La brecha generacional no es un impedimento para crear grandes equipos

 Por Hyde & Seek

El tema de las brechas generacionales siempre ha sido de peso dentro de la agenda de diversidad, equidad e inclusión (DEI). No obstante, es uno de los temas que puede causar mayor fricción al interior de las empresas. Desde puntos de vista morales hasta cambios en las competencias tecnológicas, los individuos pueden ser —sin así quererlo— un reflejo de las complejidades de sus tiempos. Esto, sin embargo, no tiene por qué determinar una falta de entendimiento a nivel intergeneracional. Bajo un modelo de liderazgo adecuado, puede ser una ventaja para crear equipos más diversos y en los que las competencias técnicas puedan acompañarse del valor de la experiencia.

Hoy en día, por lo menos cuatro generaciones distintas pueden llegar a compartir un espacio de trabajo: los baby boomers, la generación X, los millenials y la recién llegada generación Z. Esto ha llevado a que en países como Estados Unidos, exista una contrastante percepción a nivel de comportamiento en torno al trabajo en general. Es común, por ejemplo, que las generaciones mayores consideren que las más jóvenes no se conforman con los prospectos de su trabajo, que insisten demasiado en modelos de trabajo remoto, y que no siguen esfuerzos sostenidos para conseguir sus metas. Por otro lado, los jóvenes pueden considerar que los empleados de más edad son menos creativos y más inflexibles. 

Una de las consecuencias de esto es que exista un menor compromiso de los jóvenes hacia su trabajo y que sean más estáticas las dinámicas dentro de las empresas. Aunado a esto, mientras que los jóvenes se han vuelto más exigentes en su busca de un trabajo que pueda tener un impacto, las compañías —a causa de la crisis de la covid-19— se encuentran bajo una gran presión por tener un buen desempeño a nivel de mercado. Esta fricción dramatiza las diferencias generacionales a nivel del espacio de trabajo, por lo que es necesario tener una estrategia que pueda sacar provecho de estas discrepancias y hallar sinergias entre equipos de distintas edades. 

De acuerdo con la abogada Heidi K. Gardner y a la ejecutiva Denise Roberson, quienes se han especializado en estos temas a nivel consultoría, lograr buenos equipos intergeneracionales puede tener resultados positivos a nivel de ingresos y robustecer el sentido de una compañía. Para hacer esto, la misión de la empresa debe de pasar a través de todos los estamentos de la organización. De acuerdo a su experiencia presentada al Harvard Business Review, esto no sólo puede fortalecer la innovación en la empresa sino también fortalecer las relaciones con los clientes.  

Para darle la vuelta al tema de las diferencias de edad en el medio laboral, los líderes de la compañía deben de buscar formas en las que se pueda robustecer una idea de identidad que vaya más allá del tema de lo generacional. Sin embargo, esto no es algo que se pueda lograr simplemente con estrategias de integración e inclusión. Las especialistas recomiendan tres estrategias puntuales: alimentar un propósito común e intergeneracional, lanzar equipos diversos para cada nuevo proyecto e implementar un programa de mentores liderado por jóvenes.   

UN PROPÓSITO QUE UNE A LAS GENERACIONES

Las generaciones jóvenes buscan tener un compromiso laboral con organizaciones que se alineen a su visión del mundo, pero esto no es algo que las distinga de sus predecesoras. Por esto, se recomienda que los líderes y gerentes fomenten reuniones entre miembros de distintas edades dentro de sus compañías para compartir sus valores y sus propósitos de vida. Cuando el sentido de compromiso social de un empleado se puede ligar al de sus antecesores, al igual que al de su compañía, pueden crearse sinergias dentro de los equipos que a la larga favorecerán la retención de talento. El compromiso del empleado joven debe de ser tanto consigo mismo y sus colegas, como con la compañía, para que éste se sienta útil y satisfecho. 

APROVECHAR EL LANZAMIENTO DE EQUIPOS DIVERSOS

En lugar de pretender que las diferencias entre generaciones son insignificantes, es una mejor estrategia señalarlas cuando se presenta un equipo. Con una presentación interna entre los miembros de un equipo al momento de su lanzamiento —incluso cuando algunos integrantes ya han trabajado juntos— se fomenta el reconocimiento a las experiencias y las aptitudes de todos los empleados sin importar la edad. En estas reuniones, los mismos empleados pueden presentarle a sus colegas qué es lo que pueden aportar al equipo y las áreas en las que son expertos. Además de que esto fomenta el respeto a través de distintas generaciones, es un tipo de colaboración que puede llevar a un mayor sentido de pertenencia entre miembros del equipo e impactar positivamente a nivel de ingresos y satisfacción de los clientes. 

IMPLEMENTAR UN PROGRAMAS DE MENTORÍAS JÓVENES

Una forma de fortalecer los lazos entre generaciones es facilitar la comunicación entre ellas. Dada la alta competencia tecnológica de las nuevas generaciones, hoy en día resulta muy útil establecer programas en los que un empleado joven capacita a uno mayor, sobre todo en temas como redes sociales, resolución de problemas técnicos e incluso estrategias para la colaboración. Además de los beneficios que esto puede traer al empleado de más edad, esto es algo que también fomenta su empatía y su entendimiento por las preferencias de los trabajadores jóvenes, haciéndolo más flexible. Por el otro lado, es una estrategia que también puede afectar positivamente al joven mentor, pues lo lleva a impulsar su confianza y sus habilidades para comunicarse. Sin embargo, es muy importante que el departamento de RRHH haga un buen sondeo para determinar quién debe asesorar a quien. Este tipo de programas, además, puede darle buena retroalimentación a la compañía de sus áreas de oportunidad, además de que puede facilitar también el diseño de estrategias para la atención a clientes desde distintos ámbitos generacionales.

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Aunque sobrepasar las diferencias generacionales es todo un reto, nos encontramos frente a un escenario que permite crear equipos diversos donde el valor de la experiencia puede sumarse a la competencia multimodal y tecnológica. Con las estrategias de inclusión adecuadas —como fortalecer los propósitos que unen a las generaciones, aprovechar los lanzamientos de equipos diversos e implementar un programa funcional de mentores— las empresas pueden potenciar las capacidades y la unión de sus equipos.  

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