Valores compartidos con nuestros mecenas

Desde que las organizaciones no gubernamentales dejaron de recibir ayudas del estado para llevar a cabo su trabajo, son muchas las estrategias que han desarrollado para captar fondos que les permitan continuar su obra.

En el caso de Mujeres Líderes el apoyo financiero es fundamental para destinar esos recursos a la formación y fomentar la participación de miles de mujeres. Nuestras empresas mecenas lo saben y renuevan su compromiso con la organización año a año, porque esta práctica responsable tiene una repercusión directa sobre la reputación de su empresa. El compromiso con la igualdad de oportunidades no tiene fecha de caducidad para una empresa, necesita permanencia y la implicación de toda la empresa.

Los ciudadanos estamos cada vez más sensibilizados e interesados en las vulneraciones sociales y medioambientales. Esto hace que nuestra labor como organización sin ánimo de lucro se vea incrementada y valorada. Si queremos que las empresas desarrollen prácticas responsables y comprometidas somos los ciudadanos los que tenemos que promoverlas, garantizarlas, exigirlas e incentivarlas.

¡¡¡Nunca en la historia hemos tenido tanto poder los ciudadanos!!! Nuestras opiniones y nuestras decisiones de consumo son todopoderosas. Cuando necesitamos tomar una decisión de consumo deberíamos hacernos algunas preguntas: 

1- ¿Lo necesito realmente?  

2- ¿Quién será mi proveedor? ¿Qué reputación tiene? ¿Cómo desarrolla su responsabilidad social corporativa?  

3- Pagando mi producto: ¿Estoy apoyando la tolerancia y la diversidad? ¿Estoy apoyando la igualdad salarial? ¿Estoy apoyando el reconocimiento y el respeto hacia los derechos laborales? ¿Estoy apoyando la igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres? ¿Protejo el medioambiente? ¿O lo contamino?

Podríamos seguir haciéndonos preguntas, y me diréis, si cada vez que necesito consumir algo me tengo que hacer estas preguntas, como que viviríamos de pregunta en pregunta. 

No es tan difícil. Es cuestión de comenzar poco a poco, tal vez con una sola vez que lo hagamos comenzamos a descubrir que todas las respuestas nos salen solas. Porque por naturaleza somos críticos, solo que no solemos aplicarlo a nuestras decisiones de compra diarias. ¿Compraría usted un producto de una empresa que no respeta la igualdad salarial entre sus emplead@s?

Debemos ser conscientes que esa decisión de compra afecta a otras personas de nuestro entorno y más allá de él. Y hacer ver a las empresas que como consumidores solo queremos que hagan las cosas bien y que respeten tanto a los trabajadores, como a nosotros como clientes. Las empresas que ya lo hacen son bienvenidas a nuestra organización. Compartir nuestros valores es para nosotros un requisito indispensable para iniciar una colaboración con una institución.