Lo que viene, conviene
¿Cuántas veces hemos tenido que vivir situaciones donde se pide que hagamos algo diferente?, ¿cuántas de esas veces nos hemos enfrentado a la sensación de miedo, incertidumbre o angustia? Es normal que ante cualquier cambio nos sintamos amenazados por perder nuestra “zona de confort”, incluso, llegamos a sabotearnos por algunos momentos o por tiempo indefinido; sin embargo, si entendiéramos que el cambio es parte de nuestra naturaleza y que día a día estamos sujetos a modificaciones, probablemente estos nuevos retos los tomemos con más calma y teniendo consciencia que “lo que viene, conviene”.
Los cambios se viven día a día; las células de la piel se renuevan, la naturaleza se transforma, nosotros mismos hacemos modificaciones a la naturaleza, y a pesar de ello, la reestructuración de un área en el trabajo, la llegada de un nuevo jefe o la digitalización nos bloquea; creando un ambiente de incertidumbre ansiedad y desconcierto, en ocasiones, esos sentimientos hacen que tomemos decisiones poco efectivas.
Si estás al frente de una compañía o área de trabajo, te sugerimos que identifiques cómo están tomando los colaboradores estos cambios, ¿cabría la posibilidad que creen alianzas para boicotear?, ¿proviene de personas que están en zonas de confort?, ¿entienden la razón del cambio y lo aceptan? Tanto líderes como personal de Capital Humano, deberán buscar las mejores estrategias y estar preparados para los diferentes escenarios que puedan presentarse, recordando que, ante los cambios, siempre es mejor tener claridad en los objetivos del por qué se hace.
A continuación, te dejamos algunas recomendaciones para implementar modificaciones en tu compañía disminuyendo el riesgo de miedo:
1.- Escucha y cuestiona. El escuchar a los colaboradores es un beneficio de doble interés; a ellos les permites expresar cómo viven los procesos de transformación, qué necesitan para adaptarse a los mismos, externar sus inquietudes, solicitar mayor información, entre otros factores; y por otro lado, como líder te permite identificar los puntos fuertes y de quiebre que se podría vivir en la transformación, clarificar si hay información distorsionada creando un ambiente de confianza que permita la adaptabilidad en un mayor nivel.
2.- Relativiza. Para clarificar los objetivos de los cambios y sus posibles consecuencias, puedes proyectar el cambio en diferentes tiempos que abarquen el corto, mediano y largo plazo.
3.- Mantén un liderazgo firme. Sé y cuenta con líderes que puedan apoyar en la contención de la emocionalidad para que no afecte los resultados de los cambios, que se mantengan alineados con la estrategia que se está formando y no sean parte del rechazo al mismo.
4.- Acciona. “La acción es la anestesia del miedo”, planea las actividades que deberás realizar para modificar las cosas, toma los cambios como una oportunidad de aprendizaje y realiza acciones para adaptarte, mantén siempre el detalle de las situaciones y no reacciones emocionalmente, el miedo y la incertidumbre siempre estarán presentes; rodéate de personas que sean ejemplo y no de “víctimas” que se quejen una y otra vez de lo mismo.
5.- Entrena el músculo del cambio. Sal de la rutina, hacer modificaciones mínimas te ayudará a renovarte para transformes más grandes, encuentra la “parte amable” y considéralo como un hábito ante los cambios, no esperes que las cosas estén mal para realizar cambios.
Referencias.