Aún en plena fase de explosión de expectativas alrededor de eso que llamamos “inteligencia” artificial y mientras aterrizamos cada vez más casos de negocio y casos de uso concretos para la explotación productiva, en un entorno empresarial, de los logros tecnocientíficos consolidados en este ámbito durante los últimos lustros, queda cada vez más claro el hecho de que va a ser el factor humano el que nos permita diferenciar esos casos de negocio, matizando la componente innovadora de cada uno de ellos.
Si aceptamos que esto es así, vale la pena, creo, dedicar un momento a reflexionar acerca del cariz que toma ese factor humano a la hora de plantear soluciones innovadoras en un área que huele a hype, lo mires por donde los mires y que apesta a oportunismo y superchería.
Desde mi punto de vista, hay al menos tres ejes sobre los que “proyectar” nuestros casos de uso teniendo en cuenta esa componente humana, absolutamente necesaria para hablar de la “inteligencia” de nuestro artefacto tecnológico:
- Entrenadores humanos (AI Trainers). Se trata de profesionales capacitados para entrenar y perfeccionar los modelos de IA. Su función es proporcionar a la IA datos de entrenamiento de alta calidad, diversos, atendiendo a criterios éticos, así como mejorar continuamente el rendimiento de la IA corrigiendo errores y sesgos.
- La IA centrada en el ser humano (Human-centric AI) se enfoca en la creación de sistemas comprensibles, “explicables”, transparentes y beneficiosos para el ser humano. Destaca la importancia de que la IA se comporte de acuerdo con los valores humanos y los principios éticos.
- Human-In-The-Loop (HITL) Principle. HITL es un modelo de interacción en el que un operador humano participa en el proceso de aprendizaje de la IA. El ser humano puede proporcionar retroalimentación, hacer correcciones y guiar a la IA, especialmente en escenarios complejos en los que la IA por sí sola podría no ser suficiente.
Evidentemente, cada uno de estos ejes admite un desarrollo multidimensional de una situación de naturaleza compleja. Pero, sin entrar en otras consideraciones, ni dedicarle más tiempo del necesario en este formato, sí podemos pensar en un par de sectores relevantes, como son la Sanidad y la Educación que nos ayuden a ilustrar su utilidad práctica:
- Sanidad - Diagnóstico de enfermedades o recomendación de tratamientos. El papel de los entrenadores humanos debe ser garantizar que nuestra solución se entrene con conjuntos de datos médicos diversos, inclusivos y amplios; el enfoque centrado en el ser humano asegurará que podamos explicar su razonamiento diagnóstico, haciéndolo transparente para los profesionales sanitarios; mientras que el principio HITL nos llevará a que los médicos y otros expertos en medicina supervisen las recomendaciones que realice nuestra aplicación, las validen y aporten su feedback para mejorar el modelo que utilizamos.
- Educación - Tutores personalizados para estudiantes. El papel de los entrenadores humanos será el de introducir contenidos educativos y adaptarlos a los distintos estilos de aprendizaje; el enfoque centrado en el ser humano debe asegurar que la solución sea sensible a las necesidades individuales y al ritmo de cada estudiante; mientras que el principio HITL asegurará que serán profesores y educadores quienes guíen a la IA en el desarrollo del plan de estudios e intervengan cuando se necesite atención personalizada.
Más allá de las consideraciones filosóficas en las que hace pensar el título de esta breve pieza y siendo muy prácticos, en este ámbito no habrá ventaja competitiva ni eventual factor diferenciador sostenible que se apoye en pura tecnología, de tal forma que, lo inteligente es ser humano... lo inteligente es el ser humano ;)