Resinas
Siempre que escuchamos productos forestales lo primero que se nos viene a la cabeza es aprovechamiento de madera pero hay muchos más productos obtenidos en las explotaciones forestales. Hoy os quiero hablar de uno de ellos que, pese a que no es muy conocido, tiene gran utilidad: las resinas naturales de los árboles.
Se entiende como resina la sustancia sólida o de consistencia pastosa, obtenida naturalmente como producto que fluye de varias plantas. Su función es ayudar en la cicatrización de heridas y como sustancia de reserva. Circula a alta presión por unos canales específicos de las plantas, por lo que al cortarlos fluye hacia el exterior.
Sus usos como material adhesivo, impermeabilizante o para iluminación se conocen desde la antigüedad y a día de hoy se siguen utilizando en infinidad de aplicaciones: producción de papel, adhesivos, pinturas y barnices, fragancias, en construcción, en fármacos,...
La resina proviene de las coníferas y en España la especie más utilizada para obtener este recurso es el Pinus Pinaster. Aunque años atrás se fue perdiendo la tradición de la extracción, sustituyendo la resina por productos químicos o explotaciones en el extranjero, en la actualidad está cobrando de nuevo fuerza por el incremento de los precios y del mercado de productos ecológicos.
La extracción de la resina se realiza en pinos con unos 50 años de edad, para que por sus dimensiones puedan ser aprovechados durante años. Se lleva a cabo durante aproximadamente 8 meses al año, mediante una serie de incisiones en la parte baja del tronco por las que supura la resina y se recoge en un recipiente situado debajo cada 15-20 días. Esta forma de obtenerla no conlleva la muerte del árbol, por lo que se puede considerar un producto ecológico y sostenible. Además, en las explotaciones forestales dedicadas a este fin, se pueden aprovechar otros recursos como son madera, setas y pastos, preservando los valores ecológicos del monte.
La resina en bruto obtenida se denomina miera y es llevada a la industria transformadora donde se refina y depura para obtener colofonia (porción sólida) y trementina (porción líquida). Estos productos, pese a los avances de la industria química, no han podido ser sustituidos por productos artificiales, por lo que su producción se encuentra en aumento.
Entre los usos de la colofonia destacar su uso tradicional como encolado en la pasta de papel, y otros más modernos como pueden ser elaboración de jabones, untar arcos de instrumentos de cuerda, fabricación de barnices, chicles o cauchos de neumáticos, ya que aportan elasticidad.
Por otro lado, la trementina o aguarrás es usada como disolvente de pinturas, en la fabricación de pinturas y barnices, de productos aromáticos sintéticos o productos farmacéuticos.