La implicación del Talento a través de la motivación intrínseca
Se dice que en la distancia, todo se enfría. ¿Es posible mantener la implicación de las personas, aún trabajando en remoto? La respuesta es sí y la clave está en la motivación intrínseca.
El tele-trabajo se ha convertido en una herramienta vital en cualquier organización para poder adaptarse al entorno incierto en que vivimos. No podemos permitirnos que la distancia sea excusa para un rendimiento menor, ni tampoco ser motivo de entorpecer las dinámicas y sinergias potenciales del equipo. ¿Pero cómo hacemos para que la distancia no afecte a la implicación? Teniendo muy clara la motivación intrínseca de cada persona.
"No hay distancia cuando se tiene un motivo" (Jane Austen)
Encontrar este motivo, es decir, esta motivación intrínseca, es un trabajo de introspección primero y de equipo después. ¡Todos somos diferentes! Todos tenemos un VALOR a aportar, que nace de nuestro interior. No tiene que ver con el currículum, sino con aquello que somos. Si este valor se conoce, se comparte y el equipo nos valora por ello, tendremos la oportunidad de aportar lo mejor de nosotros mismos. Si somos capaces de que esto suceda, ocurre algo mágico y es que ¡nuestra alma se implica de forma natural!
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Para descubrir la motivación intrínseca debemos entender el "porqué" de aquello que nos encanta. Es la razón que se esconde detrás y que hace que cuando estemos sumidos en algo, el tiempo pase volando y seguiríamos haciéndolo por puro placer, aún sin recibir nada a cambio. Por poner un ejemplo, puede ser que nos guste leer porque nos encante aprender cosas nuevas o que con ello ampliemos conocimientos para tener una base sólida que nos permita debatir un tema en profundidad. Que nos guste leer para aprender o para tener herramientas para debatir, son diferencias sutiles pero vitales para acabar de encontrar la raíz de la motivación. El hecho por esto, de tomar consciencia, es el primer paso para poder replicar esta motivación y aplicarla en otros entornos de forma intencionada.
No sólo necesitamos tomar consciencia individual, sino una consciencia colectiva, es decir, que el equipo aprenda a valorar a cada persona por lo que es, dando así oxígeno a la motivación. El trabajo en remoto, no es más que otro formato de trabajar, en el que, al igual que en los equipos tradicionales, no es el sueldo, ni los cestos de fruta, ni el horario flexible (u otras fórmulas de motivación extrínseca) los que realmente implican a las personas, sino la posibilidad de poder aportar cada día lo mejor de uno mismo. Cuando esto sucede ¡No hay distancia que frene la motivación!