Prosiliencia

En el mundo empresarial no alcanza. Les proponemos PROSILIENCIA.

Por Alberto Levy*

Resiliencia viene del término latín resilio, “volver atrás, volver de un salto, resaltar, rebotar”.

Es un término que se toma de la resistencia de los materiales que se doblan sin romperse para recuperar la situación o forma original. Por ejemplo, un arco que se dobla para lanzar una flecha o los juncos bajo la fuerza del viento.

Teniendo en cuenta los conceptos físicos de Resiliencia, en el caso de las redes y sistemas informáticos, se debe plantear de forma similar, teniendo en cuenta que hoy en día toda infraestructura de Telecomunicaciones debe tener presente la alta probabilidad de sufrir ciberataques o crisis por fallos ante los cuales deba recuperarse lo antes posible y en las mejores condiciones.

En psicología el término se emplea para referirse a las personas que, a pesar de sufrir situaciones estresantes, no son afectadas psicológicamente por ellas. Como por ejemplo el sufrimiento debido a la pérdida inesperada de un ser querido, al maltrato o abuso psíquico o físico, a prolongadas enfermedades temporales, al abandono afectivo, al fracaso, a las catástrofes naturales, a la guerra y a las pobrezas extremas.

Cuando un sujeto o grupo es capaz de hacerlo, se dice que tiene una Resiliencia adecuada y puede sobreponerse a contratiempos o incluso resultar fortalecido por estos.

Evidentemente, el concepto de Resiliencia es bien cercano al de flexibilidad como capacidad de “volver a ser como antes”. Por ejemplo, estrujamos una pelota de tenis, la soltamos y la pelota recupera su forma original. Una organización soporta una situación negativa, se recupera de ella y vuelve a su forma original para seguir intentando lograr su objetivo o su misión.

Pero nosotros diferenciamos flexibilidad de “plasticidad” y proponemos que la plasticidad es la capacidad de adoptar una forma mejor para el logro de ese objetivo o esa misión.

Sin embargo, siempre nos estamos refiriendo a un proceso posterior al evento perjudicial. Siempre nos estamos refiriendo a la capacidad de Adaptación. Y este es el nudo del problema. Cada vez es tarde más temprano.

Nuestra postura se basa en que en entornos de complejidad exponencial en general y de altísima fricción competitiva en particular, la Anticipación debe reemplazar a la Adaptación.

Resiliencia no alcanza. No va más.

La viabilidad de las organizaciones depende de la capacidad de inventar futuros verosímiles aunque poco probables y disponer de la “variedad requerida” como para tener disponible (Readiness) una configuración anticipada. A esta capacidad la llamamos “Prosiliencia”.

Prosiliencia en la configuración anticipada de cinco engranajes de cualquier organización: 1. el de su Estrategia de Negocio y de Portafolio de Negocios, 2. el de sus Recursos tangibles e intangibles, 3. el del análisis de los segmentos de los Mercados en los que opera y en los que espera operar, 4. el de su Cultura como matriz vincular racional y emocional que le brinda a su gente una identidad compartida y una interpretación común y 5. el de los Procesos horizontales que le permiten alinear áreas funcionales y niveles decisionales.

En este campo, olvidémonos del concepto de Resiliencia. Olvidémonos del concepto de Adaptación. Incorporemos Anticipación y Prosiliencia. El cementerio está colmado de empresas expertas en volver a ser como eran antes. Para colmo, no hay batalla decisiva.

*Alberto Levy es Profesor Emérito y Director del Centro de Estudios Avanzados en Dinámica Empresarial de la Universidad de Buenos Aires (CEADE) y Managing Partner de LEVY ASSOCIATES, firma de consultoría especializada en la implementación de la Estrategia Empresarial que desde 1980 ha actuado en cientos de empresas de casi todos los sectores económicos en América Latina, Estados Unidos, España e Israel.

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