La búsqueda de la estética en las entidades corporativas
Hace algún tiempo, en una conversación trivial de trabajo, un jefe cerro la conversación con el siguiente comentario: -"Tú no eres bonita, tú eres inteligente"- Tenía 22 o 23 años, en ese momento no lo tome a mal porque teníamos una relación de "amistad" y no hallé dolo en su tono de voz ni en el contexto de la charla. Sin embargo, retumbo en mi pensamiento como un eco y me hizo pensar en mi posición laboral y en mi vida en general.
He de confesar que incluso me sentí halagada, como si prefiriera poseer intelecto a estética, como si se presentará ante mí una verdad.
Conforme paso el tiempo y la idea seguía en mi cabeza; comenzó a molestarme y el eco se transformó en un crujir de dientes insoportable. ¿Por qué no puedo ser ambas?, ¿Por qué la idea inicial resulto satisfactoria?, ¿En qué momento ser bonita se convirtió en un prejuicio?, ¿En qué momento la estética y el intelecto se pusieron en versus? Es acaso un estigma que acompaña a la mujer y a su crecimiento profesional (sino es que en todos los ámbitos).
Nunca me he considerado feminista, no porque no desee la liberación femenina, la justicia o la equidad de género, sino más bien porque reconozco que no he hecho de forma directa algo a favor del movimiento o aportación a la lucha por el cambio, al menos algo que tenga un verdadero impacto, más allá de compartir algún video o nota en redes sociales. No obstante, no estoy dispuesta a callar la crítica a una realidad laboral tan cercana a mí.
Hablaré de los números grandes, de manera general y sin intención de que la minoría se moleste, porque reconozco que no todos los hombres o las empresas son iguales y también reconozco que en muchas ocasiones las mujeres fomentamos la desigualdad y las sentencias hacia nuestro propio género. también hago mención que no se trata de mi empleo actual y que esto más que una queja personal, atañe a un dolor sociocultural que va más allá.
Me he enfrentado a perder oportunidades laborales por no vestir mejor o por no ser más guapa, se ha puesto en tela de juicio mi capacidad como profesional por no estar "buena" o por estarlo y creer que se ha visto en mi solo la imagen.
A continuación, les comparto un dialogo de una novela checa - La despedida, Milan Kundera.
"-¿Cree usted que las rubia son distintas a las morenas?- dijo Bertlef.
-Por supuesto- dijo el doctor Skreta-. Lo cabellos rubios y morenos son los dos polos del comportamiento humano. Los cabellos morenos representan virilidad, valor, franqueza y actividad, mientras que los rubios simbolizan la feminidad, la ternura, la impotencia y la pasividad. De modo que una rubia es, en realidad, doblemente mujer. Las princesas tienen que ser rubias. Por eso las mujeres, para ser lo más femeninas que pueden, se tiñen de rubio y nunca de negro.
-Me gustaría saber a través de que vías hacen valer los pigmentos su influencia sobre el alma humana- dijo Bertlef escéptico.
-No se trata de pigmentos. Las rubias, sobre todo las artificiales, imitan involuntariamente a sus cabellos. Quieren ser fieles a su color y se transforman en seres frágiles, en muñecas de juguete, exigen ternura y atenciones, galantería y pago de alimentos, no saben hacer nada por su cuenta, por fuera son todo finura y por dentro grosería. Si el pelo moreno se pusiese de moda en todo el mundo, se viviría bastante mejor en esta tierra. Esa sería la más importante reforma social que se hubiera realizado jamás."
Analicemos el dialogo anterior, dejemos de lado la raza y sus pigmentos, partamos de cómo es percibida la feminidad y la mujer (que aunque muchos los confunden son conceptos diferentes y no necesariamente están relacionados) la feminidad ha sido vista como la pasividad, la fragilidad, lo luminoso, lo tierno, lo dulce. La mujer es percibida como un ser que está limitado a imitar, a obedecer y a estar en falta.
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Mencionó lo anterior porque desde Freud, al explicar el desarrollo psíquico del ser humano, parte desde la verdad del hombre. Los niños y las niñas crecen y se dan cuenta de que hay "no-penes", los varones empiezan a generar lo que se llama angustia de castración -Tengo un pene y puedo perderlo- y las niñas lo viven como un prejuicio, un complejo de castración -No he sido provista de, ojala me crezca-. Todo esto planteado desde la existencia de un solo lado.
¿Qué es entonces la mujer?, ¿Es Lo-No-Hombre?, ¿Cómo podemos basar la diferencia de los sexos solo por la ausencia de un pene?, ¿Cuándo se hace presencia de la vagina, el clítoris, del útero? Ahora bien, el hombre, es asociado a lo activo, a la virilidad, al valor, a la energía y tiene el permiso de ser oscuro si gusta.
Volviendo al ámbito laboral y al comentario de mi ex jefe, la mujer tiene el permiso de ser fea o el permiso de ser tonta, pero no ambos. Se vale que los corporativos contraten a una chica muy lista, aunque no sea muy bella y “la utilicen” solo para ciertos trabajos -No le des mucho exposure-. También es válido contratar a una mujer guapa, aunque no tenga las habilidades/capacidades que se buscan, siempre y cuando realmente sea guapa. -De rato aprende, hay que enseñarle o nos sirve de imagen-
¿Han observado en vacantes masculinas el término "buena presentación"? No dudo que sea algo que ciertos corporativos demanden, para cierto perfil, pero no es un filtro declarado al que el hombre se tengas que enfrentar en la misma medida que la mujer, viene de manera explícita en avisos de ocasión y se pide el respaldo de una fotografía al interesarte por la vacante y enviar tu CV. La fotografía se pide a ambos, argumentarán, pero sabemos que los estándares declarados y no dichos son diferentes. Es la mujer la que tiene que usar tacón, falda, maquillaje y un buen peinado y es la mujer la que se enfrenta a la jiribilla sobre su aspecto.
Con esto no quiero dar a entender que estoy peleada con la belleza, con el maquillaje o la moda (Coquette y todo lo que se venga). Lo que quiero dar a entender es que en la mujer el valor de la belleza está polarizado, por un lado aclamamos mujeres bellas, yo misma desearía tener un súper cuerpo, un cutis perfecto y un cabello de ensueño, y por otro lado, al ver a una mujer muy bella, como una modelo o miss universo queremos encontrarle defectos que vayan más allá de su aspecto; en sus discursos, su forma de pensar, algo que nos haga "validar" el estereotipo de que es "tonta", porque claro, ¿Cómo la mujer puede ser un ser completo, si es la Pas-tout (No todo)?
Por último, en aquella ocasión me sentí a gusto con el comentario de "No eres bonita" porque fue más fácil para mi asociar al termino bonita con los estereotipos negativos, hoy lo repruebo, porque la estética no es un skill laboral y no tendría porque entorpecer o acelerar el crecimiento profesional.
Parafraseando al doctor Skreta (personaje ficticio de la novela antes citada)
"Si -la equidad de género- (no el cabello castaño) se pusiera de moda en todo el mundo, se viviría bastante mejor en esta tierra. Esa sería la más importante reforma social que se hubiera realizado jamás.
En mis palabras, si el hombre y la sociedad en general cultivada en el patriarcado, entendieran de una vez por todas que la mujer es un ser completo, un ente total, no nacida de la costilla de Adán, tal vez podríamos encontrar "la cura" como sociedad.
Aline Gzz.