Sesgos Cognitivos: #BreakTheBias
El cerebro es un órgano capaz de lograr cosas maravillosas, es un predictor por excelencia; por naturaleza, busca cumplir el principio “hacer más con menos”. Al mismo tiempo, es experto en equivocarse, a las “equivocaciones en procesos de comunicación cerebral” se les llaman sesgos cognitivos
Los sesgos afectan el pensamiento, pero también nuestras acciones. Pueden llevarnos fácilmente a la polarización de información recibida, en un intento de reafirmar nuestro sistema de creencias, y olvidando con toda intención, información que podría ser relevante para la toma de decisiones.
La ciencia nos muestra que los sesgos cognitivos son característicos de la naturaleza humana, confirman que el error es una de las fuentes más valiosas de aprendizaje; sin embargo, es importante detectarlos, pues si no los gestionamos de manera favorable pueden interferir en la vida de manera negativa. Se pueden disminuir a través del pensamiento crítico, la auto – observación y la metacognición.
El cerebro sigue patrones de desviaciones sistemáticas al hacer uso del juicio y produce tendencias de pensamiento, que se originan al encontrar atajos para procesar información, por motivaciones emocionales y morales, por distorsiones al almacenar y evocar información, y por supuesto, debido a la influencia social.
Buster Benson ha clasificado 188 sesgos cognitivos de manera algorítmica, aunque es una clasificación básica es efectiva para introducirse a la complejidad de los sesgos cognitivos.
A continuación se encuentra una breve descripción de las primeras dos rondas de clasificación en sesgos de Benson, es importante mencionar que a su vez se subdividen en más categorizaciones.
1. Al recordar
Las memorias se almacenan dependiendo de cómo se experimentaron.
Reducción de eventos y listas a elementos clave.
Se descartan específicos para formar generalidades.
Se editan y refuerzan memorias después de que sucedieron los hechos.
2. Al actuar rápido
Se favorecen opciones aparentemente simples sobre las complejas o ambiguas.
Para evitar errores: se busca preservar autonomía y estatus social.
Se completan tareas que han exigido tiempo y energía.
Para mantener la atención: se favorece lo inmediato y conocido.
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3. Al presentarse demasiada información
Se nota aquello que está almacenado en la memoria o que se repite con frecuencia.
Lo raro, gracioso o disruptivo visualmente resalta mucho más.
Se notan los cambios.
Se inclina a detalles que confirman nuestro sistema de creencias
Se notan con mayor facilidad los errores en otras personas.
4. Cuando no hay significado suficiente
Se favorece encontrar historias o patrones y se descartan datos analíticos.
Se rellenan nichos en la información con estereotipos, generalidades e historias previas.
Se imagina que las personas con las que tenemos vínculos son mejores que otras personas.
Se simplifican probabilidades y números para que sea más sencillo pensar en ellos.
Se piensa que sabemos lo que otras personas piensan.
Se proyecta nuestra mentalidad y asociaciones actuales al pasado y al futuro.
Conocer los sesgos cognitivos está muy lejos de buscar disminuir el error, por el contrario, busca enaltecer nuestra naturaleza al equivocarnos y vivir el error desde una mentalidad de aprendizaje; adicional a ello, tener conocimiento del fallo predictivo en nuestro cerebro, nos puede ayudar a contar con mayor y mejor información al momento de tomar decisiones. Especialmente aquellas decisiones que resultan importantes en la historia de vida como elegir una carrera, una pareja o hasta una inversión.
¿Estás listo para romper el sesgo?
Profesional independiente en el sector Recursos humanos
2 añosMuy buena aportación !👏🏼👏🏼