La Importania del Desarrollo Personal en el Liderazgo

La Importania del Desarrollo Personal en el Liderazgo

El entendimiento de las dinámicas de poder en las organizaciones es uno de las “cajas negras” que hasta ahora ha sido problemática para las mismas. Es un aspecto de la vida en las organizaciones que no se explora con frecuencia, ya que hablar de “poder” o reflexionar sobre el “poder” que tenemos es algo que no concebimos como un tema a entender y atender, y mucho menos estamos acostumbrados a pensar en nosotros mismos como personas con “poder”.  

Nota: Este es un post introductorio, sobre este tema y en las próximas semanas, estaremos haciendo otras inmersiones en el mismo para ir expandiendo el concepto.

Muchas veces temas de clima laboral pueden ser resueltos por un uso consciente y efectivo del liderazgo, temas de resistencia al cambio también pueden ser ligados al uso del poder en las organizaciones, etc. Podemos seguir listando diferentes problemas o dolores organizacionales que se encuentran relacionados al uso inconsciente del poder.

El que no entendamos los efectos del uso inconsciente del poder de los líderes en sus equipos y organizaciones evita que las organizaciones puedan desarrollarse o adaptarse a las necesidades del entorno. ¿Cómo podemos empoderar a nuestra gente si no entendemos lo que es el poder? ¿O si nosotros mismos nos sentimos desempoderados?

Algo que tenemos que recordar, es que las organizaciones son sistemas sociales en su esencia. Aunque tengan una dimensión tecnológica, una función económica, etc. al final del día las organizaciones son sistemas sociales que se ven afectados por el uso consciente o inconsciente del poder de quienes se encuentran al interior de la organización. Los integrantes de la organización son quienes impulsan o frenan el desempeño y evolución de la misma.

En la medida en que las organizaciones buscan mayor eficiencia, existe una tendencia a hacer más planos los organigramas, lo que genera una mayor concentración de responsabilidades per cápita.

Lo anterior, aunque simplifica algunos aspectos de las organizaciones, amplifica la importancia de que los integrantes de una organización entiendan el impacto del uso de su poder. Ya que normalmente somos inconscientes de hasta dónde llegan los efectos de nuestro impacto. Necesitamos reconocer que cómo respondemos correos, tomamos llamadas, cómo participamos en las reuniones, qué tipo de conversaciones tenemos con nuestros equipos, de qué manera nos expresamos, qué celebramos, qué castigamos, etc. Toda participación activa o pasiva dentro de la organización a la que pertenecemos, es una expresión o uso de nuestro poder.

Comprendiendo la naturaleza del poder

Antes de continuar, me gustaría compartir la definición de poder en la que nos estamos basando. Esta definición proviene de la consultora e investigadora Julie Diamond Phd., quien define poder como: La capacidad de una persona (equipo u organización) de impactar e influenciar su ambiente.

Algo importante a notar, es que dicha capacidad para influenciar e impactar nuestro entorno puede tener dos fuentes principales: el mundo exterior y nuestro mundo interior o psicología. Entonces, para hablar de poder necesitamos reconocer ambas dimensiones.

En su dimensión externa, podemos reconocer el poder estructural o poder del rol. Esta categoría está relacionada con la posición en la organización, ya sea porque la persona se encuentra en una posición de dirección, gerencia, es el dueño de la compañía, es líder del proyecto, del presupuesto, etc.

En su dimensión interna, hablamos del poder personal. Poder personal son los recursos internos con los que cuenta la persona, todas esas capacidades intelectuales, emocionales, psicológicas, espirituales que ha desarrollado a lo largo de su vida y que lleva consigo a donde sea que se mueva la persona.

Al reconocer la naturaleza exterior o interior del poder que tenemos, podemos reconocer que existe cierta vulnerabilidad al solamente contar con poder externo y no con interno. Ya que el primero, es proporcionado por un agente externo que puede quitar ese rol para dárselo a otra persona. Para el uso consciente del poder que nos dan las estructuras organizacionales, es esencial reconocer que ese poder es algo que existe de forma independiente a nosotros. Es mejor pensar en esta dimensión del poder como una silla, es decir, es simplemente un lugar que ocupamos. Y que cuenta con ciertos privilegios y ciertas responsabilidades.

Un elemento clave para la formación de líderes, es el trabajo de desarrollo de consciencia, ya que un efecto común de ocupar posiciones con poder estructural es que los líderes comienzan a dejar de diferenciar entre ellos y el rol. Es decir, que el líder olvida que se encuentran habitando una silla (rol), y que el poder viene de la silla y no es inherente a su persona. Este dinámica psicológica, es de donde nace el dicho de Lord Acton:

El poder tiende a corromper, y el poder absoluto corrompe de forma absoluta.

Es por eso que el desarrollo de la dimensión interior se vuelve clave. El desarrollo del poder personal, es la medicina para prevenir el uso inconsciente del poder. Ya que el desarrollo de nuestros recursos internos nos ayuda a mantenernos alerta ante la seducción del poder. Una persona que se siente empoderada por sí misma, no requiere de agentes externos que lo empoderen.

Lo que nos vuelve efectivos en el ejercicio de nuestro liderazgo es la capacidad interna de construir nuestra sensación de empoderamiento, independientemente de las circunstancias externas. Dicho estado nos ayudan a sentirnos en control de nuestro destino, a confiar en que podemos sobreponernos ante los tropiezos que tengamos e incluso a sentirnos conectados con algo más grande que nosotros mismos. Todas estas características nos ayudan a darnos una sensación de estabilidad y resiliencia que elevan nuestra efectividad como líderes.

El desarrollo de la dimensión interna del poder (Poder personal) es algo que se puede lograr a través de diversas prácticas, es importante resaltar la palabra práctica, necesitamos tener espacios definidos  como personas (prácticas personales) y como organizaciones (programas de desarrollo de liderazgo) para ir dando forma a nuestra psicología (a través de estas prácticas), de tal manera que cuando llegue el momento estemos listos para hacer frente a los retos y seducciones del uso del poder.

Este tipo de prácticas personales, necesitan ser integrales, en el sentido de que nos ayuden a expandir y fortalecer nuestra personalidad en múltiples sentidos: Emocional, racional, relacional, físico, etc. Este tipo de práctica personal, nos ayuda a que el manejo de las sorpresas que traiga la vida en general y la vida en las organizaciones sea de mejor nivel, ya que en palabras del poeta y soldado griego Arquíloco:

No nos elevamos al nivel de nuestras expectativas, sino caemos al nivel de nuestro entrenamiento.



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