RESILIENCIA

En mis artículos anteriores compartí algunos aprendizajes como los de la serie “THE LAST DANCE” acerca de Liderazgo, o mi experiencia en cuanto a lo importante que es tener “Bienestar” en nuestras vidas, y como eso nos ayuda a ser mejores seres humanos, también acerca del “MANEJO DE CONFLICTOS” además del Rol del Líder en las Organizaciones y de los TIEMPOS DE CAMBIO que estamos viviendo. #todossomoslíderes

En este artículo quiero compartirles acerca de RESILIENCIA, de cómo es útil en estos momentos que estamos viviendo en un mundo con un ambiente VUCA+ (Volátil, Incierto, Complejo, Ambiguo y más que eso). ¿Cómo enfrentar los eventos difíciles que cambian nuestra vida? ¿Cómo reaccionar a eventos traumáticos como la muerte de un ser querido, la pérdida del trabajo, una enfermedad difícil, un ataque terrorista, una pandemia y otras situaciones catastróficas?

Resiliencia viene del término latín resilio, “volver atrás, volver de un salto, resaltar, rebotar”. De acuerdo con la psicología “Resiliencia” es la capacidad que tiene una persona para superar circunstancias traumáticas como la muerte de un ser querido, un accidente, etc., por lo tanto "la resiliencia potencia la felicidad". Las personas logramos adaptarnos con el tiempo a las situaciones que cambian dramáticamente nuestras vidas y que aumentan su estado de tensión. ¿Qué nos permite adaptarnos?, El haber desarrollado resiliencia, la capacidad para adaptarnos y superar las adversidades.

“Cuando todo parezca ir contra ti, recuerda que el avión despega contra el viento, no a favor de él”. Henry Ford

La resiliencia se aprende en un proceso que requiere tiempo y esfuerzo y que compromete a las personas a tomar una serie de pasos. Investigaciones han demostrado que la resiliencia es ordinaria, no extraordinaria. La gente comúnmente demuestra resiliencia. Por ejemplo, mucha gente pierde sus empleos y a raíz de eso emprende o encuentra otro empleo en el que continúa siendo exitoso.

Ser resiliente no quiere decir que la persona no experimenta dificultades o angustias, el dolor emocional y la tristeza son comunes en las personas que hemos sufrido grandes adversidades o traumas en nuestras vidas. De hecho, el camino hacia la resiliencia probablemente está lleno de obstáculos que afectan nuestro estado emocional. La resiliencia no es una característica que la gente tiene o no tiene. Incluye conductas, pensamientos y acciones que pueden ser aprendidas y desarrolladas por cualquier persona.

¿Qué factores contribuyen a desarrollar resiliencia?, Estudios demuestran que uno de los factores más importantes en la resiliencia es tener relaciones de cariño y apoyo dentro y fuera de la familia. Relaciones que emanan amor y confianza, que proveen modelos a seguir, y que ofrecen estímulos y seguridad, contribuyen a afirmar la resiliencia de la persona. Otros factores asociados a la resiliencia son: La capacidad para hacer planes realistas y seguir los pasos necesarios para llevarlos a cabo. Una visión positiva de sí mismo, confianza en sus fortalezas y habilidades (para esto se requiere la capacidad de conocerse a sí mismo “selfawareness”). Destrezas en la comunicación y en la solución de problemas. La capacidad para manejar sentimientos e impulsos fuertes. Todos estos son factores que las personas pueden desarrollar por sí mismas. (“Pasar tiempo a solas contigo mismo le da fuerzas a tu autoestima y, a menudo, es la forma más fácil de llenar tus reservas de resiliencia”, Sam Owen).

·        Es importante establecer buenas relaciones con familiares cercanos, amistades y otras personas importantes en nuestra vida. Aceptar ayuda y apoyo de personas que lo quieren y escuchan, fortalece la resiliencia. Buscar con qué tipo de grupos te identificas es importante para construirla. Ayudar a otros que nos necesitan también puede ser de beneficio.

·        Evita ver las crisis como obstáculos insuperables, nosotros no podemos evitar mi controlar eventos que producen un gran cambio y por lo tanto alta tensión, lo que si podemos hacer es cambiar la forma de interpretarlos, y vivirlos, esa es nuestra decisión. Intenta ver más allá del presente y ve el futuro con optimismo. Puedes crear un ambiente que te haga sentir mejor en lo que estas enfrentando las situaciones difíciles.

·        El cambio es parte de la vida, aparece todos los días en nuestra vida, solo que en ocasiones los cambios abruptos nos es menos sencillo aceptarlos o adaptarnos, ya que nos impide lograr los objetivos establecidos. Hay que aceptar las circunstancias que no podemos cambiar, nos puede ayudar a enfocarnos en las circunstancias que si podemos modificar.

·        Desarrolla algunas metas realistas. Haz algo regularmente que le permita moverse hacia tus metas, aunque sean logros pequeños, en vez de enfocarse en objetivos que parecen que no puede lograr, pregúntate acerca de las cosas que puede lograr hoy y que te pueden ayudar a lograr los objetivos a largo plazo.

·        En situaciones complejas y adversas, actúa de la mejor manera que puedas. Muchas veces como resultado de nuestra lucha contra la adversidad, podemos aprender algo sobre sí mismos y sentir que han crecido de alguna forma a nivel personal. Muchos que hemos experimentado tragedias y situaciones difíciles, mejoramos en el manejo de sus relaciones personales, un incremento en la fuerza personal aun cuando estemos vulnerables, la sensación de que su autoestima ha mejorado, una espiritualidad más desarrollada y una mayor apreciación de la vida.

·        Desarrollar la confianza en la capacidad para resolver problemas y confiar en nuestros instintos, ayuda a construir la resiliencia.

“Si tienes una actitud positiva y te esfuerzas constantemente para dar lo mejor de ti, con el tiempo vas a superar tus problemas inmediatos y encontrará que estás listo para retos mayores”. Pat Riley

·        Mantener las situaciones en perspectiva, aun cuando nos enfrentemos a eventos muy dolorosos, evitemos agrandar el evento o situación fuera de su proporción. Una visión optimista nos permite esperar que ocurran cosas buenas en nuestra vida. Visualizar lo que queremos en vez de preocuparse por lo que tememos.

·        Cuidar de sí mismo, atender nuestras necesidades y deseos. Realizar actividades que disfrutemos y que nos relajen. Hacer ejercicio regularmente (4 o 5 veces por semana). Cuidar de nosotros mismos nos ayuda a mantener nuestra mente y cuerpo listos para enfrentarse a situaciones que requieren resiliencia, recuerda para que la mente esté bien, el cuerpo que la sostiene debe estar mejor.

·        Otras formas o ejemplos adicionales de fortalecer la resiliencia pueden ser: Escribir sobre nuestros pensamientos y sentimientos más profundos relacionados con la experiencia traumática u otros eventos estresantes en nuestras vidas. La meditación y las prácticas espirituales ayudan a algunas personas a establecer relaciones y restaurar la esperanza.

“Cuando una puerta de la felicidad se cierra, otra se abre; pero a menudo miramos tanto tiempo a la puerta cerrada que no vemos la que se ha abierto para nosotros”. Helen Keller

La clave es identificar actividades que podrían ayudarle a construir una estrategia personal para desarrollar la resiliencia.

La resiliencia conlleva mantener flexibilidad y balance en nuestras vidas en la medida que confrontamos circunstancias difíciles y eventos traumáticos. Entre menos flexibles seamos y menos bienestar tengamos en nuestra vida, más complicado será desarrollar la resiliencia, por eso es muy importante conocernos a nosotros mismos (solicitar retroalimentación y estar abierto a la misma para mejorar es una forma que nos puede ayudar a conocernos a nosotros mismos).

Algunas formas que nos ayudan lograrlo es por ejemplo: En ocasiones dar un paso atrás para descansar y llenarse de energía nuevamente, Pasar tiempo con nuestros seres queridos para recibir su apoyo y estímulo, y también su cuidado, Confiar en los demás y también confiar en nosotros mismos.

Algo que en ocasiones creemos que no necesitamos es pedir ayuda de un experto que puede ser un psicólogo, un coach, un mentor que ya haya pasado pro una situación parecida, pedir ayuda es tan sencillo y al mismo tiempo complicado por los paradigmas con los que hemos crecido (el psicólogo es para los locos, el coach o mentor es para los que no saben o no pueden, pedir ayuda es de débiles, etc.).

“Para las personas resilientes no existe una vida dura, sino momentos difíciles.”. ROSARIO LINARES

La resiliencia no es una cualidad innata, no está impresa en nuestros genes, aunque sí puede haber una tendencia genética que puede predisponer a tener un “buen carácter”. La resiliencia es algo que todos podemos desarrollar a lo largo de la vida, así que entre más nos adueñemos de nuestras decisiones, de nuestro entorno y vivamos aprendiendo generaremos más ese músculo de la resiliencia.

La resiliencia en los niños y en nuestros equipos de trabajo. Si queremos que nuestros hijos y colaboradores afronten las dificultades de la vida con fortaleza es importante construir un apego seguro y educarles en la capacidad de ser resilientes, para ello es fundamental nuestro ejemplo, no sobreprotegerlos y sobre todo creer en ellos. En ocasiones para evitar que se equivoquen o caigan en los mismos errores que nosotros caímos en el pasado, no los dejamos aprender y tampoco les hacemos desarrollar su resiliencia. Generar una buena autoestima en ellos los ayudará a generar una mejor capacidad de resiliencia.

El 58% de las organizaciones en México considera que la mitad de su fuerza laboral necesitará reforzar sus habilidades en los próximos tres años para volverse más resilientes, según un estudio de Deloitte.

“Nunca seas una víctima de la vida. Sé el conquistador”. Mike Norton

Recuerda que #todossomoslíderes, y como Líderes debemos ser resilientes y ayudar a nuestros equipos y familias a ser resilientes, adaptarnos rápidamente y por lo tanto evolucionar nuestro estilo de Liderazgo, siendo conscientes de la etapa de cambio en la que estamos y desarrollando resiliencia, debemos aprovechar para desaprender, aprender, compartir y transformarnos juntos.

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