobre el alter. Mandar al otro a través de la fuerza o comprometiéndolo sin tomar en cuenta su libertad, es una forma que asume el ego para hacerse valer como superior.

Finalmente, ambas formas de relaciones de desasosiego, bien sea por discriminación o por autarquía, producen consecuencias en el yo de cada otro. Ferrater (2004) plantea que la alteración o salida de sí puede generar: a) sumisión a lo externo a cada yo; y, b) sumisión a lo que trasciende el propio ser. Este sometimiento conduce a un alejarse del sí mismo.

Sin duda, la alteridad inadecuada trae como consecuencia la rigidez y el desasosiego en cada ser humano. Por ello, se deberá saber manejar la alteridad si se aspira a vivir en armonía.


b- Relaciones Equilibradas

Cuando la alteridad se muestra liberada y equilibrada, las relaciones  entre las personas son armónicas. Se manifiesta el reconocimiento,  la responsabilidad, la reciprocidad, la complementariedad, el encuentro entre las personas, la empatía, la tolerancia, la ética como unidad y evidentemente, la aceptación.

El reconocimiento por parte del yo al alter es producto de la interiorización de la condición de igualdad. Por ello se produce un respeto que no intenta poseer sino aceptar al otro, aún cuando se desconozca lo que encierra. 

La alteridad efectiva pasa también por la responsabilidad que implica el estar con otros. Se produce también la complementariedad: cada ego es la suma de muchos yo (alteres) que van nutriendo su presencia en la existencia. 

Ahora bien, no sería posible una alteridad positiva acerca del otro sin la presencia dialógica que implica la interacción. Para que se conjuguen, armónicamente o en sano equilibrio las bases del proceso de alteridad, hace falta la mediación resultante de la comunicación. En este sentido, producto de las vinculaciones surge el diálogo, cuya esencia nace de la esfera del “entre”. Desde allí emerge el lenguaje cuyo nacimiento es fruto directo de la proporcionada alteridad.

Por consiguiente, el componente clave del proceso está revestido por la empatía como intención de disponerse a entender cómo el alter se experimenta a sí mismo. Algunas de sus manifestaciones permiten superar la tensión y la vez alejarse de la ecpatía para pasar a la empatía o experiencia de la conciencia ajena. De esta forma, se gesta la llamada tolerancia entendida como dar tiempo al otro para que demuestre su razón, por la cual persigue un desinterés por acordar la verdad. 

Al ser tolerante se sufre lo adverso pero se entra en el terreno de la aceptación del alter. Por ende, se entra en el ámbito del encuentro yo-tú. De ahí que ego y alter, más allá de los artificios de la alteración, producen un equilibrio. De este modo se consuma la alteridad funcional como una forma de ser en torno al otro en forma armonizada.

En la medida en que la relación se convierte en una posición de proximidad se genera la ética como unidad. El respeto a la vida en su más profunda expresión se consuma en la idea de ser uno del ego y del alter. Puesto en otros términos, lo más importante de la alteridad funcional es la integración de los egos. La posibilidad de alteridad funcional nace a partir del autoreconocimiento como un ser limitado. Visto de esta manera, se supera el individualismo y se entra en una relación que supera las etiquetas. Partiendo de este pensamiento cabe también la consideración de que el yo puede encontrarse con el otro. Evidentemente, no existe el yo en sí, sino en relación.

El encuentro con los seres humanos es lo que dota de significado al yo y al tú. En el encuentro se da y se recibe, razón por la cual el encuentro será posible en la medida en que se considere, como dijo Rogers, al otro como persona y no como etiqueta.


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