Liderazgo sensible

Liderazgo sensible

Para hablar de liderazgo sensible quiero aunar y desarrollar dos elementos de los que ya he hablado en anteriores artículos: uno es el de un ingeniero en un mundo de personas, y otro es el de ser una Persona Altamente Sensible (PAS).

Me gustaría compartir mi experiencia como responsable de proyectos y de equipos de personas, desde el punto de vista de la Alta Sensibilidad. Fue especialmente relevante el cambio que ocurrió en mi vida, tanto personal como profesional, cuando empecé a trabajar con mi gestión emocional.

Si gestionas correctamente tus emociones despiertas tu gigante interior y empiezas a construir un mundo más sólido y estable. Si no controlas tus emociones eres más maleable y entras fácilmente en “modo veleta”: sin objetivos propios claros y motivadores, con emociones y estados de ánimos frágiles, insatisfacción y desmotivación, en definitiva, una baja autoestima y unos resultados pobres para tus posibilidades.

 

Sin gestión emocional

Cuando no dominas tus emociones, se deriva una falta de gestión mental que te lleva a vivir sin equilibrio emocional durante mucho espacio de tiempo.

Esta situación provoca que te agotes más fácilmente ya que consumes mucha energía de forma errática. Por tanto, no siempre rindes a tu máximo potencial, tal como te gustaría.

Te sientes desorganizado y que te falta de tiempo para muchas cosas.

Esa sensación te lleva poco a poco a una situación de insatisfacción y desmotivación, que te afecta tanto a nivel profesional, como en tu ámbito personal, familiar y social.

Por tu condición de persona empática (y amiga de todos) te rodeas fácilmente de gente que vive en la queja y el desánimo, lo cual hace que te conviertas fácilmente en otro “zombi”. Esta situación se retroalimenta continuamente y te intoxica casi sin darte cuenta.

Además, en nuestro caso, una alta capacidad de empatía mal entendida te invita a complacer a todo el mundo, y a mezclar las relaciones laborales y las personales.

La necesidad de revisar y ordenar tu carga mental y tu pesada mochila emocional se convierten en fundamentales para no caer en el agobio y el desánimo diario.

Sueles sentir una carga emocional y una responsabilidad más allá de tu propio puesto; esto te lleva a veces a no desconectar del trabajo y llevarte las preocupaciones y la carga mental a casa.

Como persona altamente sensible, sientes una especial sensibilidad hacia las injusticias, por tanto, te sientes muy identificado con la defensa de la meritocracia.

Por otro lado, sufres sustancialmente con la acumulación de datos, llegando fácilmente a la saturación. Necesitas de mayor tiempo de procesamiento, por tanto, requieres de más tiempo para realizar las tareas con unos resultados muy óptimos.

Se te plantean numerosos problemas con la gestión de la agenda y los contratiempos. Eres una persona muy organizada y necesitas tus momentos de desconexión para no caer en la saturación.

Eres una persona muy analítica, por tanto, a veces caes en la parálisis por el análisis, ya que antes de tomar cualquier decisión analizas y mides todas las posibles alternativas y sus consecuencias.

Puedes llegar a caer fácilmente en la desmotivación porque al analizar tus posibilidades para un desarrollo profesional, si no observas avances, tiendes a sentirte infravalorado e insatisfecho con tu situación profesional.

A veces no entiendes la diferencia entre exigencia y excelencia, y es difícil que quedes completamente satisfecho con cualquier trabajo que finalices.

El exceso de responsabilidad te lleva a usar un vocabulario muy duro contigo mismo, siendo tú mismo tu peor juez. Generalizas el uso del “tengo que” o “hay que”, frente al “quiero”.

Buscas la aprobación social de tus decisiones. Esto provoca que algunas veces no actúes debido a la incertidumbre del “qué dirán”, ya que eres una persona muy sensible a las opiniones de terceras personas.

Esas dudas provocan que a veces desconfíes de tu propia valía y del valor añadido que ofrece tu punto de vista y tu manera de afrontar los asuntos. Estas situaciones van minando tu autoestima si no pones remedio.

Sueles ser una persona sociable y confiable, aunque en ocasiones, puedes ofrecer la imagen de una persona tímida, reservada o insegura.

 

Con gestión emocional

Según expone Daniel Goleman en su libro “La inteligencia en la empresa”:

“La inteligencia emocional no significa simplemente ser simpático. En momentos puede requerir por el contrario, enfrentar sin rodeos a alguien para hacerle ver una verdad importante, aunque molesta, que haya estado evitando. La inteligencia emocional no significa dar rienda suelta a los sentimientos, sacando todo afuera, por el contrario significa manejar los sentimientos de modo tal de expresarlos adecuadamente y con efectividad, permitiendo que las personas trabajen sin roces en busca de una meta común.”

Los beneficios de un liderazgo desarrollado por una Persona Altamente Sensible con una correcta gestión emocional pueden llegar a ser:

  • Percepción, sutilezas y capacidad de visualización; permite observar el mundo desde otro prisma.
  • Principios y valores: empresas y departamentos humanizados; la empresa es un organismo vivo (Gary Hamel).
  • Iniciativa, creatividad, pasión: empoderar a las personas del equipo y la organización.
  • Liderazgo sensible. Escucha y ofrece gestión emocional del grupo, permitiendo el desarrollo de las personas en beneficio del equipo.
  • Propósito, valores, aportación al bien común, excelencia.

Una persona PAS carga con la necesidad de procesar y asimilar el máximo de datos posibles para componer un buen resultado, ligando distintos conceptos que no tienen por qué estar relacionados inicialmente, lo cual le lleva a ser bastante innovadora.

Le gusta la felicitación y el reconocimiento, y valora muy positivamente su autonomía y su poder de decisión.

Acostumbra a ser una persona que valora mucho la palabra dada, y, por tanto, que genera confianza.

Disfruta practicando un liderazgo reflexivo y consensuado; es poco amigo de las órdenes que considere poco reflexivas e injustas desde su punto de vista.

 

Entorno VICA

En un mundo en constante movimiento, Volátil, Incierto, Complejo y Ambiguo (VICA), las emociones y reacciones del equipo de trabajo impactan en el resultado que se espera de cada uno de sus miembros.

Trabajar en un entorno VICA significa adoptar un rol de explorador, de aprendiz continuo, altamente creativo y que se arriesga para alcanzar sus objetivos. Esto invita a que el ambiente laboral debe ser flexible y colaborativo, con líderes que entiendan y desarrollen este modelo, beneficiando a todos los actores involucrados.

Aparte de las habilidades técnicas profesionales, hoy se requiere que el personal desarrolle, además, habilidades relacionadas con el autoconocimiento y la autogestión, la empatía, generar relaciones positivas, establecer redes y sistemas de trabajo colaborativo, mantener un diálogo fluido y una actitud transparente, sabiendo gestionar positivamente cualquier conflicto que pueda surgir dentro de cualquier relación social y laboral.

En este entorno tan cambiante, un líder destaca por tratar a sus colaboradores como quieren ser tratados, los escucha, reconoce sus esfuerzos, no generaliza sino que personaliza, desarrolla una cultura inclusiva en la que cada individuo es importante y puede desarrollar al máximo su potencial.

Las Personas Altamente Sensibles por sus rasgos de personalidad sensible son perfiles muy recomendables para ejercer este tipo de liderazgo siempre que desarrollen una correcta gestión emocional, como hemos visto en apartados anteriores.

 

Liderazgo

El liderazgo es una actitud ante la vida. No se limita exclusivamente al ámbito profesional.

Además, se puede ser líder sin disponer oficialmente del cargo. No hace falta dirigir una macroempresa para ejercer ese liderazgo, se pueden liderar tareas, proyectos, equipos, etc.

El liderazgo que suele llevar a cabo una Persona Altamente Sensible se basa en la decisión de actuar, desde la responsabilidad, de convertirse en actor principal de sus circunstancias, con principios y valores, creyendo verdaderamente en lo que hace. Un ejemplo de liderazgo sensible.

Le gusta disfrutar de un liderazgo consensuado, que promueve el empoderamiento de las personas, con alta capacidad de empatía y escucha, que fomenta la gestión emocional, que dota de autonomía y capacidad de decisión a su equipo de colaboradores, que defiende la meritocracia y la igualdad de oportunidades independientemente del género y condición de la persona.

 

Liderazgo líquido

"Los líderes actuales tienen que escuchar, ser sensibles y conseguir la inclusión social."

Incluso el Foro Económico Mundial que se realiza en Davos, Suiza, en el año 2017 debatió sobre ‘liderazgo sensible y responsable’. Klaus Schwab, presidente fundador del Foro lo estableció en su discurso inaugural: “los líderes actuales tienen que escuchar, ser sensibles y conseguir la inclusión social”.

Otro concepto asociado a este liderazgo sensible, es el Liderazgo Líquido, donde lo líquido lo representa la capacidad de adaptarse a los cambios del entorno, y esta adaptabilidad no está asociada a una sola persona, sino a las competencias de la propia organización.

Concepto definido hace ya unos años por Zigmunt Bauman en su libro “Modernidad líquida”, donde ya vaticinaba que viviríamos en una sociedad donde imperará la incertidumbre y lo líquido será estable durante muchos años.

El Liderazgo Líquido nace desde dentro hacia fuera, siendo una herramienta para incentivar, motivar, premiar, ayudar, etc, al resto de compañeros de la organización.

Pues lo mismo ocurre con el estilo de liderazgo de los directivos de las organizaciones, que deben adoptar un estilo de liderazgo que vamos a denominar Liderazgo Líquido que consiste en:

“La adaptación a las personas de la empresa debe ser fundamental. Muchas organizaciones ya tenemos diferentes generaciones conviviendo y las necesidades de unas no son las de otras, por tanto adaptarnos a cada una de ellas es fundamental. Elegir muy bien el Foco de nuestras acciones como líderes, este mejorará o empeorará el resultado de las organizaciones. En el mundo del 'multitasking' el Foco se ha convertido en fundamental a la hora de liderar empresas. Inspiradores en momentos de incertidumbre. Debemos ser inspiradores y fomentar el intraemprendimiento, aprendiendo de las personas que nos rodean para mejorar los resultados. Fomentar la voluntad de éxito, de consecución de objetivos, de motivación de las personas para conseguir sus retos.”

 

¿Cuál es tu situación actual?

Tal como he expuesto anteriormente, ser una persona altamente sensible no es sencillo, y puede proporcionarte una pesada carga que, si no sabes gestionar correctamente, puede acarrear graves consecuencias, tanto en tu vida profesional como personal.

En mi caso se me plantearon multitud de situaciones que me fueron minando y que tuve que afrontar seriamente para seguir adelante de una manera sana y satisfactoria:

No tengo tiempo para hacer bien mis tareas
No tengo tiempo para dedicarme a hacer las tareas que realmente me gustan
Me siento confundido y superado por el exceso de información
No me siento reconocido
No confío en mis responsables
No encuentro referentes de confianza, con valores y principios que me inspiren
No sé cómo resolver satisfactoriamente ciertos conflictos con mis compañeros y colaboradores
No sé cómo establecer una correcta y beneficiosa comunicación con mis responsables
En el fondo no me gusta lo que hago
No sé cómo organizar mi trabajo de gestor de personas y mis tareas técnicas
Me traigo el trabajo a casa y no desconecto
Me siento ansioso y me afecta a mi vida familiar
Al final, estoy todo el día quejándome (y no busco soluciones)
(…)

Llega un momento donde el tren descarrila y no ves la salida. No sabes cómo avanzar hacia un lugar mejor y más tranquilo. Y te dejas llevar... La vorágine te absorbe y entras en “Modo Supervivencia ON”…

Ponerse de perfil, pasar desapercibido, “hacer lo que me mandan y punto”, sufrir lo mínimo posible y esperar… ¿Esperar a qué? ¿A la jubilación? ¿A la próxima adquisición de la empresa para conseguir una salida remunerada? ¿Y si no la compran? ¿Y si quiebra? ¿A que te dé un síncope en tu próxima crisis de ansiedad? ¿A que te toque la lotería?...

¿De verdad que no tienes un plan mejor?

A lo mejor piensas que cambiar de empresa puede resolver tus problemas. Pues depende. Si el problema eres tú, da igual donde vayas porque lo llevas contigo mismo, como los caracoles su concha.

La solución está en ti, y solo tú puedes alcanzarla. ¿Quieres?

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