Menos inteligencia artificial (IA)… y más inteligencia emocional (IE)!!!
Las cosas están cambiando.
Más profundamente de lo que pensamos.
No hace falta mencionar como los modelos de negocio, las formas de trabajar y las organizaciones están en un proceso de cambio.
Ante este panorama te das cuenta de que el liderazgo no puede continuar siendo el de siempre.
Poner orden y prioridad, marcar directrices y objetivos, resolver conflictos… todo esto está muy bien. Es necesario.
Pero más que nunca puedes percibir que esto no lo es todo.
Se trata de la salud mental que tanto se ha ignorado desde el año pasado con toda esta crisis.
Hay que poder hablar sobre las emociones, tratar abiertamente lo que pensamos y sobre todo lo que SENTIMOS.
Y sin duda alguna esto se ha convertido en un requisito crítico que cada líder debe considerar en su forma de pensar y de actuar.
Pero lo que parece obvio no acaba llegando a las empresas.
Se necesita más que nunca al líder emocional: El lado olvidado del liderazgo.
Pero, ¿Cómo? o ¿Por dónde comenzar?
Lo primero es prestar atención a tu inteligencia emocional (IE).
En esencia la IE es tu capacidad de percibir, expresar, comprender y gestionar las emociones.
¿Cómo lo llevas eso de las emociones?
¿Eres consciente de ellas?
¿Tienes claro cómo te influyen e influyen a los demás?
¿Realmente estás tomándote el tiempo y considerando en tus decisiones y acciones tus emociones?
Pero no solo se trata de gestionar tus emociones sino también las de los demás.
Y es aquí donde la IE se puede aplicar a tu liderazgo, convirtiéndolo así en un liderazgo emocional, mucho más humano, cercano y auténtico.
No creas que ahora nos inventamos un nuevo término de moda o creamos una “fantochada” para hacernos pasar por expertos en liderazgo.
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Al contrario.
Se trata de algo que tiene ya muchos años.
Diría que se trata de algo que simplemente se ha ido olvidando e ignorando... porque cuesta, es muchas veces desagradable y poco gratificante.
Pero la intención es volver a la esencia de lo que significa liderar (de verdad), haciéndolo más efectivo y auténtico que nunca.
Porque es esto lo que las organizaciones están pidiendo a gritos.
No solo liderar con una visión y hacia la consecución de unos objetivos.
¿Te imaginas liderar a toda tu organización ayudando a que tome conciencia de lo que realmente ocurre (a distintos niveles), que le den a cada cosa un nombre, que se enfrenten a ello con valentía y sepan construir sobre ello?
¿Te imaginas conseguir juntar a todos alrededor de una visión y unos objetivos comunes a través de un proceso con el cual se les empodera a trabajar conjuntamente?
Pues esto es lo que se entiende por un liderazgo emocional.
Como concepto es en realidad el más simple de entender.
Pero a la vez es también el más difícil de poner en práctica.
Aquí tienes cinco principios básicos para empezar a aplicar un liderazgo emocional y así descubrir la “realidad emocional” en tu organización:
1. Empieza por ti dándote permiso en percibir y gestionar tus emociones: Se trata de que te des el tiempo para tomar conciencia de lo que pasa en ti mismo y del por qué ocurre. Presta atención a cómo te sientes y cómo te afecta realmente. Entiende el punto de partida del cual lideras. A partir de aquí sabes cuál es tu predisposición y actitud en querer liderar y tomar en serio las emociones de los demás.
2. Escucha de verdad y no juzgues: Para entender y conocer las emociones que tiene tu organización tienes que tener paciencia… mucha paciencia. Se requiere tiempo y silencio por tu parte en las conversaciones que debes mantener con cada persona (sí, con cada persona si es posible) para invitarles a que se abran y compartan. Cualquier respuesta es válida y es un “regalo” para ti como líder si sabes valorarlo.
3. Respeta los valores del grupo y la integridad de la organización: La visión puede cambiar, los objetivos y las prioridades de la empresa también. Pero como líder tienes que asegurarte que todo aquello que las personas consideran como lo esencial, lo que las une y les da sentido se debe mantener intacto. Y se trata de lo que los demás consideran “sagrado”, no tú. El reto está cuando esto también hay que cambiarlo o tiene que evolucionar. Es entonces el momento en dejar que las personas lleven ellas mismas este cambio.
4. Aminora la velocidad para poder luego acelerar: Aunque estés en crisis y la urgencia marque tu agenda, tienes que pararte, escuchar y asegurarte que todos están acompañándote en el proceso de cambio. Es cuando te tienes que tomar el tiempo (aunque pienses que no lo tienes) para hablar con cada persona sobre cuál es su realidad emocional y crear un consenso sobre cómo quiere avanzar. Esto te permite entender lo que la organización realmente necesita de ti como líder, crear compromiso común para resolverlo y volver entonces a coger velocidad.
5. Haz que se hable abiertamente tanto sobre lo que funciona como lo que no funciona: Da ejemplo con tu conducta. Primero crea un entorno seguro y de respeto. Demuestra que se puede hablar en este entorno sobre temas emocionales sin que esto tenga consecuencias. Profundiza en el POR QUÉ de las emociones. Haz partícipes a todos en estas conversaciones, poniendo claro lo que está pasando y se está haciendo. Aclara el impacto que tiene todo ello sobre la organización y el resultado. Solo en este espacio puede aparecer el valor y la humildad para encarar lo que hay que seguir mejorando.
Bueno, espero que estas ideas te puedan ser de ayuda.
Me alegraría saber cómo lo ves tú.
Hola Daniel, gracias por la reflexión, de acuerdo contigo en la necesidad de aproximar este desafio desde otra arista centrada en la escucha activa. En especial el pre requisito de hacer una introspección personal previa, caso contrario largamos mal. Ahora construyendo sobre tus ideas pregunto: ¿Cómo imaginas congeniar la necesidad de generar el espacio contenedor para que madure esta evolución como equipo, con la demanda de disminuir la presencia fisica respecto a la pre-pandemia? Veo un trade off exigente en este aspecto. Saludos.
Formador y Coach
3 añosHola Daniel, totalmente deacuerdo. El liderazgo es la palanca que permite a un equipo conseguir su mayor potencial, autonomía y creatividad. El líder tiene a la vez que tomar en cuenta que sentido (la vision) que quiere dar a su equipo, tomar en cuenta las diferentes personalidades, niveles de competencia, y culturales (nuevas generaciones). Si consigue bien liderar sus equipos, la pasión y la determinación vendrá también de su equipo. Te deseo un excelente dia, Saludos
🌐CEO at LEDAmc & Quanter | 🌟Promuevo una cultura organizacional con las personas en el centro, sin olvidarme de los resultados | 👉Ayudo a mis clientes a mejorar la productividad y calidad de sus desarrollos de SW
3 añosMil gracias, Daniel Pascual . Soy abiertamente sensible y llorona, tanto en el ámbito personal como en el profesional, así que no puedo estar más de acuerdo con lo que dices. Creo que mientras no seamos consciente de nuestras emociones, mientras no tratemos abiertamente lo que sentimos, no podremos evolucionar, ni a nivel individual, ni a nivel colectivo, ni a nivel organizacional.
Consejero delegado en Galvez Saneamientos
3 añosSimon Sinek: “como lideres no somos responsables de los resultados, somos responsables de las personas que son responsables de los resultados”
Asesor inmobiliario experto ➡️ Ayudo a propietarios de viviendas en Barcelona a venderlas con éxito | Real Estate · Negociación y Compra-Venta l immoaugusta.com
3 añosOpino Daniel Pascual que el buen lider es el que sabe ver a largo plazo, que ve mas allà del dia a dia, que no està pdte del último parte de ventas sinó del animo y necesidades de su gente. Y ademas logra que le sigan