Un balance de lo ocurrido el sábado: 3 lecciones que nos deja la vigésima marcha del orgullo en Lima

Se calcula, con bastante seguridad, que la marcha del orgullo de este sábado ha sido la más multitudinaria de toda la historia del Perú. La lucha por la igualdad y derechos de nuestra comunidad ha demostrado un poder de convocatoria muy amplio no solamente entre la misma comunidad, sino entre cada vez más familiares, amistades y personas aliadas genuinamente comprometidas. Pero más allá del poder de convocatoria, lo ocurrido este sábado nos deja algunas lecciones que vale la pena resaltar y que comparto a continuación:

1. La relación entre el movimiento por los derechos LGBTIQ+ y el sector privado es cada vez más evidente. Hace algunos años, tener a empresas acompañando la marcha y atreviéndose a enfrentar la controversia que eso suponía, era considerado digno de admiración. Hoy en día hay demandas mucho más concretas. Más allá del matrimonio igualitario o la ley de identidad de género, muchas personas aprovecharon la marcha para posicionar la necesidad de un sector privado con compromisos más sostenidos. ¿Las principales demandas? Promover la contratación personas trans en sectores formales, el apoyo a iniciativas lideradas por la comunidad y el compromiso de mantener los espacios laborales libres de discriminación.
2. La comunidad no es homogénea, y ya llegó el momento de ir más allá del arcoíris. Nunca antes se habían visto tantas banderas de diferentes identidades. Más que un mar arcoíris, vimos banderas trans, lesbianas, bisexuales, no binarias, siendo orgullosamente llevadas por personas que lejos de querer separarse del arcoíris, buscan generar comprensión y visibilidad sobre sus propias experiencias. Las barreras que enfrenta una persona trans no son las mismas a las que enfrenta una persona bisexual, que a su vez no tiene las mismas experiencias que una persona gay. Es urgente que empecemos a entender las particularidades de cada identidad y orientación, y planteemos estrategias para abordarlas con equidad en nuestros espacios.
3. El orgullo no se vive solamente en Lima. Además de la capital, otras 25 regiones del Perú marcharon o marcharán en los próximos días. Muchas de estas regiones tuvieron este 2022 su primera marcha del orgullo, como respuesta al incremento de personas dispuestas a ser visibles y exigir derechos. Es momento de que las acciones de diversidad que diseñemos reflejen también este avance, y podamos descentralizar las iniciativas para generar buenos espacios laborales para el talento LGBTIQ+ en todo el Perú.

Como todos los años, junio representa una oportunidad para mostrar la importancia que como sociedad le damos a la igualdad de derechos de la comunidad LGBTIQ+. En esta línea, para los espacios corporativos junio no debería representar simplemente un mes en el que todo tiene colores adicionales para posicionar a la marca como inclusiva a pesar de no tener respaldo alguno. Por el contrario, debería significar una oportunidad más para evidenciar lo trabajado a lo largo de todo el año.

Desde Presente, estamos en búsqueda constante de aquellas empresas cuyo compromiso con la diversidad LGBTIQ+ trasciende el mes de junio. Si trabajas en una de esas empresas o quieres empezar a impulsar que tu espacio de trabajo sea una de ellas, te invitamos a participar de la Certificación Presente. Podrás no solamente ser visible como una empresa comprometida, sino también recibir recomendaciones sobre cómo seguir avanzando hacia un espacio de trabajo en donde todas las personas puedan ser ellas mismas.

Construir un país más justo e inclusivo es tarea de todas las personas, y me emociona mucho ver que cada vez somos más quienes nos sumamos a la causa. Gracias Perú por tanto orgullo, poco a poco vamos avanzando.