¿Podemos confiar en las decisiones de un robot?

La automatización no es una realidad lejana. Todos los días, nuevos procesos pasan a ser desarrollados por dispositivos mecánicos o electrónicos – o por robots.

Todavía no vivimos exactamente en el mundo de los Supersónicos, por lo menos no de la manera plasmada en el dibujo animado, pero estamos mucho más cerca de lo que podemos imaginar. La cuestión principal es: ¿ podemos confiar en los robots como los Supersónicos confiaban en Robotina?

El driverless car es uno de los ejemplos más palpables de automatización. El nuevo modelo de vehículo, que se maneja por sí solo, va más allá de acabar con el estrés del conductor en el tránsito diario pues cambia los niveles de productividad del “exconductor” que puede dedicarse a actividades profesionales o personales durante el trayecto, o incluso dormir una siesta para reponer las energías. ¿Pero esa tecnología acabaría con los accidentes?

Este tipo de pregunta debe orientar los próximos avances en el área. Al fin y al cabo, el ser humano todavía es el responsable de definir dónde y cómo las máquinas van a operar. El primer paso es tangibilizar los riesgos y los problemas que se pueden presentar al involucrar la tecnología como autora de acciones. Para ampliar el debate, vale la pena leer el artículo de Harvard Business Review acerca de esto y ver el video: