La nueva era de los Recursos Humanos

En una época de cambios constantes, las compañías y los responsables de las áreas de Recursos Humanos están llamados a replantearse las políticas y  las reglas de la organización, en muchas materias, pero sobre todo en las de atracción, selección, liderazgo, fidelización y desarrollo, si realmente quieren poder atraer y fidelizar a la fuerza laboral del siglo XXI.

Nos encontramos en una nueva era, a menudo conocida como la “Cuarta Revolución Industrial” o la era del “Gran Cambio”, o también “La Revolución del Talento”, en el que la fuerza laboral es cada vez más digital, diversa, global, más consciente de la importancia de cuidar del medio ambiente, de la salud, del tiempo libre y la conciliación, más eficiente con los medios sociales y por supuesto con la automatización.

Pero al mismo tiempo, las necesidades y expectativas de las empresas también están evolucionando más rápido que nunca: con nuevas exigencias, con nuevos perfiles, herramientas, tecnología, modelos de negocio, una competencia cada vez más global y una necesidad de velocidad que a veces asusta.

Por lo tanto, el reto de las organizaciones es precisamente, aprender a cubrir la brecha entre las nuevas necesidades de la fuerza laboral y los requerimientos que demanda el ecosistema empresarial actual, pues si no se hacen confluir las dos necesidades, la brecha será cada vez mayor.

Y dentro de todos estos cambios, posiblemente el más importante es el que se tiene que dar en las áreas de RRHH, pues es realmente el departamento que puede y debe hacer confluir los dos grandes retos.

El área de RRHH está obligada a replantearse su papel y su imagen, pues como hemos visto recientemente en varios estudios, el 75% de los empleados no confía en ella por considerar que están más de parte de la empresa que de ellos y esto realmente es un problema en si mismo pues denota varias cosas:

1. Las empresas no están haciendo lo suficiente para hacer ver a sus empleados que ellos son también parte de la empresa, de hecho, la parte más importante: hay que trabajar mucho más el bienestar del empleado, su formación, su engagement, pero de verdad.
2. Los empleados no se están dando cuenta que su desempeño es directamente proporcional al éxito o fracaso de su empresa.
3. Las áreas de RRHH tienen que entender al 100% que el éxito de la empresa depende muchísimo de su trabajo, no como el negociador, sino como el verdadero artífice de atraer, cuidar, fidelizar y motivar a la mejor plantilla posible.
4. Y la propia sociedad, que todavía divide las empresas entre buenos y malos, entre empresarios y trabajadores, como dos fuerzas enfrentadas. Y por supuesto que son dos figuras distintas, con roles diferentes, pero no nos olvidemos que el objetivo debería de ser el mismo: hacer que la empresa crezca, gane dinero y perdure en el tiempo.

Y es que todo este cambio, nos tiene que llevar hacia la organización del futuro, en donde las formas de trabajar y dirigir, serán radicalmente distintas a como lo hacían hace diez años.

Aspectos como la agilidad juegan un papel clave en este nuevo modelo: la velocidad como decía anteriormente puede llegar a marearnos, pero la falta de agilidad nos hundirá.

Otro aspecto muy importante: romper con las estructuras jerárquicas actuales y encaminarse a modelos centrados en el trabajo entre equipos, que hagan que cada miembro de ese equipo se sienta fundamental y parte de un proyecto común, con capacidad para tomar decisiones.

Pero claro, para que estos nuevos modelos de gestión funcionen, requiere de nuevos líderes, que cuenten con habilidades que antes no se les valoraba, como la gestión eficaz de personas, la negociación, la resiliencia y el pensamiento sistemático. Líderes que conozcan en detalle las habilidades de cada individuo, que cuiden de ellos, con el fin de poder formar nuevos grupos con rapidez y eficiencia, y que sepan definir unos objetivos claros y cuantificables a cada uno de los equipos, y siempre bajo esta premisa:

“si mi equipo es feliz, la empresa gana”

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