LA LIBERTAD INDIVIDUAL, LA ALTERNATIVA POLÍTICA DEL FUTURO.

LA LIBERTAD INDIVIDUAL, LA ALTERNATIVA POLÍTICA DEL FUTURO.

Cuando éramos niños, nuestros padres eran los que regulaban nuestras ambiciones, deseos, conocimientos y conductas. Ellos eran los que velaban por nuestros intereses y tomaban por nosotros la mayor parte de las decisiones. Pero inexorable el tiempo avanza y esta situación debiera cambiar.

Al ser menores, todo recorte a nuestra libertad en aquellos tiempos, acostumbraba a tener un alto porcentaje de justificación y razón de ser. Pues en la infancia, no se tiene la visión, la inteligencia ni la experiencia suficiente para hacer frente a posibles peligros, riesgos y amenazas propias de la actividad lúdica en la niñez. Pero, ¿en qué momento cree el lector que dejamos de necesitar que limite nuestros actos esa omnipresente autoridad? A la mayoría de edad? Cuando empezamos a trabajar? Nunca?

La gran mayoría de personas a cierta edad adulta, considera que sus progenitores ya no deben mandar sobre sus vidas y han dejado de delegar la responsabilidad de decidir de sus padres a ellos mismos. ¿Pero realmente se ha realizado el relevo del poder de los padres a sus hijos? ¿El hábito de obedecer y dejar que nos digan lo que debemos hacer, es temporal y exclusivo de nuestra niñez?

La autoridad siempre está presente en nuestras vidas. De niños, nos decían cuando nos obligaban a hacer cosas que no queríamos hacer, que era por nuestro bien. Cuando crecemos y somos mayores, es la Administración la que, entonces, nos dice lo que debemos hacer y lo que no. Diferentes personas, aunque una misma figura para nosotros: la autoridad. ¿Se atreve el lector a adivinar cuál es la justificación en esta segunda etapa? Ciertamente, es exactamente la misma: por nuestro bien y por nuestra seguridad.

Numerosos autores han descrito que la persuasión de las masas tienen más en común con la educación de los niños que con otros muchos oficios u ocupaciones. Noam Chomsky, por poner sólo un ejemplo.

En Suecia, el 95% de los pagos se hacen ya con moneda digital. Allí, las iglesias y los “sin techo” reciben las donaciones mediante datáfonos adaptados a este cometido. Nadie duda de que el futuro nos lleva al resto de países, justamente en esta dirección. Control total de la economía de las personas, por parte de los Gobiernos. La gestión de nuestro dinero la deciden sólo unos pocos y son estos los que deciden si quieren que todos nos endeudemos, el precio de los suministros de nuestros hogares, etc.

Y es que el control hacia las personas es cada vez mayor. Regalamos a nuestros dirigentes nuestra libertad de elegir y son ellos los que eligen los impuestos que recibirá el gobierno de nosotros, si debemos tener dinero digital o en efectivo, como sucede en Suecia, o si es seguro instalar cámaras en las calles, por nuestra seguridad, como ocurrió en China. Lo que harán con este poder ya no depende de nosotros. Tan sólo podemos imaginar y tener fe en la naturaleza de nuestros gobernantes.

Con los “Big Data” las autoridades tienen más y mejor conocimiento de todos nosotros, que nosotros mismos. Pudiendo acceder a tanta información, ¿quién decide cómo deberían entonces utilizarla? ¿Dicho control debería limitarse a ámbitos vitales mínimos de los ciudadanos o sería mejor que nuestros dirigentes regularan la totalidad de nuestras vidas?

Si observamos la actualidad, vemos muchas noticias donde dirigentes, haciendo abuso de su posición, han mal utilizado recursos de sus Administraciones en beneficio propio. A mayor escala, también ocurre. El oligopolio eléctrico es un claro ejemplo. Numerosos políticos españoles de todos los colores e ideales, tras dejar su cargo público, ocupan puestos muy bien remunerados en empresas como Endesa, Red Eléctrica Española, Iberdrola, etc. Siendo esto una realidad, ¿el lector apostaría por la neutralidad en la toma de decisiones de nuestros políticos? ¿Decidirán nuestros mandatarios a favor de nuestros intereses o por los de un puñado de multinacionales que les asegurarán un retiro millonario?

La idea de libertad es crucial para muchos aspectos de nuestra sociedad. El intervencionismo económico (según el filósofo Isaiah Berlin, sería libertad negativa) va en detrimento de la creación de empresas y empleo, por ejemplo. En el ámbito legal, la regulación normativa o la ausencia de ello determinan muchos de los debates sociales que tenemos (ocupación, autodeterminación, inmigración, etc).

Las nuevas generaciones, han nacido rodeadas de medios que controlan sus actividades diarias. Tienen internet, redes sociales, teléfono móvil, etc. Siendo nuestros jóvenes la generación más observada de la historia, ¿podríamos decir que gozan de ventaja frente a otras generaciones mayores más libres y descontroladas? Según el informe del consejo de juventud, tenemos la cifra más baja en emancipaciones desde el 2002. Esto, indirectamente, conlleva que tengamos una de las natalidades más bajas de la UE con todos los problemas que esto supone, como por ejemplo hacer frente a las pensiones (hace poco se pidieron 15.000 millones de euros de crédito para poder pagarlas). Tenemos, además, un millón de jóvenes que no estudian y tampoco trabajan.

Existe más información y hay más medios para gestionar mejor un país. En cambio, en muchos ámbitos hemos podido comprobar que esto no ha supuesto un avance. Entonces, pudiera ser que el traspaso de la información y del poder, del individuo hacia el Gobierno, es el verdadero motivo del fracaso de este modelo de gestión? ¿Pudiera ser la libertad individual una nueva dimensión en la política y en la gestión de los países en el futuro?

Saludos cordiales.

Javier Pérez Valladares

Javier Arellano Moreno

Abogado, analista y asesor. Derecho administrativo y contratación pública.

2 años

Impecable

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