¿Transformaciones?¿Son tan bellas como parecen?

Me metí en el lío de acompañar a una organización a transformarse. Si, es un lío, no hay cosas hermosas y transformadoras como la iluminación que llega del cielo y nos encuentra dispuestos al cambio. (esta última frase debe leerse con la voz de las cosas pretenciosas)

Claro, los que me conocen saben que me encanta el lío y el destape masivo de ollas, bancando la parada cuando las cosas no salen bien. Es por eso que empiezo a escribir lo que voy pensando, así sin mucho orden; las cosas que me van sucediendo en este proceso de transformación.

El "destapar las ollas" afloja la tensión, y en otras ocasiones se descubren elementos para cocinar nuevas recetas con mucho sabor. (Gracias Felipe por el aporte) 

Es de extrema importancia, contar con la decisión firme de acompañar este proceso por parte de la Dirección (ya sabemos lo que sucede cuando no está el compromiso en el proceso por parte de la misma).

Y lo interesante empieza cuando la decisión “firme” cambia minuto a minuto: dudas, incertidumbre, dolores antiguos, emociones no expresadas, falta de confianza; todo aflorando en el mismo momento que intentamos cambiar.

Muchas veces esto no es expresado verbalmente, pero se ve en las caras, los movimientos, gestos e interacciones.

El duelo de soltar lo antiguo va acompañado de la resistencia a ser cambiado, ahí está la cuestión, nadie quiere ser forzado a cambiar y aparecen distintos niveles de cómo cada persona vive, sufre, encara o sobrevive al cambio.

Esa hermosa diversidad nos invita a soltar el control, una de las cosas más difíciles de compartir con los que me piden “Quiero un plan”.

En el ambiente complejo de la transformación las prácticas son emergentes (cynefin), y la sensación de caer en el vacío ¡es tan necesaria!

Pero seguimos adelante. Voy midiendo los pequeños-grandes logros por las veces que se me pone la piel de gallina cuando alguien expresa “la verdad es que estoy enojada desde que llegaste” o “Quiero saber todo lo que pasa en los equipos” o “Acá siempre fue así, nunca va a cambiar” Porque al expresar cada molestia, cada emoción escondida, comienza el camino de las conversaciones posibles para generar cambios.

Fácil, de ninguna manera, pero con la hermosura de lo inexplicable.

Les seguiré contando de qué va esto...