LA MIGRACIÓN: UN MOSAICO INTERCULTURAL EN LAS INSTITUCIONES ESCOLARES. CONSTRUYENDO PUENTES DE ACEPTACIÓN, ENTENDIMIENTO E IGUALDAD.

En las escuelas, la población migrante no solo escribe y lee; cada uno de ellos es una historia única. ¿Cómo pueden los educadores y familiares acompañar a estos niños y jóvenes para obtener un proceso de adaptación seguro e integral?

  Las instituciones escolares son estructuras sociales que reflejan parte de la vida de los niños y los adolescentes, de sus familias y de cómo se relacionan con el entorno. Hoy en día, el fenómeno migratorio requiere, por parte de las instituciones, un equipo interdisciplinario capaz de detectar las carencias y proponer un proyecto para solventarlas.

  Los programas académicos deberían adaptarse a lo que los niños y adolescentes viven a diario; es por eso que la docencia debe cambiar y apostar por una formación integral que les permita enfrentar los nuevos retos que las dinámicas sociales y familiares tienen cuando llegan a un nuevo país.

  ¿Cuáles son esas dinámicas que enfrentan la convivencia escolar y la migración hoy en día?

Cada día, familias salen de sus países a buscar mejores opciones de vida, ignorando que ese proceso de adaptación, que implica diversidad, requiere una contención que les permita enfrentarse a la discriminación y la xenofobia de manera funcional, aceptando que el nuevo país no se adapta al inmigrante y que comienza un recorrido por aceptar nuevos patrones culturales, educativos, económicos y sociales.

¿Qué herramientas se proponen hoy en día para que la migración dentro de las instituciones escolares se enfrente al reto de la formación multicultural?

• Formación de los docentes y demás miembros de la institución escolar a través de una evolución sistemática y sostenible en el tiempo como la adaptación de los procesos pedagógicos a nuevas didácticas interculturales, manejadas por un equipo interdisciplinario compuesto por sociólogos, antropólogos, integradores sociales y psicólogos.
• La atención no solo a un proceso bilateral académico, porque a veces en los migrantes los mecanismos de enseñanza son unilaterales y se da inicio a ciertas carencias, como aspectos pedagógicos que no toman en cuenta la necesidad que tiene el migrante de que se reconozcan sus valores culturales y lingüísticos.
• Crear proyectos sociales y educativos que le permitan al migrante, desde su narrativa social y costumbres, compartir sus valores, necesidades y expectativas, intentando que dentro de las instituciones escolares se fomente la paz no como ausencia de conflicto, sino como la capacidad de entender que siempre habrá la existencia de una posible conflictividad que se resuelva desde la negociación, la imposición de límites, la empatía, la solidaridad, el respeto a las diferencias, la justicia social y la igualdad.
• Establecer una red de apoyo entre las familias y las instituciones escolares. Quizás en algunos casos no solo son los alumnos migrantes los que deben recibir atención especial, sino que ese apoyo debe extenderse a su círculo más cercano. En estos casos, las organizaciones sociales y comunitarias pueden ser un gran soporte.
• Los docentes y tutores escolares deben recibir formación integral que demande la actualización sobre las últimas investigaciones y tendencias en educación intercultural.

   La migración ha transformado las aulas en una fusión de culturas, donde la diversidad se convierte en un desafío y una oportunidad. Para construir escuelas realmente inclusivas y diversas, estamos obligados a ir más allá de los programas académicos y abordar las necesidades emocionales, sociales y culturales de los estudiantes migrantes. Al incentivar el diálogo intercultural, el respeto por las diferencias y la colaboración entre familias, escuelas y comunidades, podemos construir espacios de entendimiento y procurar un futuro más justo y equitativo para todos.

Es hora de transformar nuestras aulas en espacios donde todos se sientan bienvenidos y puedan alcanzar su máximo potencial. ¡Descubre cómo! #datosqueinspiran #educacióninclusiva