Periodismo y comunicación: retorno al origen
Una pregunta que escucho mucho últimamente es: ¿cómo deben ser los periodistas y los comunicadores en el entorno actual? La humanidad ha dado un giro radical desde la invención de la imprenta y los oficios vinculados a la comunicación lo están resintiendo.
Pocos momentos en la historia humana han estado tan cargados de grandes transformaciones y revoluciones como los últimos 20 años. Hoy es tan común el cambio continuo de formas de pensar y de hacer, que la capacidad de adaptación y conducción del cambio se ha vuelto la habilidad más importante a desarrollar para cualquier persona y organización.
Uno de estos cambios es la fragmentación de la atención. Internet y los dispositivos móviles han distribuido nuestros momentos para interactuar e informarnos a lo largo de todo el día y entre diferentes fuentes (agregadores, redes sociales, apps).
Esto ha tenido un impacto gradual pero contundente en el modelo de negocio de los medios de comunicación que sobreviven gracias a la publicidad, porque se ha hecho cada vez más difícil atraer y mantener la atención de las audiencias, y el dinero de la publicidad está migrando a plataformas tecnológicas que permiten interactuar de maneras más ricas con grupos mejor definidos de consumidores.
A este cambio en el modelo de negocio se suma que ahora es posible para cualquiera con un smartphone generar un contenido o reportar un acontecimiento y ponerlo a disposición de mucha gente en pocos minutos.
Ello ha provocado que en momentos noticiosos la gente recurra a las redes sociales para informarse en lugar de tener que esperar la hora a la que empieza un noticiero o llega el periódico. En las redes sociales la marca de un medio de comunicación es un usuario más entre millones en un mar de medios profesionales y personas que hablan con base en su propio criterio.
Ante la dificultad de los medios para sobrevivir como negocio y la necesidad de competir con todo mundo por la atención, ¿qué les espera entonces a los periodistas y comunicadores profesionales? Mi respuesta es: volver al origen.
Aunque la tecnología ha hecho más complejas las herramientas para comunicarnos, éstas siguen siendo un medio. El fin de la comunicación humana es el mismo de siempre: transmitir un mensaje y, en el caso del comunicador profesional, un mensaje que tenga valor para la sociedad.
El oficio del periodismo surgió con la libertad de expresión para generar, por primera vez, una conversación entre el pueblo y las élites. Se consolidó como una fuerza para ponerle límites al abuso y denunciar la injusticia. Éste es el valor que aporta a la sociedad.
Volver al origen es asumir ese rol de traductor entre el gobierno y los ciudadanos, entre los que tienen el poder y los que quieren un cambio.
En medio de ese caos aparente de tweets, posts, likes y shares, que a veces no se sabe si son verdad o no, la gente sigue necesitando la voz de periodistas y comunicadores confiables, que sepan explicar las decisiones que se toman en el país, que hagan investigaciones rigurosas y que le den fuerza y coherencia a las demandas ciudadanas.
Artículo original publicado en El Diario NTR.
Coordinador en Universidad Villanueva | Ph.D. Docencia, Marketing, Tutor Académico
9 añosTotalmente de acuerdo con lo que escribes, Guillermo. Hay que volver al origen. Para ello, los periodistas debemos trabajar en esa confianza que necesita el ciudadano.