Reflexiones en torno al libro y la lectura al iniciar el 2022
La agenda en torno al libro y la lectura en este 2022 será sin duda nutrida, activa, polémica y muy demandante. Iniciamos con un repunte de la pandemia cuyas repercusiones aún desconocemos; es decir, ignoramos en este momento si será una ola de rápido crecimiento (bueno, eso sí lo sabemos), y de un posterior y vertiginoso descenso, como algunos investigadores lo visualizan. Otros suponen que será de mediana duración. Lo cierto es que está afectando todos los sectores. Quizás los más visibles han sido los de la aviación, con numeroso personal enfermo, lo que ha causado infinidad de cancelaciones en los vuelos, y en el sector salud, con una situación similar: falta de personal para atender a todos los enfermos. Por lo pronto, en México el gobierno no ha anunciado, sino más bien descartado, el cierre de librerías y demás comercios. Los libreros (la RELI en particular) registró buenas ventas navideñas y de Reyes. Sin embargo, no sabemos si esas ventas se mantendrán en las próximas semanas y meses. Los editores, fuertemente golpeados por la crisis de los dos años pasados, buscan retomar las publicaciones. Varios factores juegan en contra: en particular el desabastecimiento de papel y su encarecimiento, lo cual ya han reportado varios países del sur de América y que se prevé llegue pronto a México. Adicionalmente, la inflación azota al mundo entero, en particular a nuestro país. Mientras tanto, el sector del libro libra dos batallas en este momento en el terreno legislativo: por un lado la nueva Ley General de Bibliotecas, que sigue impugnada por gran cantidad de amparos mientras se discute su modificación en el Senado, y una nueva iniciativa en la Cámara de Diputados para reformar la Ley General de Derechos de Autor. Tendremos que estar muy atentos como industria editorial en alianza con los demás sectores del libro a lo que se está cocinando en ambas cámaras. El comercio electrónico sigue registrando un crecimiento notable en todos los ámbitos. Sin duda, llegó para quedarse y editores, libreros y lectores tendrán que incorporarlo en definitiva a su vida cotidiana. Por lo tanto, proyectos como Librántida (distribución de libros bajo demanda) seguirán cobrando importancia, al igual que servicios editoriales integrales como los que brinda Solar. También habrá que trabajar, en ese mismo sentido, para generar contrapesos a las grandes transnacionales para evitar que dominen aún más el mercado y acaben dictando, por tanto, sus reglas. En ese sentido, en México estamos trabajando de la mano con el Instituto del Libro y la Lectura (ILLAC) para generar alternativas y fortalecer a los sectores nacionales del ecosistema del libro y la lectura. Un elemento llama la atención: mientras que en Europa, Estados Unidos e incluso países latinoamericanos como Argentina y Chile surgen políticas públicas en apoyo a los sectores editoriales y libreros, en México carecemos de todo incentivo en esta materia pues es poco lo que podemos esperar del gobierno que tiene sus ojos puestos en otros proyectos. En suma, que sin ser este un recuento exhaustivo de lo que nos espera, al menos sirve para que nos vayamos preparando para un 2022 activo, beligerante y, sobre todo, muy exitoso si sabemos trabajar todos en mancuerna.
Escritor y Periodista
2 añosSenker: Yo tengo una pequeña editorial y llevo dos años sin que me acepten un solo libro en librerías. Además soy escritor, y tengo tres años que no recibo pago de mis derechos de autor. Si para las grandes editoriales la situación está difícil, imagínate para las pequeñas. Peor aún es el caso de quienes escribimos, vendemos bien, pero no nos pagan culpando a la pandemia de esta situación. A río revuelto, pienso, ganancia de pescadores. Saludos.
He vivido en carne propia esta crisis en el sector editorial. Jamás pensamos que algún día los alumnos saldrían de las aulas, dejarían de comprar material didáctico y las editoriales se enfrentarían a números rojos. Vi desaparecer editoriales con las que colaboré como ilustrador por décadas y las más fuertes apenas se han atrevido a nuevos proyectos. Pasé de no promocionarme por casi 15 años en más editoriales porque ya no podía con la carga de trabajo, a mandar decenas de muestras de mi carpeta esperando que alguien pueda darme una oportunidad de colaboración.
General Manager
2 añosLa industria editorial se ha venido enfrentando desde hace ya varios años a problemáticas complicadas , coincido con usted en que el trabajo en equipo entre los involucrados es vital para que sigan resistiendo.
Director Editorial y Gerente General
2 añosA esto le sumaría el tema de la devaluación de las monedas frente a los costos de importación de libros que se adquieren en dólares o euros, que han encarecido de manera significativa el precio del libro importado.
Directora de la editorial Trópico de Escorpio
2 añosMuy buen resumen y una alerta a considerar. Gracias