Mucho más que 42,195 kms...

Para la Real Academia Española, una maratón es una carrera de resistencia en la que se recorre 42 kilómetros y 195 metros. Desde el domingo 10 de octubre, esa definición me queda con sabor a poco. Y aquí les cuento por qué.

En abril de este año, dejé de formar parte de la empresa donde estaba trabajando. Sin imaginármelo, un día fui citado con mi equipo a la oficina y me comunicaron que se había tomado la decisión de rescindir mis servicios como People Care Manager. Quienes hayan pasado por una situación similar, entenderán la cantidad de emociones que aparecen en el cuerpo al recibir semejante noticia. Desde 2004 que trabajo en Recursos Humanos y tuve la posibilidad de ser parte de muchas empresas. De todas ellas me fui por decisión propia, buscando nuevos desafíos y muy agradecido por las oportunidades que cada una de ellas me dio. Pero para todo hay una primera vez y en este caso me tocó estar sentado del otro lado del escritorio.

Fue un golpe directo al ego. Y así lo viví. Asumí la responsabilidad, intenté salir del rol de víctima, respiré profundo y, como dice la sabiduría tolteca en sus Cuatro Acuerdos, no me lo tomé personal. Tuve la posibilidad de despedirme de mi equipo, con quienes vivimos lindos momentos mientras la empresa crecía. Aprendí mucho y traté que esto no opaque la linda experiencia de trabajar en un lugar donde se valoraba mucho a quienes eran parte del equipo. A muchos los tengo de contacto y quizás se tomen el tiempo de leer este artículo, así que aprovecho para saludarlos y agradecerles.

Con el correr de los días, no puedo negarles que la tristeza y el enojo fueron apareciendo con mayor recurrencia, pero dicen que el tiempo todo lo cura así que habría que esperar. Mientras tanto, aprovechando el tiempo libre que gané, empecé a correr. Siempre me gustó hacerlo y disfrutaba salir por las calles a transpirar un poco el cuerpo y descansar la mente.

Un día me inscribí para correr la Maratón de Buenos Aires, sin saber todavía si la pandemia iba a permitir que se realice. Mucho menos si estaba capacitado para hacerla. Pero me preparé, incorporando el desayuno a mis comidas (nunca fui de desayunar), entrenando específicamente para una carrera de tanta distancia, viendo videos de YouTube con consejos para principiantes, hablando con Bata (que ya tiene varias maratones encima) y, sobretodo, mentalizándome para el momento de cruzar la meta. Mi familia y amigos recibían mis progresos por Whatsapp y sus comentarios me alentaban a seguir.

Ese domingo hice todo como lo planificado, me levanté temprano, desayuné y Vicky me llevó hasta el Monumental, a unas cuadras de la largada. La adrenalina previa al inicio, ver los equipos preparándose, disfrutando cada momento, me llenó el alma.

Llevé tres objetivos: el primero y principal era llegar. "Ganarme la medalla" como me dijo Bata, mi personal coach. El segundo era disfrutar lo máximo que pueda. Y el tercero era intentar correrla en 4 horas. Era desafiante para ser mi primera experiencia, pero creo que es importante ponerse metas así para motivarse. De los 3, logré los primeros dos porque llegué y la disfruté mucho en 4 horas y 22 minutos.

Escribo este artículo acá para compartir este logro personal pero también para alentar a quienes en estos tiempos de pandemia y crisis han perdido su trabajo. No dejen de prepararse, de planificar qué quieren y cómo alcanzarlo. Persistan. Tarde o temprano verán los frutos de ese esfuerzo. Humildemente, me pongo a su disposición en lo que pueda ayudarlos.

Ahora que la carrera terminó, seguiré pensando en mi futuro profesional y en qué puedo aportar a este mundo para que sea un mejor lugar para vivir. Son bienvenidas ideas y proyectos en los que consideren pueda ayudarlos! Porque ya pasé la meta pero sigo corriendo para adelante!

Saludos a todos,

Lucho