¿Sabes cómo ganar cuando fracasas?

¿Sabes cómo ganar cuando fracasas?

Sé que suena rara esta pregunta, pero deberíamos hacérnosla con más frecuencia. Fracasar es parte de la vida y en muchas partes del mundo y en diversas sociedades, es visto casi como un error mortal. Hay que esconderlo, callarlo, invisibilizarlo y cuando se pueda, negarlo.

Terrible aproximación a una realidad de la vida y de la que absolutamente nadie se libra.

No existe una sola persona exitosa en la historia de la humanidad que no hubiera acumulado un buen número de fracasos en su existencia. Pregúntale a alguna persona que admires si ha fracasado y escucha con atención, porque si es alguien realmente admirable, te hablará de sus fracasos con total naturalidad y te dirá todo lo que aprendió de cada uno.

Si tus fracasos en la vida te avergüenzan, es probable que tengas que cambiar tu enfoque respecto a muchas cosas en la vida, empezando por esto. Un fracaso es parte de la realidad, no, repito NO, es una falla moral ni el fin de tu existencia y mucho menos, una prueba de tu falta de valor.

Los fracasos nos duelen cuando vinculamos nuestra identidad a los logros. Cuando no avanzamos en un logro, sentimos que hemos perdido parte de nuestra razón de ser y cuestionamos quiénes somos y el valor de lo que hacemos. Esta es la primera lección que debemos interiorizar: somos seres humanos, no máquinas, y aprendemos en el camino, a fuerza de aciertos y equivocaciones. El éxito no es una línea recta, es un camino zigzagueante.

Dejemos de vivir los fracasos como un asunto de vida o muerte. Lo es para nuestro ego, ten la certeza, pero no para ti como persona. Cuando no sabemos manejarlos, nos metemos irremediablemente a una espiral de depresión, tristeza, ansiedad. Pensamos que la razón de ser de nuestra vida ha llegado a su fin. Piensa en los fracasos de tu vida: reprobaste un examen, tu pareja te cortó, perdiste tu dinero, tu negocio no funcionó, no te aceptaron en el trabajo que querías.... y aquí estás. No has muerto y la vida te abrió otras posibilidades. Con el tiempo, ves que tus fracasos llevaban implícitos muchos aprendizajes.

¿Qué puedes hacer y qué no cuando fracasas para ganar, suceda lo que suceda?

1. Deja de darle vueltas al asunto. Si te concentras en la emoción de pérdida por mucho tiempo es probable que te quedes a vivir en el pasado y no puedas avanzar. Mientras más vueltas le das, más tiempo y energía pierdes en aprender la lección y en avanzar con lo aprendido. Hoy es cuando puedes trabajar en un nuevo resultado. Si hoy te dedicas a llorar el error, no avanzarás. Si te congelas, literalmente, en el fracaso, te quedas a vivir en el pasado y aumentas tu inseguridad y dudas.
2. Observa los fracasos de otras personas. Pueden ser personas que conozcas y admires, personas que no conoces y admiras o personas de otro momento histórico, que ya ni siquiera estén vivas. Pregúntale a Sara Blakely cuántas veces se equivocó. Ella dice que sus errores fueron sus grandes maestros y que no entiende el éxito sin fracasos. Pregúntale a Richard Branson cuántas equivocaciones ha cometido en su vida y verás que su camino está plagado de errores.
3. Concéntrate en el proceso y en el aprendizaje. Hemos aprendido que ir tras el éxito es suficiente para alcanzarlo, pero se nos olvida que todo en la vida es un aprendizaje y que para que algo que te salga bien, en la vida, en el amor, en los negocios, tienes que aprender y hacerlo implica arriesagarse a hacer las cosas sin saber cómo hacerlas. En otras palabras, hay que aprender a tener éxito, hay que aprender a fracasar y aprender a crecer con ello. También es fundamental aprender a hacer las cosas porque nos motivan, nos incitan a ser mejores y nos hacen crecer. Los diamantes salen del carbón, ¿lo recuerdas? No puedes lograr todo lo que quieres mañana porque lo decidiste hoy. Lleva tiempo, aprendizaje y crecimiento interno, tanto mental como espiritual.
4. Pon tus ideales y tu visión del mundo al centro. Cuando tienes claro para qué haces las cosas y lo que te mueve a hacerlas, tienes energía suficiente para seguir intentando. Te das cuenta de que si una puerta se cerró hay otras que abrir y si no existen, tendrás razones y motivos suficientes para construir tú misma una puerta o si no, para saltar por la ventana. El éxito normalmente acompaña a las personas que tienen razones y motivos profundos, en los que su corazón y pasión están involucradas, para seguir andando, suceda lo que suceda y sin importar cuántas veces se caen.
5. Pregúntate quién quieres ser con cada fracaso. Es fácil imaginarnos la emoción del éxito -aunque hay quienes le tienen miedo al éxito, pero eso es motivo de otro artículo- y no nos gusta y evitamos imaginarnos las emociones del fracaso. Pues es hora de hacerlo, porque son emociones precedidas por creencias sobre lo que es el fracaso. Si nuestras creencias sobre ello son negativas y las tomamos como un asunto mortal, así lo vamos a vivir y no aprenderemos la lección ni nos daremos la oportunidad de ser mejores para lograr lo que queremos o nos proponemos. El carácter, la entereza y la resiliencia se forjan con los golpes y caídas del camino. ¿Cómo vas a saber de lo que eres capaz si no te has desafiado a ti misma ante grandes retos y obstáculos?

Entonces ¿Cómo vas a ganar cada vez que fracases? Aprendiendo la lección, construyéndote internamente con cada tropiezo y desafiándote. Si te haces chiquita con el primer tropiezo, el éxito no es para ti. Serás exitosa, independientemente de lo que te diga el resto del mundo, cuando aprendas a crecer con cada caída y cuando valores el camino que has recorrido, no sólo tu llegada al destino final.

¿Qué dices? Te leo.

Claudia https://linktr.ee/claudiacalvin

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