Nómadas digitales, nómadas del conocimiento, está en nuestra naturaleza

Hace algún tiempo que he sentido ese desarraigo por los activos digitales que uno acumula al pasar el tiempo, cuando digo “digitales” incluyo al acerbo cultural que ha sido ya convertido a bits, bytes, y ya hoy hablar de terabytes es algo tan común, que se pueden adquirir en cualquier supermercado discos duros de gran capacidad de almacenaje para respaldar información. También es posible contratar servicios en-la-nube para el mismo efecto, es decir, guardar la información valorada por su dueño.

La evolución a lo digital de casi todo lo tangible de nuestro mundo, ha transformado incluso, la manera en que actuamos en la vida diaria, creamos nuestras relaciones interpersonales y construimos la socialización de hoy día. Esto ha provocado la evaporación de productos y servicios, así como la obsolescencia de los medios en los cuáles se almacena, comparte y divulga la información.

Recientemente leía un artículo escrito por Kevin Kelly, llamado What Mongolian Nomads Teach Us About the Digital Future describe el comportamiento de los nómadas mongoles y su desapego a los bienes materiales, moviéndose con sus escasas y básicas posesiones físicas, logrando de esta manera, tener una independencia fuera de estándares de la vida occidental que les permite mudarse a donde las condiciones del entrono lo requiera con una facilidad envidiable por aquellos a quienes el apego les obliga a permanecer en sus lugares de arraigo, incluso si las condiciones han dejado de ser idóneas para ellos y sus familias.

En un libro de nombre Knowmads, término acuñado por John Moravec, para referirse a los trabajadores del futuro, se aborda la temática de cómo la cultura digital ha movido los estereotipos del trabajo de oficina del siglo XX; anteriormente al pensar en las profesiones que requerían de trabajo intelectual, de inmediato venían a la mente a imágenes de oficinas, pizarras y documentos y diversos artefactos para producir, almacenar, procesar y trasmitir el conocimiento creado. Hoy día, nada está más alejado de esta ya anticuada idea de trabajo, las condiciones actuales, las innovaciones, la tecnología y sobre todo, la cultura digital, ha permeado los ambientes de trabajo, la descentralización de la información, la globalización y la hiper conexión nos ha entregado un nuevo esquema laboral en el que no sólo dispone, sino que exige que los productores de información posean una visión holística y actualizada del mundo y sus necesidades para que les permita crear elementos acordes a los cambiantes y caprichosos requerimientos de consumidores y sus mercados, así como anticiparse y estar permanentemente pendientes de las tendencias venideras.

Ser nómadas permitió a las antiguas sociedades entender el mundo, expandir sus dominios, comprender los diversos entornos y ponerlos a su favor, les permitió en pocas palabras, la evolución y permanencia de la humanidad, la exploración del mundo y hasta aquellos cuerpos celestes fuera del límite natural impuesto por el cielo y su atmosfera. Ser nómadas está en nuestra naturaleza, posiblemente en la secuencia genética de nuestro ser. Curiosa por definición, la raza humana descubre desde sus primeros días de existencia esa instintiva necesidad de explorar sus propias capacidades y la manera en que influye en su ambiente, moverse es imperativo, así que viajar ligero se convierte en una habilidad invaluable para aquellos con un fuerte impulso por el permanente descubrimiento y comprensión del universo.

La transformación digital tiene como uno de sus insumos más importantes, el dinamismo de sus protagonistas, la facilidad para “moverse”, usar la información a la hora que sea y en el lugar que se requiera, es determinante para el nuevo “life-style” de los nómadas del conocimiento. No importa qué, prácticamente todo está al alcance digitalizado, sea la fotografía del bisabuelo, pedir alimentos al instante, solicitar transportación, escuchar y descubrir música, realizar una reunión de trabajo con personas en distintos puntos geográficos, dictar una conferencia motivacional, o bien, atenderla, intervenir quirúrgicamente a un paciente, o reparar una nave espacial en pleno vuelo espacial, y una larga lista de maravillosos ejemplos, pero lo verdaderamente increíble es que todo esto nos permite un viaje ligero por la vida, usando todo a demanda.

El desarraigo será lo que permita el correcto uso, procesamiento, transformación y transmisión de la información o incluso el almacenamiento o desecho de aquella que se ha vuelto obsoleta. Mirémonos bien, somos nómadas, volvimos a las raíces.

Alejandro Santiago

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