¿SUEÑAS O ACTIVAS TUS SUEÑOS?
El peor fracaso de tu vida es no atreverte a luchar por la vida que realmente quieres.
Tanto en mi vida de aventuras como en mi vida más profesional, he tenido algunos éxitos y muchos fracasos, pero estos últimos los tengo claramente clasificados por categorías.
Pongo un ejemplo aventurero: No conseguir un objetivo es un fracaso pequeñito, porque estabas luchando por él. Que te lesiones o pase una desgracia es un problema sumado al fracaso de no conseguir el objetivo. No poder iniciar un proyecto porque no te lo han comprado los posibles patrocinadores o inversores es una gran decepción que te impide ponerte en marcha hacia tus objetivos. Pero el peor fracaso de todos es cuando has soñado y deseado profundamente hacer un determinado proyecto, pero no lo has llegado a iniciar porque no te has ni atrevido a ponerte en marcha para organizarlo y venderlo. Es un fracaso que no computa porque nadie lo ha visto, e incluso tu mismo te olvidas de ello y te auto justificas; pero algún día te mirarás al espejo y reconocerás tu enorme fracaso personal, porque solo caben dos posibilidades de análisis: o no era cierto y te auto engañabas al pensar que aquello era tan importante para ti, o sí era cierto que te interesaba mucho, pero no tuviste el coraje de ir a por ello. Y sentir que uno se auto engaña en sus deseos más profundos, o que no tiene la valentía para avanzar hacia ellos, es la peor percepción que uno puede tener de uno mismo.
Soñar o desear mucho una cosa no es suficiente. Es necesario pasar a la acción. ¿De qué sirve tener un objetivo si nunca se hace realidad?
Cuantas veces no soñamos y deseamos intensamente un determinado trabajo o negocio, o tener una pareja, o hacer un viaje especial; pero a la vez ya casi tenemos decidido de antemano que no vamos a activarnos especialmente para ello.
Tomar una decisión es el primer paso hacia cualquier objetivo y, a continuación, pasar a la acción sin conocer el resultado es el siguiente paso. El pensamiento analítico a menudo puede distraerte de ponerte en marcha. Planificar un poco está bien, pero tener un plan completo y cristalino casi nunca es necesario y, a menudo, solo sirve para posponer la puesta en marcha, porque nuestro perfeccionismo o nuestro miedo e inseguridad, nos provocarán siempre dudas para dar el primer paso real.
Nadie puede decirte como es el amor de tu vida, o asegurarte que un trabajo o negocio te irá bien, o que aquel viaje será un éxito y no habrá ningún percance. Pero si lo deseas de verdad y no lo intentas, el fracaso en tus deseos o sueños más sinceros, ya estará asegurado, porque nunca tendrás la oportunidad de encontrar tu verdadero amor, de tener un trabajo o negocio que te haga feliz, o de vivir una experiencia especial en aquel viaje tan anhelado.
Pero los humanos somos muy buenos buscando excusas cuando no queremos o no sabemos cómo avanzar hacia cualquier objetivo. No dejes que las excusas te dominen; permite que tu pasión y la potencia de tu sueño o deseo sea más fuerte. Las excusas son como un cáncer que recorre tu cuerpo y te va activando las objeciones para que te convenzas de que no puedes o no mereces avanzar hacia tus propósitos, hacia la vida que tu realmente quieres.
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Pero no subestimemos las excusas, que pueden llegar a tener tanta fuerza que nuestra mente no sea capaz ni de identificarlas. Por ello es más fácil vivir la vida en condicional: me gustaría mucho hacerlo; algún día lo haré; lo haré cuando tenga las circunstancias, cuando tenga el ahorro suficiente, cuando pueda tomarme un año sabático, cuando tenga cierta edad, cuando… Es muy fácil ser los reyes de la procrastinación y quedarnos viviendo en nuestra zona cómoda, entretenida, rutinaria y conocida, aunque nos mantenga alejada de nuestra verdadera conexión con la vida que queremos y con el sentido que queremos darle.
Es comprensible que se tengan dudas y que a veces nos falte la motivación y la energía suficiente, pero quizás es porque nuestro sueño o deseo realmente no es tan importante. Si es así, mejor borrarlo de nuestra mente, porque si no algún día nos arrepentiremos muchísimo y nos aflorará una frustración vital que será difícil de asimilar.
Cada cual es el líder de su vida y tiene la total libertad para tomar o no decisiones y acciones en dirección hacia sus deseos más importantes; pero deberíamos tener muy claro que cuando no avanzas hacia tu objetivo, empiezas a perder de vista el sentido de tu vida. Y al contrario, cuando te activas hacia tu meta, descubres que la energía la tenías dentro y solo faltaba abrir la válvula para conectarla con aquello que deseas intensamente hacer en la vida, aquello innegociable, aquello que ves que cuanto más avanzas, por mucho que te cueste y te suponga sacrificios, te va conectando con tu sentido de vida y te potencia al máximo tu motivación y felicidad.
Pero volvamos al principio. Todo parte de que realmente respondamos bien a nuestra pregunta principal: ¿Realmente quiero este deseo, sueño u objetivo? Es una cuestión radicalmente importante en nuestra vida y no podemos permitirnos tratarla desde un punto de vista romantizado o idealizado, ¡Que nuestro tiempo pasa y nuestra vida no es un simulacro!
Y si la respuesta es “SÍ”, tira tus suposiciones y excusas a la basura, deja de conformarte con no vivir tus deseos importantes y, simplemente, ponte en marcha. Llegues dónde llegues, estarás siempre orgulloso de haber sido auténtico y fiel a tus sueños, a tus deseos importantes y, en definitiva, a tu vida.
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