Reflexiones 'antivirus'
‘’LA CANCION DE LA VIDA’’
Es tradición de los Himba, tribu de Africa del Norte, que cuando una mujer se sabe embarazada corra a contar la buena nueva a las mujeres de la aldea y a ponerse a imaginar cuál será la canción que vendrá a la par con el niño por nacer, ya que, según sus creencias, cada persona tiene una canción propia que brota de los abismos mismos del alma.
Para inspirarse mejor la futura madre se adentra en la selva y se respalda en un árbol para meditar y orar hasta que surja la canción que marcará de por vida a la nueva criatura.
‘Canción de la vida‘ que será luego divulgada y cantada por toda la familia tribal al nacer, al entrar en la pubertad, al casarse, ante diversas venturas y desventuras, como una manera de honra y festejo ante las alegrías y de sostén y apoyo cuando la voluntad amengua.
Y cuando el alma va partir, le cantan también su canción para acompañarle en el viaje final.
Es una manera de demostrar que antes de llegar a la vida ya éramos esperados, soñados y amados y que cada uno de nosotros viene a este mundo con una vibración tan única como distintiva y propia.
Tan fuerte es su incidencia vital, que en caso de apartarse de las costumbres establecidas no se lo pena ni atormenta físicamente, ni se lo arroja a la deshonra del destierro.
Optan por un recurso emocional mucho más aleccionador a manera de instantáneo método autocorrectivo.
Arman un círculo a su alrededor y basta entonarle a coro su canción para que el efecto punitorio se produzca y el infractor tome inmediata conciencia de la deuda moral incumplida.
En estos días en que andamos flojos de sostén emocional bebiendo el trago amargo de la desorientación viene bien acudir a un salvavidas atado al cabo de los recuerdos como eficaz método ‘antivirus’.
Breves estrofas de pura y sencilla melodía, como esas ropas blancas tendidas al sol espaciadas por los paños del silencio.
Bien podríamos llegar a pensar nosotros si existe una melodía en nuestras vidas, un querido objeto o recuerdo que nos movilice, nos dé fuerzas ante el flaqueo y nos envalentone a manera de disparador emocional.
Podremos así evocar sentimientos profundos cristalizados en consejos paternos, versículos, silbidos del abuelo o aromas de la infancia que puedan oficiar a modo de contención y apoyo.
Poder repasar la vida en segundos, recordar quiénes somos, de dónde venimos y hacia adónde vamos.
En esta época de tanta sensibilidad social nos impactan los actos solidarios como la entrega incondicional del personal de la salud, el balconeo amistoso o el ofrecimiento de ayuda al vecino que hasta ahora sólo tenía cara de habitante de un cierto piso y letra de un determinado departamento.
Tal vez el recuerdo emocional pueda actuar con el mismo efecto tranquilizador de nuestra mascota de trapo o como aquellas canciones africanas de tan dulce y maternal autoría.
© Rafael Jijena Sánchez- Conferencista motivacional- Abril 2020. Foto Bertha Berners
Agente de Atención espiritual. Licenciado en Pedagogía - Prof. Filosofía- Máster en Educación en Valores (Univ. Barcelona) Máster en Espiritualidad Transcultural. (Univ. Ramon Llull)
4 añosMuchas gracias... en estos tiempos tan especiales estos recursos nos vuelven a lo esencial y nos recuerda quienes somos... Un abrazo desde Barcelona!