La cosificación de los cuerpos en las apps de citas

Ana y Juan están en un carrete (fiesta) de amigos, se miran y se acercan a conversar. Ana saluda "Hola! ¿cuánto mides?"

Luis e Ignacio están en un bar, luego de toparse en la barra Ignacio pregunta "Hola! ¿Eres nutria u oso?

Raro ¿no? En las interacciones presenciales no partiriamos conversando así, hablando del cuerpo del otro: sería transgresor y daría cuenta de una falta bien grande de habilidades sociales. Sin embargo, al ver una foto en una app de citas pasa lo contrario: al estar interactuando con un objeto, es fácil tender a cosificar al otro y partir conversando desde ese lugar.

Nos pega a todos este tema, hace poco que se hizo famoso el no se habla del cuerpo de otros, sin embargo es una practica tan internalizada en nuestra cultura que va a tomar tiempo que cambie. Una vez tuve una conversación sobre las diferencias de altura en las citas heterosexuales y una chica contaba que a ella le daba mucha ansiedad ese tema porque es alta y vive en Chile, donde la altura promedio de hombres es 1,71 y de mujeres es 1.59 cm, entonces parte preguntando desde un inicio. Delicado ¿no? Si las interacciones partieran al revés, hombres preguntando cuál es el diamétro de cintura, sería una pésimo.

Es obvio que no estamos en igualdad de condiciones, debido a la violenta relación cosificadora que nos ha dejado el patriarcado como mujeres, aprendimos rápidamente que la cosificación es violencia. Ahora ¿hay algo de esa violencia que no le pasa también a los hombres? Más normalizada, más implementada (no por nada, la app de Grindr deja casilla para posición sexual de preferencia y tipo de cuerpo), pero no por eso menos violenta.

¿Qué pasa con la inseguridad de los cuerpos masculinos? Hay algo que descontruir ahí también. Un ejercicio simple: al buscar en google body positive ilustration salen ilustraciones de cuerpos femeninos en su mayoría. ¿El body positive no debería ser tan amplio que sume cuerpos masculinos y de diversidades?

Ahora, claro está, cada cuál es dueño de quien nos atrae. Está bien, en gusto no hay disgustos pero son temas que se deben quedar en la esfera intíma, si salen en la interacción de un otro sí o sí es violencia.