“Si nosotros queremos que algo pase, puede pasar”.
La felicidad “es querer lo que uno hace”, si algo nos interesa se activa el sistema reticular ascendente del cerebro lo cual permite que nosotros podamos atender.
Los neurocientíficos determinan que las funciones ejecutivas cerebrales son las que permiten tomar decisiones adecuadas, por eso a través de la investigación y la interacción con adultos, a partir de la integración de agentes internos y externos, se aspira a mejorar el aprendizaje y crear nuevos patrones.
La felicidad es vivir el presente sin estar anclado en el pasado, pero con ganas de avanzar hacia el futuro.