¿Sos tan sabio como crees?

Por primera vez en la historia se encuentran cinco generaciones en el lugar de trabajo. Y, como dice el emprendedor y escritor Chip Conley, la única manera de que esto funcione es que superemos la obsesión con el “trabajo de conocimiento”. Y yo, estoy de acuerdo. 

El trabajo del conocimiento es un concepto ideado por el gran teórico de la gestión Peter Drucker en 1959. "La verdadera inversión en la sociedad del conocimiento", postuló, "no está en máquinas y herramientas. Está en el conocimiento del trabajador del conocimiento". 

Esto llegó a ser mucho más que una idea, se convirtió en el paradigma del mundo profesional por más de medio siglo. Pero, ¿qué sucede cuando irrumpe en la escena una fuente de conocimiento infinita y accesible para todos? Ahora cualquier persona puede tener toda la información que necesita en la palma de sus manos, y la IA tiene la capacidad  de ejecutar tareas basadas en el conocimiento que hasta hace tan sólo un año, solo los humanos podían realizar. 

Cambió el juego. Ingresamos en una era que demanda cada vez menos conocimiento pero mucha más sabiduría. 

Conley define la sabiduría como experiencia metabolizada y compartida con otros. La pregunta es, ¿por qué es tan importante para un lugar de trabajo multigeneracional?

Porque, estimados lectores, en esta novedosa convivencia generacional en el mundo laboral, el verdadero desafío no va a ser el de crear conocimiento, sino saber intercambiarlo para generar riqueza. 

Imaginemos el siguiente escenario: por un lado, el Baby Boomer intentando explicar cómo se usaba el fax, mientras el Millennial rueda los ojos y murmura algo sobre "tecnología de dinosaurio". El Gen Z tratando de convencer a todos de que TikTok es una herramienta de productividad esencial, y el Gen X simplemente quiere que todos se callen y lo dejen trabajar en paz.

La sabiduría como pegamento intergeneracional

Es aquí donde entra en juego la sabiduría, esa mezcla mágica de experiencia, sentido común y la habilidad de no meter la pata en situaciones complicadas. En esta nueva realidad del mundo laboral, donde la información es un commodity, la sabiduría se convierte en la verdadera ventaja competitiva.

La sabiduría permite:

• Crear puentes: Un Gen X sabio utiliza su posición de "generación puente" para mediar entre las expectativas de los Baby Boomers y las aspiraciones de los Millennials.
• Fomentar el aprendizaje mutuo: Un Millennial sabio reconoce que puede aprender tanto de la experiencia de un Baby Boomer como de la intuición tecnológica de un Gen Z.
• Cultivar la empatía: Un Baby Boomer sabio entiende que el Gen Z no está "pegado al teléfono", sino utilizando herramientas que son tan naturales para ellos como el bolígrafo lo era para su generación.
• Generar nuevos órdenes: Un Gen Z sabio entiende que, aunque el cambio es constante, hay valor en algunas tradiciones y prácticas establecidas.
• Crear un lenguaje común: La sabiduría nos ayuda a traducir las jergas generacionales y a encontrar un terreno común en medio de las diferencias.

Así que, estimados colegas multigeneracionales, es hora de dejar de presumir cuánto sabemos y empezar a demostrar cuán sabios podemos ser. No importa si naciste con un smartphone en la mano o si todavía recuerdas con cariño tu máquina de escribir. Lo que importa es tu capacidad para metabolizar toda esa experiencia y compartirla de una manera que enriquezca al conjunto.

La verdadera sabiduría está en reconocer que cada generación tiene algo valioso que aportar. Los Baby Boomers traen su ética de trabajo inquebrantable, los Gen X su pragmatismo y capacidad de adaptación, los Millennials su idealismo y habilidades tecnológicas, y los Gen Z su visión fresca y conciencia social.

Y quién sabe, tal vez en el proceso descubramos que la verdadera sabiduría está en aprender a reírnos de nosotros mismos y de nuestras diferencias generacionales. Después de todo, ¿qué es más sabio que enfrentar el caos con una sonrisa y la disposición de aprender unos de otros?

Así que la próxima vez que estén en una reunión multigeneracional y sientan ganas de arrancarse el pelo, respiren profundo y piensen: "Wow, ¡cuánta sabiduría diversa en una sola sala!". Y si eso no funciona, siempre pueden proponer una pausa para café. Después de todo, el amor por la cafeína es quizás lo único en lo que todas las generaciones coinciden.

Pd… un recurso extra por si te olvidaste las generaciones

Baby Boomers (1946-1964): Los veteranos del trabajo duro, nacidos en la época del optimismo postguerra. Para ellos, el éxito se mide en horas trabajadas y lealtad a la empresa. Su sabiduría radica en su experiencia y en su capacidad para navegar las complejidades de las estructuras corporativas.

Generación X (1965-1980): Los pragmáticos resilientes, criados en la era del cambio y la incertidumbre. Son los malabaristas expertos del equilibrio trabajo-vida y los traductores no oficiales entre lo analógico y lo digital. Su sabiduría radica en su capacidad para adaptarse sin perder su esencia y en su habilidad para navegar tanto las estructuras tradicionales como las nuevas tendencias con un escepticismo saludable.

Millennials (1981-1995): Los buscadores de propósito, crecieron con internet y vieron cómo la tecnología transforma el mundo. Buscan un trabajo con sentido y están dispuestos a cambiar de empleo para encontrarlo. Su sabiduría reside en su capacidad para innovar y en su deseo de hacer del mundo un lugar mejor a través de su trabajo.

Generación Z (1996 en adelante): Los nativos digitales, nacidos con un smartphone en la mano. Son pragmáticos, conscientes socialmente y valoran la autenticidad por encima de todo. Su sabiduría está en su comprensión intuitiva de la tecnología y en su capacidad para ver el mundo de manera interconectada.

Y no olvidemos a la Generación Silenciosa (1925-1945), esos sabios veteranos que todavía dan cátedra en algunos lugares de trabajo. Su sabiduría es un tesoro de experiencias que abarca desde la Gran Depresión hasta la era digital.