Los pensamientos no son hechos
La pandemia de coronavirus ha detenido nuestra"vida normal". Estamos entrando en un período de gran incertidumbre que tiene todos los ingredientes que nos llevan al estrés.
¿Qué podemos hacer ante esta situación?
Dede luego no podemos elegir lo que nos pasa, pero sí nuestra respuesta. Ahora se hace más necesario que nunca mantener una mente clara y serena porque, pase lo que pase, podremos responder mejor desde la claridad que con una mente nublada por pensamientos catastrofistas.
Los pensamientos constituyen una de las principales causas del estrés cuando quedas atrapado en su ciclo creyéndolos. Normalmente, cuando surge un pensamiento, solemos tomarlo al pie de la letra, solemos creer lo que nos está diciendo, y luego vemos el mundo desde la óptica de este pensamiento.
“La mente es un campo, en el cual cada tipo de semillas ha sido plantada. La calidad de nuestra vida, depende de la calidad de las semillas que hemos depositado en nuestra conciencia”- Thich Nhat Hanh.
Imagina que tu mente es como un jardín que sólo tú puedes cuidar. Pregúntate, ¿qué necesitarías para cuidarlo? ¿Qué semillas plantarías?
Lo primero que necesitas es entrenar la atención plena. Todos tenemos la capacidad de desarrollarla y conseguir una mente más feliz, pacífica y compasiva.
¿Con qué frecuencia prestas atención a tus pensamientos?
La observación es transformadora, con el tiempo cuanto más observas tu jardín interior más se enriquece. Piensa que un jardín que no observas se convierte en un jardín descuidado en el que, difícilmente, puedes sentir tranquilidad y armonía. La idea es utilizar la atención entrenada para desarrollar la percepción de tus procesos cognitivos y emocionales.
Los estudios científicos han confirmado que todos estamos integrados con un “sesgo de negatividad”, una función evolutiva que una vez fue necesaria para nuestra supervivencia. Esto significa que nuestros cerebros se construyen con una mayor sensibilidad a las noticias desagradables y una tendencia a incorporar las experiencias negativas con más fuerza que las positivas. Como dice el Dr. Rick Hanson, neuropsicólogo y autor de Hardwiring Happiness :
“El cerebro es como velcro para las experiencias negativas, pero un teflon para las positivas”.
La buena noticia es que puedes romper este sesgo. Los estudios han demostrado que la atención plena puede ayudar a reconectar el cerebro y aumentar nuestra capacidad de felicidad y bienestar. Por suerte, puedes cultivar el optimismo y la atención es el arma más eficaz para ayudarte a darte cuenta de esta predisposición hacia lo negativo.
“No te creas todo lo que piensas. Los pensamientos no son más que eso: pensamientos”. Allan Lokos
Pero no podemos dejar de pensar.
Una de las habilidades que se desarrollan con mindfulness es darse cuenta de los pensamientos a medida que surgen en la mente y dejarlos ir. Un error muy extendido es creer que meditar significa “dejar la mente en blanco”, lo cual es imposible: los pensamientos siempre se hallarán presentes durante tu meditación. La cuestión no es cómo puedo deshacerme de mis pensamientos sino como trabajar con ellos.
Con mindfulness simplemente intentamos ser conscientes de cualquier cosa que ocurra en el momento presente, incluyendo los pensamientos.
Intentamos hacerles sitio, observándolos como pensamientos, y dejándolos estar. Cuando te das cuenta de que los pensamientos son solo pensamientos, que con independendencia de su contenido, no tienes que creer su historia ni dejarte llevar por ellos, cuando dejas que los pensamientos simplemente discurran por la conciencia con una sensación de curiosidad y sorpresa… te sientes más libre y en condiciones de actuar con mayor claridad. Si estás, por ejemplo, meditando, y viene a tu mente un pensamiento del tipo “tengo que llamar a Elena ahora mismo”, quizás te resulte complicado resistirte al impulso de levantarte y llamar a Elena. Si adviertes que es un pensamiento, quizás puedas evitar abandonar la meditación y verte llamando a Elena , cuando esa llamada podía esperar a que terminases lo que estabas haciendo.
Interpretamos el mundo en base a lo que ya pensamos. Practicar mindfulness nos ayuda a adoptar una filosofía no enjuiciadora.
“Ser consciente significa abandonar los juicios durante un tiempo, dejar de lado nuestro objetivos inmediatos para el futuro, y tomar el momento presente como es y no como nos gustaría que fuera.” Mark Williams
Los pensamientos no son hechos me repito más de una vez y dicha comprensión me resulta muy liberadora en estos días de confinamiento. Deseo que a vosotros también.
Esther Fernández
Fuente: Vivir bien con el dolor y la enfermedad, Vidyamala Burch