Los buenos no sudan
Los buenos son el origen del juego. No están en el centro del deporte. Son el centro del deporte.

Los buenos no sudan

Los buenos no sudan. Porque están en el lugar adecuado. Siempre. Generan juego, pero apenas se mueven. No lo necesitan. Van un paso por delante del resto. 

¿Por qué no sudan o sudan menos que los demás? Porque no es que estén en el centro del deporte, sino que son el centro del deporte. 

Nadie quiere ser igual a cero, pero ellos lo son. Son el origen, como el cero. El principio del eje de abscisas y ordenadas, el comienzo de todo lo que viene a continuación. Son el motor inmóvil del equipo.

¿Recuerdan al mejor de su pandilla o de su colegio? Párense unos segundos y se darán cuenta de que tras los partidos, aquel jugador talentoso no tenía gotas en la frente ni la camiseta empapada. Yo recuerdo a Luis, el mejor de mi barrio. Tenía mucha clase y las playeras le duraban medio año más que a nosotros.

En el deporte profesional hay unos cuantos ejemplos. No he visto sudar mucho a Federer (excepto cuando juega contra Nadal) o a Usain Bolt o a Bernd Schuster o a Xavi Hernández.

Párate unos segundos, querido entrenador, y piensa si todos tus jugadores sudan por igual o si hay alguno que acaba más entero, menos fatigado y no precisamente por evitar el esfuerzo, sino por entender el juego. Si todos tus jugadores acaban hechos papilla, entonces debes pensar si la idea que tienes para tu equipo es ésa, la del esfuerzo. Pero ten cuidado porque no tienes a nadie que le ponga pausa, que piense, que sea el nexo, ese clavo del abanico que hace que el invento funcione.

Recuerdo los primeros meses de Celso en nuestra plantilla. No fueron fáciles. El Manager, Manolo Saorín, intentaba adaptarle al estilo del club. Hasta que se dio cuenta de que a Celso no le hacía falta correr como lo hacíamos los demás compañeros. El movimiento no estaba en sus pies, sino en su cabeza. Lo que el jugador brasileño imaginaba en su interior sucedía poco después en el partido. Era el jugador-idea, el motor inmóvil del equipo. Y al acabar el partido, seguía peinado y con una sonrisa de felicidad en la cara.

Ese cero, que parece irrelevante para el juego, que apenas se mueve, resulta que es esencial, que sin él todo es diferente, todo es peor. 

Es complicado entender el concepto de cero, del mismo modo que es una incógnita lograr desentrañar las conexiones que pasan por la cabeza de estos tipos, que son el motor inmóvil del equipo.


Ignacio Gutierrez

General Manager Intepizzaco (Little Caesar Pizza Catalonia )

6 años

Nunca me había parado a pensar en ello, buenísimo el artículo, gracias por compartir.

Ueslei A.

Orçamento e Custos | Controles Internos | Análises de Viabilidade | Melhoria de Performance | Integração de Equipes |

6 años

Falcão..... esse é fera...

Marcelo Salazar

1st team football scout and market analyst na Al Nassr Saudi FC

6 años

Madre mia, Julio. Cuanta inteligencia para escribir eso... es exactamente asi... Saludos y una vez mas, enhorabuena. Fantástico

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