SE PUEDE HACER MEJOR

SE PUEDE HACER MEJOR

La situación de incertidumbre no cesa, es más se agudiza, y las soluciones que nos ofrecen los que administran la res pública no alivian, más bien preocupan.

Las frases mayestáticas oídas estos días de pandemia a favor de la unidad y solidaridad son eso, frases solemnes que no se materializan en una práctica urgente, necesaria y solidaria.

Entonces me pregunto inconscientemente ¿Qué hacer?, ¿qué puedo hacer yo para paliar y contribuir a recuperar un pacto social progresista?, debo ¿volver hacer política?, ¿debo contribuir con la responsabilidad cívica a obedecer cuantas recomendaciones sanitarias se propongan y animar a todos a trabajar juntos?, ¿debo intentar convencer a los poderes público de su responsabilidad para con todos y todas los ciudadanos y ciudadanas, poniendo en valor a la palabra ciudadano frente a la de súbdito haciendo posible una respuesta que nos ayude a sentirnos verdaderos ciudadanos y ciudadanas?, todos y todas intentamos tener respuestas y opinar, reflexionar sobre lo que la pandemia ha puesto al descubierto:

"Una sociedad civil no cohesionada, una administración lenta, burocratizada y poco eficaz, un sistema cultural frágil, atomizado y muy dependiente, sin hábitos enraizados en la costumbre, una economía nada solida y tramposa, basada en el turismo, la precariedad y la inconsistencia".

Trato de enfrentarme al relato, que en los medios habituales esta en manos de voceras que pretenden ser ingeniosos y que resultan hirientes, confusos e interesados.

Todas las posibilidades que se me ocurren pasan por tomar conciencia del problema para poder superar, en común, el shock que la pandemia a provocado, pero no tengo respuestas certeras.

Todo lo que conozco se derrumba, los hábitos culturales que había costado años construir desaparecen y veo como se generan formas de convivencia individuales y egoísta, posiciones xenófobas, discursos intolerantes, me desarmo y me irrito.

Pero: ¿como actuar?, cuando la educación de una sociedad se deja en manos de políticos que toman decisiones de logística porque entienden la escuela como un lugar para contener ordenadamente a los más jóvenes mientras sus padres trabajan, ¿cómo actuar?, cuando la cultura pierde su sentido y valor, se manosea y se iguala al ocio, cuando se pierde la inteligencia ¿qué valores puedo conservar?.

Es entonces cuando más necesario es posicionarnos.

Refugiarnos en la transversalidad ideológica, aunar voluntades, vivir la ciudadanía como un acto político y en todos los ámbitos donde desarrollamos nuestra actividad saber decir NO, porque así aprendemos debatiendo a poder decir SI todos y todas juntos, estoy seguro que se puede hacer mejor.

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