La gestión de personas según Antonio Resines: Café, porras y trato humano
El otro día me encontré con un post de Antonio Resines que me hizo reflexionar profundamente sobre la gestión de personas. Sí, Antonio Resines, ese actor que muchos recordamos por su humor desenfadado y su capacidad para reírse hasta de sí mismo. Y es que, en esta ocasión, no nos hablaba de películas ni series, sino de algo tan relevante y necesario como el liderazgo en el entorno laboral, pero con su toque personal: humor y humanidad.
En su post, Resines compartía 11 consejos para que todos quieran trabajar contigo.
Y no, no eran los típicos consejos de manual de liderazgo que te invitan a ser un gurú del management. Sus recomendaciones iban desde traer café y porras si llegas tarde, hasta reírte de tus errores cuando la cagas. Parece una lista de "cosas simpáticas", pero cuanto más las analizas, más sentido tienen.
El humor como herramienta de gestión
Cuando pensamos en gestión de equipos, solemos imaginarnos gráficas, reuniones interminables y una serie de políticas de recursos humanos que intentan abarcar lo imposible. Sin embargo, Antonio Resines nos recuerda algo que muchas veces olvidamos: el humor y la cercanía son esenciales en el liderazgo.
El humor no solo nos ayuda a descomprimir tensiones, también nos humaniza. Nos conecta con los demás de una forma que ningún correo corporativo de “feedback” puede lograr. Y aquí entra en juego uno de los puntos que más me llamó la atención de su lista: si metes la pata, ríete de ti mismo. En un entorno tan competitivo como el actual, reconocer nuestros errores y hacerlo con una sonrisa puede ser la clave para mejorar nuestras relaciones laborales. Al final del día, todos somos humanos y todos nos equivocamos, pero lo que nos diferencia es cómo gestionamos esos errores.
No somos solo números, somos personas
Otro de los puntos clave que Resines aborda indirectamente en su lista es la importancia del trato humano. Los equipos no funcionan bien si solo son tratados como engranajes de una máquina, donde cada persona es un número más dentro de una hoja de cálculo. La verdadera productividad, la que genera un impacto positivo y sostenible, surge cuando las personas se sienten valoradas y respetadas.
Un elogio en público puede hacer maravillas para la motivación, y una crítica constructiva en privado evita que la autoestima se vea dañada innecesariamente. Pequeños gestos como decir "gracias" cuando alguien te ayuda o invitar a una caña a esa persona que te echó un cable cuando más lo necesitabas no solo crean un ambiente laboral más ameno, sino que fortalecen las relaciones entre compañeros.
La gestión de personas, al final, no se trata solo de cumplir con objetivos y plazos, sino de entender que detrás de cada empleado hay una persona con sus emociones, sus problemas y sus aspiraciones. Ser un buen gestor no es solo guiar hacia el éxito profesional, sino también crear un entorno donde las personas puedan crecer personal y emocionalmente.
Emails largos no, café con porras sí: la clave de la sencillez
Uno de los puntos más acertados de Resines es el de los emails largos. Nadie los lee. Absolutamente nadie. Y es una realidad. En un mundo laboral lleno de información, en el que recibimos cientos de correos al día, la simplicidad es clave. No hace falta escribir un testamento para comunicar una idea o dar una instrucción. A veces, un mensaje breve y claro es más efectivo que una disertación de 10 párrafos.
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Y si tienes que comunicar algo complicado o resolver una crisis, a veces es más efectivo traer café con porras y hablarlo cara a cara. El contacto humano y la conversación directa suelen resolver más problemas de los que creemos. Además, crea un ambiente mucho más distendido en el que las ideas fluyen mejor.
Cañas y colaboración: ¿por qué es tan importante desconectar?
Uno de mis puntos favoritos de la lista de Resines es el de invitar a una caña a quien te haya echado una mano. Parece algo trivial, pero esos momentos de desconexión son cruciales en cualquier equipo. No todo en la vida laboral puede ser trabajo, trabajo y más trabajo. Las cañas, los cafés, las charlas en el pasillo o las comidas de equipo son espacios donde las personas se relajan, se conocen mejor y conectan de una manera más auténtica.
En estos espacios surgen ideas, colaboraciones y, lo más importante, confianza. Y cuando un equipo confía entre sí, la productividad aumenta, los problemas se resuelven más rápido y los conflictos disminuyen.
Reflexión final: ¿hacia dónde vamos en la gestión de personas?
Después de leer los consejos de Resines, me quedé pensando en hacia dónde vamos en términos de gestión de personas. En un mundo cada vez más digitalizado, donde el teletrabajo, los algoritmos y las métricas dominan, el trato humano se vuelve más importante que nunca. Es fácil caer en la tentación de ver a los empleados como números o como resultados de un dashboard, pero eso sería un error.
El futuro del trabajo no puede ser solo tecnología, eficiencia y productividad. Sí, todas esas cosas son importantes, pero no podemos olvidarnos de lo que realmente mueve a las empresas: las personas. Y las personas necesitan sentirse valoradas, escuchadas y, en definitiva, tratadas como seres humanos.
Vamos hacia un futuro en el que la tecnología jugará un papel fundamental, pero las empresas que triunfarán serán aquellas que sepan equilibrar ese avance con un enfoque humano. Donde el café con porras, las cañas y los agradecimientos no escritos sigan siendo parte del día a día. Porque, al final, gestionar personas no es solo liderar, es crear conexiones.
Hiring Team Manager/Desarrollo de Negocio en Serbatic
2 mesesMe ha encantado, sobre todo la última imagen de tu artículo 😎