[Mejores Líderes]: ¿Vaso medio vacío o vaso medio lleno?
¿En qué grupo se encuentran? ¿En el de las personas que siempre ven el vaso medio vacío o en el que lo siempre lo ven medio lleno? Esta es una expresión bastante conocida que en muchos casos refleja nuestra forma de ver la vida y lo que pasa a nuestro alrededor.
En estos días hablaba con un amigo sobre este tema y me decía que él era una persona que en general veía el vaso medio lleno, por lo que siempre contrastaban nuestras posiciones sobre diferentes cosas. La verdad me hizo reflexionar sobre en qué grupo me podría clasificar (algunos, como él, dirían que estoy en el grupo del vaso medio vacío) y cómo esta filosofía refleja el tipo de líder que quiero ser.
Después de una corta reflexión, llegué a una conclusión: para ser buenos líderes debemos ser capaces de ver el vaso medio vacío y medio lleno al mismo tiempo. Puede sonar un poco contradictorio, pero creo que, en este como en otros temas, debemos ser capaces de manejar dos conceptos que parecieran contradecirse, pero realmente se complementan.
Por un lado, tenemos que ser capaces de ver lo bueno de cada situación, las cosas que están funcionando y que nos sirvan de motivación para continuar por ese camino. Enfocarnos en lo que no nos gusta, o en lo que salió mal o por qué las cosas no se dieron como queríamos nos deja atrapados en una zona de negatividad y pesimismo y podemos perder de vista logros y cosas positivas que le dan “sabor” y “color” a nuestras vidas. De cada situación siempre pueden salir buenas enseñanzas y lecciones y es importante reconocerlo y hacerlo ver a los demás.
Pero también tenemos que ser capaces de ver el otro lado, lo que no está funcionando, donde existen barreras y riesgos. Al enfocarnos sólo en lo positivo podemos estar ignorando situaciones de estrés o peligrosas que en cualquier momento pueden estallar. No podemos perder de vista las grietas o las fallas que poco a poco pueden ir creciendo y cuando menos pensamos se convierten en problemas complicados y difíciles de resolver. En los equipos y organizaciones, muchas veces no nos damos cuenta lo que está pasando debajo de la superficie y esperar que los problemas se resuelvan por sí solos es una receta que pocas veces funciona.
Ser capaces de manejar estos dos conceptos requiere un balance adecuado. Por eso son importantes las preguntas que nos hagamos de forma periódica sobre cada situación: ¿qué funcionó y qué no funcionó de esta situación? ¿estoy pasando por alto algo? ¿qué no estoy viendo?
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¿Somos de los que cuando pasa algo positivo creemos que todo marcha bien, o somos capaces de entenderlo en el contexto y en las circunstancias sin taparnos los ojos a lo que no está funcionando? ¿O somos de los que cuando pasa algo negativo lo vemos como el fin del mundo o entendemos las razones y circunstancias en las que se dio y no generalizamos y creemos que todo está mal?
Pero ojo, una cosa es ser capaces de ver los dos lados de forma simultánea, y otra cosa es la actitud que tenemos en nuestras vidas. Que seamos capaces de ver el vaso medio vacío y medio lleno no implica que no nos enfoquemos en sacar lo mejor de cada situación, de inspirar a la gente que nos rodea y generar un impacto positivo en nuestros equipos y organizaciones.
Seamos agentes de cambio (sin dejar de ver para los dos lados).
Necesitamos mejores líderes. Seamos mejores líderes.
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