Liam Echavarría Molloy

Liam Echavarría Molloy

Alguna vez escuché que Stendhal había dicho que si tomamos una rosa y la sumergimos en agua con sal, al retirarla luego de un tiempo, la rosa está llena de incrustaciones salinas. Según la metáfora se sostiene en tanto que tomamos a un hombre histórico, en todo caso, por delicadeza del experimento, importante, algo largo el tiempo comprendido, de manera tal que hayan desaparecido mucho de los testigos, este hombre emergerá lleno de cristalinidad mítica, lleno de pequeños cristalitos que no ocultan pero difuman lo verdadero, lo descarnadamente verdadero. Veamos el caso del General Juan Domingo Perón Sosa, que tomé de una página del face al que agradezco el material.  "Popularmente se ha sostenido que Juan Domingo nació el 8 DE OCTUBRE DE 1895, en la zona urbanizada de LOBOS, siendo hijo del matrimonio JUANA SOSA y MARIO TOMÁS PERÓN. Sin embargo, los hechos fueron otros: JUAN DOMINGO PERÓN NACE EL 7 DE OCTUBRE DE 1893, en la localidad rural de ROQUE PÉREZ, siendo hijo de MADRE SOLTERA, Juana Sosa, por el cual su nombre sería JUAN DOMINGO SOSA. En este sentido, resulta significativo que, durante su exilio, el General usase un pasaporte a nombre de JUAN SOSA, documentación con la cual regresa a la Argentina después de 17 años de exilio, en 1972". Y cae una gota de tinta sobre la inscripción. Hay abundante notas al respecto como para ventilarla aquí. Esperemos cincuenta años más y el Che Guevara se llenará de pequeños cristalitos porque al mito le gusta la alquimia y le gusta dibujar y coronar de dificultades y orfandades al futuro héroe. Borges nos advierte que al Destino le gustan las repeticiones y simetrías y muchos héroes están indefensos de defenderse de esas tutelas de la literatura y del mito. Nunca pude encontrar la frase de Stendhal, pero así contradiciendo las reglas de la implacable y austera química que no tiene por función, hacer felices a los hombres, la evaporada sentencia del escritor vaga por las mentes pero también por las almas, incautas, desmemoriadas...

Pero un día, de tanto insistir, la encontré, cito solo una parte para no abrumar a los lectores pero dejo la señal de dónde encontrala...

<< – El efecto que produce sobre ese mozo la nobleza de sus rasgos italianos, de esos ojos como él no viera nunca otros, es exactamente parecido al que la cristalización ha operado en la ramita que tiene en la mano y que tan bonita le parece. Despojada de sus hojas por el invierno, seguramente no tenía nada de deslumbradora. La cristalización de la sal ha cubierto las ramillas negruzcas de diamantes tan relucientes y tan numerosos que sólo en brevísimos espacios pueden ya verse aquéllas tal como eran>>

seranceniza.wordpress.com/2018/01/12/mi-rama-de-salzburgo-1/

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