Un instante perpetuo

Un instante perpetuo

En los últimos días se ha dado a conocer el séquito que acompañará al futuro presidente de Estados Unidos Donald Trump. Aparte de personas sin experiencia, ultraconservadores, polémicos y excéntricos empresarios, negacionistas del cambio climático como Lee Zeldin que se encargará de reducir las normativas de protección ambiental, hay una mujer de su círculo de confianza que me ha hecho hervir la sangre. Se llama Kristi Noem y era gobernadora de Dakota del Sur. La han asignado como secretaria del departamento de seguridad nacional para supervisar la inmigración junto a Tom Homan, que llaman el zar de la frontera. Pero desde hace unos días ya la han bautizado como “la mataperros”. Esta impresentable, mató a sangre fría, a tiros a una perra que era todavía cachorro porque según ella, tenía una personalidad agresiva y no servía para cazar. Kristin llegó a confesar que odiaba a esa perra pues era imposible de entrenar. Así que cogió su pistola y la mató sin remordimientos. También se supo que había matado a una cabra porque simplemente olía mal. Todo esto es cierto, y me provoca desazón y dolor en el alma. Me pregunto qué hubiera hecho esta deleznable persona si hubiera tenido un hijo autista, con alguna deficiencia, con algún problema mental que requiriera paciencia y lucha. Me ha venido a la mente una frase que nombró el poeta judío alemán Heinrich Heine: Allí donde se queman los libros, se acaba quemando personas. Y eso sucedió hace 90 años en Alemania. Esa mujer es un peligro pues es capaz de disparar a cualquiera, incluso personas. Tengo la sensación que Trump y compañía van a hacer el ridículo los próximos años, pero también me da mucho miedo por sucesos que puedan pasar y no podamos evitar. Quería terminar el artículo con un momento dulce. A veces en la vida, está pasando algún acontecimiento del que seguramente no se guardan fotos, pero quedará grabado por siempre en el corazón y la memoria. Un día te levantas, otra jornada rutinaria más, sin nada importante que te motive y de pronto sucede algo que cambia tu vida para siempre y lo sabes. Y lo que ocurre es tan increíble, tan mágico que no puedes creerte que el destino te haya regalado ese instante. Como dice la frase de la imagen, son pocos momentos pero inolvidables, imborrables. Y es esa ilusión, fantasía que desde siempre has estado esperando, ese halo de amor y felicidad que elimina de un plumazo, todos los sinsabores que se arrastran durante años. Ayer  recordé un momento mágico en mi vida y por el que doy gracias cada día por haberlo vivido. Y en los momentos de tristeza, de lágrimas, de dolor, evocar ese 13 de noviembre, me hace sonreír. Gracias por leerme.

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