Las “algoraves”, las fiestas donde suenan y se bailan... algoritmos.

Las “algoraves”, las fiestas donde suenan y se bailan... algoritmos.

Surgió una tendencia en la que los DJ's tienen un rol totalmente diferente: ya no “pinchan discos”, son programadores que escriben código en directo. Las “algoraves” o fiestas de codificación en vivo son un fenómeno relativamente reciente y bastante llamativo. En ellas, los DJ’s no necesitan ninguna mesa de mezclas, les alcanza con su laptop. Es decir, no manipulan sintetizadores, sino que modifican un código con el que generan melodías improvisadas. Esos códigos se muestran a los asistentes mediante una proyección lo que ocurre en la pantalla.

Los algoritmos ya manejan buena parte de nuestra vida: cuando buscamos pareja en las redes sociales, cuando pedimos un crédito en el banco o cuando usamos el GPS para guiarnos. Ahora, también participan en la noche, cuando salimos a bailar. 

“Estas fiestas tratan de romper prejuicios. Ni los programadores son solo tipos incapaces de tener inclinaciones artísticas, ni los algoritmos son la base de una existencia ya escrita”, cuenta la creadora colombiana Alexandra Cárdenas. Su nombre es habitual en eventos de live coding, disciplina que combina en directo expresiones como la música o la danza con la programación informática.

En el caso de las algoraves, crean partituras con las letras, números y símbolos de un teclado. “No hay nada más matemático que una partitura musical. Creamos o cambiamos esa partitura sobre la marcha para lograr de forma espontánea sonidos que, en muchos casos, un humano no podría concebir por sí mismo. Lo que hacemos es precisamente liberarnos y desprogramarnos de lo que hemos aprendido hasta ahora sobre qué debe ser una canción”, comenta Cárdenas.

El ritmo es impredecible: el DJ crea sonidos individuales modificando un código escrito previamente. En él queda reflejado, por ejemplo, el sonido de un acorde de guitarra o un golpe de caja. Es el software el que se encarga de mezclar cada una de estas notas por medio de unas pautas definidas previamente por el ordenador. Nadie sabe cómo va a ser exactamente la sesión, ni siquiera el propio DJ.

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 El movimiento apenas tiene unos años de recorrido. Surgió en 2012 en Reino Unido, cuando el livecoder Alex McLean decidió bautizar una de las fiestas de música electrónica que organizaba con un acrónimo que combinara los términos rave y algoritmo. Desde entonces, la idea se ha extendido por América Latina y Asia, en especial en países como México y Japón, y empieza a hacerse popular en España.

 Como en casi todos los ámbitos, los conocimientos se complejizaron y las disciplinas empezaron a cruzarse entre sí. Ahora hace falta tener más saberes que antes. No sólo hace falta tener buen oído musical, sino también nociones de matemáticas (no se puede modificar un código en cualquier momento, hay que tener criterio para que la melodía inventada no pierda el ritmo). Y, por sobre todo, curiosidad y atreverse a experimentar.

En marzo de 2019 tuvo lugar el primer festival de arte algorítmico, el Algorithmic Art Assembly, en San Francisco. Los DJ’s utilizaron aplicaciones de iOS para hacer bailar a la gente con su música. Algunos utilizaron programas de software como Max/MSP, SuperCollider y TidalCycles. Aún es muy pronto para saber si las algoraves tendrán futuro; sin embargo, es una idea muy original y una nueva forma de crear música que cambia totalmente el rol y el trabajo que desempeñaban los DJ’s hasta ahora.

Fuentes: Verne, El Español, TN, Metrópoli Abierta

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