La disciplina no tiene que ser dolorosa
La motivación y disciplina son dos caras de una misma moneda. Cuando estás motivado, sientes que puedes con todo y no necesitas la disciplina para hacer, pero cuando no lo estás, necesitas de la disciplina para continuar el camino. Se reduce a cara o cruz, motivación o disciplina. Sea cual sea, está claro que lo importante es mantenerse constante en el tiempo para conseguir los resultados que quieres.
No puedo empezar a hablar de un tema, sin antes recordarte algo muy obvio: Todo es relativo a la persona. Nada que te diga será igual de útil para ti, para mí, o para otra persona. Toma lo que te sirva y deja lo que no te aplique, pero, si nunca has probado algo, dale una oportunidad para ver si puede funcionarte.
Los pequeños logros
Los pequeños logros son más importantes que los grandes HITS. Yo no creo que el éxito es algo de la noche a la mañana. El éxito es la suma de pequeñas victorias, sean cuales sean esas victorias dependiendo de tu concepto de éxito.
A veces queremos ponernos una actividad muy grande, por ejemplo: hacer 30 min de ejercicio todos los días. ¡WOW! De no hacer nada, a hacer ejercicio 7 días a la semana por 30 min. Es un cambio bastante grande, ¿no crees? Al comienzo seguro que tendrás esa motivación inicial y lo harás, pero pronto llegará el día en que no lo harás y te dirás a ti mismo: "mañana vuelvo a la rutina". Pasará un segundo día y te dirás: "mañana sí vuelvo". Pasará otro día y pensarás: "Mejor empiezo de nuevo la próxima semana con más fuerzas". Al final, terminarás decepcionado de ti mismo porque no pudiste cumplir el compromiso que te hiciste, aunque no lo sientas conscientemente.
Por qué no mejor decir: "al levantarme, haré 10 sentadillas todos los días". Quitas muchas barreras iniciales. No necesitas ropa especial, ir a un gimnasio, ni más de 1 min para hacerlo. Hazlo por varios días y luego, cuando ya sientas que lograste crear el hábito, empieza a hacer un poquito más. Puedes hacer 15 repeticiones, luego 20, luego agregar otro ejercicio. Estas pequeñas victorias te permiten crear el hábito y mejorar tu autoestima. Al ver que cumples tus promesas, tendrás más confianza en ti mismo. Además, 10 sentadillas al día son 300 al mes; seguro son 300 sentadillas que no hiciste el mes pasado.
Mucho o poco es una medida subjetiva. En caso de que lo que quieras hacer requiera de un número (tiempo, repeticiones…), elige el número que mejor se acomode a ti. En el ejemplo uso 10 por ilustrarlo nada más.
Si pierdes la confianza con alguien que te falla 1 vez, ¿cuánta confianza crees tener en ti mismo después de haberte fallado varias veces? Haz borrón y cuenta nueva, empieza a crear pequeñas victorias, ganar confianza en ti mismo y crear pequeños hábitos incrementales.
La importancia del entorno
Crea un ambiente donde sea fácil recordar y hacer lo que tienes que hacer. ¿Quieres beber más agua? Ten una botella cerca de tu cama y de tu lugar de trabajo. ¿Quieres salir a correr en la mañana? Deja preparada la ropa y zapatos antes de dormir. ¿Quieres comer sano? Ten verduras y frutas en casa en vez de otras opciones menos saludables. Lo que tengas al alcance afectará en gran medida lo que hagas.
En el libro: "Hábitos atómicos" de James Clear, encontré esta historia: Anne Thorndike, médica en el Hospital General de Massachusetts en Boston, y sus colegas, diseñaron un estudio de seis meses para alterar la "arquitectura de elección" de la cafetería del hospital. Comenzaron cambiando cómo se organizaban las bebidas en la habitación. Originalmente, los refrigeradores ubicados al lado de las cajas registradoras en la cafetería solo estaban llenos de refrescos. Los investigadores agregaron agua como una opción en cada uno. Además, colocaron canastas de agua embotellada al lado de las estaciones de comida. Todavía había refresco en los refrigeradores principales, pero ahora había agua disponible en todos los lugares de bebidas.
¿Qué pasó? Durante los siguientes tres meses, el número de ventas de refrescos en el hospital se redujo en un 11,4%. Mientras tanto, las ventas de agua embotellada aumentaron en un 25.8%. Hicieron ajustes similares en las estaciones de comida y vieron resultados similares. Nadie había dicho ni una palabra a ninguna de las personas que comían allí, simplemente cambiaron la organización de las bebidas y comida. La conclusión del estudio fue: Las personas, a menudo, eligen productos no por lo que son, sino por dónde están.
¿Cuántas veces no has elegido algo, que sabes no es la mejor opción, solamente porque era lo más cómodo en ese momento?
Usa tus rutinas existentes
Crea una rutina incluyéndola en rutinas que ya tengas. Por ejemplo, te voy a contar una de mis rutinas, aunque me da un poco de vergüenza: Mientras me lavo los dientes, hago “wall sit”. Apoyo mi espalda en una pared, doblo mis rodillas a 90 grados como si estuviera sentado en una silla, y me quedo así hasta que termino de lavarme los dientes. (Aproximadamente aguanto 1:30 min o 1:45 min)
Eso quiere decir que, todos los días, como mínimo, hago 1 min y medio de ejercicio en las piernas; además de caminar. Si recuerdas el primer punto de este artículo, ¡estos suman 45 min al mes! 45 min que seguro no haría si no fuera por esta rutina que incluí mientras me lavo los dientes.
Piensa en qué haces todos los días, haz una lista si te ayuda. Toma la lista y piensa cómo puedes combinar cosas que ya haces en tu rutina diaria con nuevos hábitos que quieres incorporar. A veces podrás combinarlos como yo al lavarme los dientes; otras, podrás usar una acción que hagas todos los días como "preparar café", y tomar esa acción como recordatorio para hacer otra como "beber un vaso de agua". Entonces, la próxima vez que empieces a preparar café, mientras el café se hace, beberás un vaso de agua. Posiblemente ese será un vaso más del que habrías tomado en el día. (Yo estoy implementando esto actualmente)
Piensa menos, haz más
Cuando piensas en hacer, a menos que sea algo que tengas demasiadas ganas de hacer, mientras más lo pienses, más probable es que no lo termines haciendo. ¿Cuántas veces no te ha pasado? A mí me pasa siempre que pienso mucho sobre hacer o no hacer algo. Empiezo a poner excusas, a posponer, o a pensar que me da pereza. En cambio, si inmediatamente cuando me viene a la mente algo que tengo que hacer, lo hago, evito que mi pensamiento se torne contra mí.
¿Cuándo y cómo lo uso? Te doy un ejemplo: Cuando pienso en que debo hacer ejercicio y estoy en casa sin ninguna responsabilidad específica, uso la regla de los 5 segundos. (Pueden ser 5 o 10, tampoco es algo fijo, yo digo 5 segundos por establecer la idea) Cuando se me viene el pensamiento, inmediatamente me pongo a hacer 20 flexiones, o 20 sentadillas, o lo que sea que pueda hacer en ese preciso momento. No permito que mi cerebro divague y piense en postergar o en la pereza, simplemente lo hago. Mientras antes lo haga, menos resistencia tendré para hacerlo.
No esperes. No pienses tanto. Si ya lo pensaste en hacer... ¡Hazlo! ¡Todo suma!
No te olvides de la recompensa
Cuando haces un esfuerzo extraordinario en tu trabajo o por alguien que quieres, ¿no se siente bonito tener unas palabras de agradecimiento? ¿Un comentario positivo? ¿Una pequeña muestra de aprecio? Posiblemente lo haces sin esperar nada a cambio, pero ¿no se siente bien la recompensa, sobre todo si no esperas nada?
Cambiar tus hábitos es un esfuerzo extraordinario y, como tal, mereces una recompensa. La recompensa puede ser muy variada y tú debes saber qué recompensa te va a ayudar a generar esa sensación de querer seguir disciplinado. Por ejemplo: podrías tener una persona o un grupo de apoyo que te vitoree cuando haces lo que dijiste qué harías, o comprarte algo que quieres como premio para ti mismo, o tomarte un día de descanso, o llevar un registro de rachas que te motiven a seguir para no perder esa racha.
Hay muchas formas de recompensarte, busca una que te ayude a conseguir un extra-boost de motivación. No tiene por qué ser todo solamente disciplina, si encuentras motivación, ¡úsala!
Busca el hábito, no el resultado
La mayoría de los resultados que buscamos no son inmediatos, mientras que el “sacrificio” o “sufrimiento” de hacer algo que no queremos, si lo es. Centrarnos en el resultado normalmente puede generar frustración porque, para llegar a él, se requiere de constancia y paciencia haciendo cosas que tal vez no nos gustan tanto.
En cambio, si te enfocas solo en hacer la actividad puntual y eso para ti ya es un resultado, no tienes que esperar al resultado final para sentirte satisfecho. La idea es que el simple hecho de beber un vaso de agua o de hacer una rutina de ejercicio, por sí mismo, ya sea el resultado, ya sea motivo de celebración, ya sea un logro tangible.
¿Sabes cuál es la magia de esto? Empiezas a disfrutar del proceso, de cada actividad por sí misma. El resultado vendrá. El resultado que quieres vendrá tarde o temprano si sigues haciendo lo que tienes que hacer.
Esto se asimila mucho a cómo te puedes sentir cuando estás cerca de irte de vacaciones. Parece que las semanas son más largas de lo normal porque estás constantemente revisando los días que restan. Y, cuando estás en vacaciones, el tiempo se pasa volando, porque dejas de estar pendiente de la fecha. Mientras más pendiente estás del resultado, más sientes que tarda en llegar.
Céntrate en la actividad y no en el resultado. Y, en todo caso, que tu resultado sea cumplir con la actividad y no llegar a una meta final. Sé constante, llegarás sin darte cuenta.
La disciplina no tiene que ser dolorosa
La disciplina normalmente tiene una connotación negativa, porque muchas veces se trata de hacer cosas cuando no queremos hacerlas. Sin embargo, espero que estos tips hagan menos “doloroso” ese camino hacia conseguir lo que quieres en tu vida. No tiene por qué ser doloroso si empezamos por ponernos metas que realmente queremos y por las que estamos dispuestos a luchar. Sobre todo, si logramos disfrutar del camino, del paso a paso, de cada actividad que hagamos.
Creo que la vida no se trata de llegar a una meta y ya. Si fuera así, la vida perdería sentido en el momento en que se alcanza esa meta. Se trata de elegir un camino sin fin y disfrutar de caminar por el. Sin arrepentimientos, por decisión propia. Recuerda que tus decisiones son tuyas, porque las consecuencias también lo serán. La única persona que vivirá contigo toda tu vida, eres tu mismo.
Gracias por llegar hasta el final. Si te ha gustado, solo te pido que lo compartas, no cuesta nada y a mí me ayuda mucho. De antemano, ¡GRACIAS!
Estudiante en Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua
5 añosExcelente todo lo que he leído, gracias por compartir lo importante que es poder estar motivado para lograr nuestros objetivos día a día. Me ha hecho reflexionar bastante.