Nuestro Hogar es Ahora
"Estar completamente vivos, sentirnos plenamente humanos, estar totalmente despiertos es estar siendo arrojados constantemente de nuestros nidos." Pema Chödrön
Recuerdo con gran cariño la natural sensación de infinitud de los días de la niñez en donde experimentábamos constantemente la relatividad del tiempo al atravesar el espacio con nuestra imaginación.
Por muchos años lo traía a la memoria con cierta melancolía, con la agridulce sensación que tenemos al recordar a alguien querido que ya murió. Ahora me es mucho más frecuente ver en esos recuerdos un eco de algo que también está presente hoy. Cuando nos damos a la contemplación y permitimos que nuestros faros interiores nos guíen, volvemos al tiempo sin tiempo, volvemos al presente, volvemos a la presencia viva de lo que existía en potencia desde el Big Bang.
Esos intereses particulares que pululaban nuestra mente infantil, regresan con una fuerza inusitada, esta vez acompañada de una gran reverencia que no era obvia cuando éramos niños. Esos intereses nos llevan, arrobados por el amor que nos produce hacer lo que hacemos, hacia rutas que antes no habíamos considerado, hacia rutas que revelan nuevas facetas que despliegan velas que nos permiten visitar otros mundos posibles.
En esta reinvención constante, hay una presencia que nos brinda sobriedad cuando algún aspecto de nuestro ego se quiere coronar maestro de todo lo creado. Esa humildad por medio del asombro y el respeto reverencial nos acerca a todos como humanos. Esta mirada, pienso, es nuestra oportunidad para que maduremos como especie.