No podemos diseñar la solución, pero apoyamos a los que sí lo hacen
El mundo en el que vivíamos hace apenas un mes ya no existe y, probablemente, haya dejado de existir para siempre. O, tal vez, no. Porque ya se sabe que la memoria humana es finita, efímera. Ha demostrado en tantas ocasiones que tiene la capacidad de olvidar todo lo que nos ha hecho grandes como despreciables, que cuesta confiar en ella. Ojalá no vuelva a ocurrir. Ojalá este sopapo a mano alzada en la cara nos haya hecho reaccionar y reflexionar, pero, sobre todo, aprender para no repetir.
Llevamos más de un mes levantándonos cada mañana con la esperanza de encontrar alguna información alentadora que nos haga despertar de esta pesadilla que ha puesto el mundo patas arriba. Las empresas vivimos tiempos disruptivos, donde no hay un libro de jugadas de marketing. No tenemos predicciones a largo plazo, ni manuales o metodologías certeras que nos ayuden a vislumbrar más allá del día de hoy o el de mañana. Y ya sabemos lo que pasa: ante el abismo, aflora el vértigo.
La crisis sanitaria ha puesto en jaque nuestra sociedad de consumo y la subsistencia de muchas marcas que han visto hundirse sus modelos de negocio. Todo apunta a que vamos a vivir una importante recesión económica en los próximos meses y tendremos que resistir como ahora lo estamos haciendo desde nuestros hogares. En Zorraquino llevamos más de un mes de teletrabajo. Nos fuimos a casa antes de que saltara el estado de alarma. Y a pesar de que somos una empresa eminentemente tecnológica no vamos a negar que ha sido duro, pero hemos conseguido adaptarnos. Por suerte, ante el estallido de la crisis, no tuvimos que sacar rápidamente los excels ni la calculadora para comprobar que los números aguantaban este envite, lo que hemos hecho ha sido leer, ver, escuchar y pensar. Aposentarnos en la visión estratégica para reflexionar sobre el nuevo rumbo que está tomando nuestra sociedad y poder actuar en consecuencia.
Frente al espejo
Cuando todo acabe, y ojalá sea pronto, las compañías y marcas nos pondremos frente al espejo de la realidad y entonces apreciaremos el reflejo de las decisiones y acciones que hemos llevado a cabo durante esta crisis. Veremos si nos han hecho crecer o mermar como personas, como profesionales y como corporación. En este sentido, quiero aprovechar este artículo para compartir un par de reflexiones sobre las que hemos meditado estas semanas.
1. No somos la solución, pero debemos colaborar
Buena parte de los clientes de Zorraquino se hallan entre los sectores de actividades esenciales y de primera necesidad como la alimentación, la banca, las telecomunicaciones o el sector energético, entre otros. Todos ellos continúan proporcionando sus productos y servicios para mantener el bienestar de nuestra sociedad. Nos sentimos orgullosos de su esfuerzo y, como venimos haciendo siempre, trabajamos de manera colaborativa para cubrir sus demandas de la mejor forma y en el menor tiempo posible. Dada la celeridad en la que transcurren los acontecimientos en estas circunstancias, creemos que es primordial apoyar a quienes sí tienen la capacidad de ayudar y atender las necesidades primarias del conjunto de la población.
2. La digitalización es más imprescindible que nunca
Si hasta hace prácticamente nada hablábamos de la necesidad de detox digital, ahora es la tecnología la que nos permite seguir teniendo contacto con nuestros seres queridos. Lo que antes nos alejaba y deshumanizaba, ahora nos acerca. Hasta nuestros padres y abuelos han aprendido a hacer videollamadas a través de sus móviles. El medio digital está creciendo exponencialmente y propiciando que los diferentes modelos de negocio se adapten a esta digitalización forzosa. Lo que no ha logrado la transformación digital en la última década, desgraciadamente lo ha conseguido el virus en menos de un mes…
Prueba de fuego
Siempre he creído que las compañías y marcas debemos ser coherentes con nuestra misión. Pensar a qué nos dedicamos y ayudar si realmente sabemos y podemos hacerlo. Ahora mismo tenemos una oportunidad única para reflexionar sobre lo que queremos aportar a la sociedad y analizar la situación para salir de ella, no sé si fortalecidos, pero, al menos, más aprendidos y dispuestos a afrontar los cambios. No la dejemos pasar.
Como dijo Mario Benedetti: “Cuando creíamos que teníamos las respuestas, de pronto, nos cambiaron todas las preguntas”. Son muchas las que surgen en estos momentos y serán más cuando todo pase. Tendremos que esperar a que cese de alguna forma la incertidumbre para ver si hemos aprendido algo de todo esto o no. Por ello, quienes tengamos tiempo para la reflexión, debemos aprovecharlo. Por lo demás, cuidar de los que tenemos alrededor y de nosotros mismos sigue siendo la tarea principal para después poder hacer frente a lo que venga. Salud y ánimo, en ese orden.
Consultor. Políticas públicas y Desarrollo organizacional en Liderazgo y comunicación
4 añosTotalmente de acuerdo Miguel Zorraquino. Aprovechar los aprendizajes de este confinamiento parando y " Aposentarnos en la visión estratégica para reflexionar sobre el nuevo rumbo que está tomando nuestra sociedad y poder actuar en consecuencia". Ahora mejor que nunca.
Formador Mercadotecnia y Ventas, y Escritor
4 añosMiguel, qué filosofante te has vuelto !