Mindset Agile: Ser vs. Hacer

A veces difícilmente cambiamos nuestra forma de hacer sin cambiar nuestra forma de ser.

Si por ejemplo, entendemos scrum como una mera capa de gestión ligera y simple sobre nuestra forma habitual de desarrollar software, no habremos entendido la enorme potencia que nos brinda el framework a través de sus pilares y sus valores, y poco o ningún cambio se percibirá. Si lo abrazamos y empezamos a ser ágiles, emergerán las disfuncionalidades que tenemos como organización y en los equipos, y esto desencadenará cambio y nuevas formas más ágiles de desarrollar software.

Una transformación agile en una organización es un cambio en su forma de ser, un cambio en su cultura que puede comenzar con cambios en su estructura, modelos de gobierno y formas de trabajar, pero que tiene un calado de tal magnitud que sus implicaciones son más profundas. Un cambio que se debe gestionar y que puede llevar entre 3 y 5 años ver resultados, pero que nunca podrá terminar porque nunca existirá el concepto "implementación exitosa de agile", ya que siempre podremos ser más ágiles. Un cambio en el que cuando se está inmerso, no se percibe hasta que paramos y por retrospectiva vemos dónde estamos ahora y dónde estábamos hace 6 meses. Un cambio que implica una toma de conciencia y de responsabilidad individual en las personas que forman parte de la organización: esta es la clave, no vale "tirar balones fuera".

Este cambio implica, como muchos otros cambios, caos inicial, frustración y rechazo; por esto necesitamos agentes del cambio cuya principal preocupación sea la persistencia, lograr que el cambio sea duradero.

Cuando cambiemos nuestras interrelaciones con los compañeros, nuestra forma de escuchar y debatir, de entender y abrazar las discrepancias, cuando seamos capaces de mostrar transparencia y humildad, de que valga la pena el esfuerzo de ser generoso y nos mostremos abiertamente agradecidos, cuando al feedback se convierta en feedforward y sea una práctica habitual, …, estos pueden ser algunos indicios del cambio cultural de una transformación agile. No nos podemos quedar en un cambio de “chapa y pintura” y con nuestro motor de siempre, esto no hará más que alargar un poco más de tiempo lo inevitable.