¿Por qué no funciona la innovación?

¿Por qué no funciona la innovación?

Cada vez me piden más que trabaje con las empresas sobre cómo conseguir resultados en los procesos de innovación.

Me estoy encontrando con que la mayor parte de los procesos de innovación que se realizan en las empresas se quedan en una buena intención y en unas jornadas agradables, pero sin resultados tangibles.

Decimos que innovamos, pero no innovamos, vaya paradoja.

A mí que me gusta ver los resultados en todo aquello que hago, me resulta sorprendente que esto ocurra en empresas y organizaciones, supuestamente preparadas e interesadas por el proceso y por el objetivo a conseguir.

Y la mayor parte de las veces me llaman cuando ya han realizado el proceso de innovación y ven que no ha servido para nada. Lo que me obliga a analizar, revisar y replantearme el proceso de innovación realizado y el porqué de las consecuencias negativas o simplemente, de la nada posterior.

Me encuentro con situaciones distintas. Voy a explicaros las dos más frecuentes:

a)      Aquellas empresas en que han conocido herramientas, han trabajado un rato con alguna metodología o han realizado una sesión de creatividad. Y de ahí han sacado un listado de ideas que hay que poner en marcha.

b)     Otras empresas y organizaciones que han trabajado un verdadero plan de innovación, desde la dirección y pensando más en lo que nos gustaría ser, que en lo que en realidad son.

La innovación como entretenimiento

En el primer caso se trata de fuegos artificiales. Les han encantado conocer herramientas y metodologías, pero no se han hecho ni una pregunta dura, ni han reflexionado ni un momento sobre el pasado, el presente y el futuro de la organización. Todo ha sido una fiesta.

Está muy bien como actividad de recreo y es super agradable de realizar, tanto para los participantes como para el facilitador. Pasamos de puntillas sobre los problemas y la empresa y la organización ya los arreglara cuando toque, porque hoy no es el día.

La innovación desde el buenísmo

En el segundo caso, la falta de realidad nos lleva al fracaso, a la vez que la falta de implicación del conjunto de la empresa.

La innovación no es una orden o una de las acciones del plan de empresa que tenemos que realizar; es una forma de trabajar y de desarrollar el futuro de la empresa o de la organización, que exige implicación, una dosis de realidad y estar dispuesto al cambio.

¿Qué tenemos que hacer para que funcione el plan de innovación?

Aprender a dar sentido al proceso de innovación en la empresa e implicar a las personas de la empresa o de la organización para conseguir los resultados fijados.

Y eso es lo que yo hago con mi metodología #InnovaMe, trabajando de manera específica para romper las barreras de las personas hacia la innovación.

Pero además es necesario que el plan de innovación se adapte a las necesidades de la empresa y que se plasme en un plan de acción realista y adaptable a las circunstancias del mercado.

Por eso en mi metodología #InnovaME comenzamos por entender el mercado y observar los cambios, porque no estamos solos en el mercado y continuamos definiendo nuestras necesidades, porque el plan se hace a medida de la empresa y de la organización.

Pero además el plan tiene que ser una hoja de ruta entendida por todos y que permita realizar los cambios necesarios porque son tiempos convulsos y ya no grabamos los planes en piedra.

¿Cómo conseguir resultados?

Para conseguir resultados en los procesos de innovación es fundamental trabajar la cultura de la empresa y eso implica cambios, más o menos profundos, dependiendo de la situación de la empresa o de la organización.

Si no estás dispuesto a hacer cambios, es mejor que no inicies un proceso de innovación

Y este cambio de cultura afecta fundamentalmente a las personas y a sus competencias o soft-skills (como os guste más).

Por eso estoy ahora tan implicada en desarrollar metodologías para entrenar esas competencias, porque desgraciadamente no han formado parte de nuestra educación formal y muchos, no hemos sido capaces de desarrollarlas en nuestra educación informal.

La buena noticia, es que siempre estamos a tiempo para entrenar nuestras competencias, sólo tenemos que decidir cuáles vamos a entrenar y desarrollar un plan de entrenamiento.

Así que si os decidís a innovar, reflexionad antes sobre el porqué y el para qué de esa decisión antes de iniciar un proceso, si queréis obtener resultados tangibles.

Pero, sobre todo, pensad si estáis dispuestos a hacer cambios en vuestra organización y a preparad a vuestros equipos para ese cambio, antes de iniciar un proceso de innovación.

DaviD SAnchez MATeo

Automatizo procesos en Ingeniería y Oficinas Técnicas para aumentar la productividad | Configuradores | Ingeniería del Ascensor | #LeanEngineering

5 años

¡Hola! Ana, de acuerdo con el artículo. Yo creo que (casi) todo el mundo innovamos, aunque no lo sepan ni se den cuenta, de lo contrario, ya tendrían la persiana cerrada. Innovar es hacer cambios para mejorar la cuenta de resultados y eso, no me cabe duda, que lo hacemos (casi) todos. Lo que ocurre, es que algunos quieren innovar de forma brusca, disruptiva y para ello, tienen que cambiar muchas cosas en la empresa, tal y como comentas. Y el principal cambio es de mentalidad. Nosotros también lo vemos a menudo. Si se quiere cambiar un sistema de producción o los procesos en oficina técnica o crear un nuevo producto, eso significa cambiar el chip, ¡y tienen que cambiarlo todos en la empresa! ¡Y eso es responsabilidad de la alta dirección! ¡Ya no hay barniz que resista la ola del cambio! Saludos. DaviD.

Javier Orús Lacort

Director y Co-Fundador de PredictLand AI | Inteligencia Artificial y Big Data aplicado al Negocio | Data Analytics | Ciencia de Datos | Machine Learning | Ayudando a Personas y Empresas en la Era Digital | AI Speaker

5 años

Como siempre, Ana, das en el clavo! Muy buen artículo!

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